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Glen Campbell, el ocaso de un vaquero reluciente

A la estatura de otra leyendas country como Hank Williams y Johnny Cash, este compositor y cantante tuvo una brillantísima carrera que hoy se desvanece ante la enfermedad que padece. Glen Campbell enfrenta el crepúsculo de su vida rodeado por su familia y la admiración de sus fans

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ABRIL, 2016. El Alzheimer ha sido considerado, con evidente razón, como un padecimiento doblemente cruel porque mata la memoria del paciente y con ello la comunicación con su familia aunque aún esté consciente. Decía la recientemente fallecida Nancy Reagan en torno a su marido, que padeció Alzheimer, "lo más doloroso es que su esencia, su ser había muerto, pero él seguía ahí, despierto: era peor que un estado de coma".

En estos momentos Glen Campbell como tal ya no existe. Lo que tenemos es el cuerpo que habita alguien que se convirtió en auténtica leyenda del country y del pop, una efectividad manifiesta en que tuvo pocos hits pero todos ellos fueron de una popularidad abrumadora. Pero el cantante que logró aquellas hazañas, o por lo menos el talento emanado de su cerebro excepcional, ha sido consumido por la ingratitud del Alzheimer. En los primeros días, según su hija Ashley, "mi padre comenzaba reír, a decir bromas y a decir lo orgulloso que estaba de todos nosotros lo que nos movía a pensar '¡lo hemos recuperado!' pero de repente se quedaba serio y nos decía 'espero que ustedes sean buenas personas porque me siento muy solo..'"

El Alzheimer que padece Campbell viene acompañado de afasia, un padecimiento que implica la pérdida total y parcial del habla, producto de una lesión cerebral. "Para (Glen), que su vida ha consistido en contar historias cantadas, ello es devastador", añade Ashley, "pero lo ha enfrentado con valentía. Sin embargo el Glen Campbell que nos deleitó con su talento se está desvaneciendo. Es una situación terrible".

La carrera de Campbell mantiene cierto parecido con la de Johnny Cash y Kenny Rogers, otros dos gigantes del country. Los tres llegaron a desafiar a las rígidas listas del género, coquetearon con el pop y tuvieron problemas de adicción y con la autoridad. Cash murió en el 2008 y Rogers para fortuna de todos, continúa en activo y es un octogenario de admirable lucidez. 

También era un trío de fanfarrones. "En cierta ocasión Glen dijo que él era más conocido en Kentucky que el mismo Derby y hubo muchas protestas", recordó Rogers, "pero con tres conciertos en Louisville (la capital del estado) metió más gente que las que asistieron en tres días a las carreras de caballos. Si ese no es poder de convocatoria no sé que otra cosa podía serlo".

Nacido en un pueblito de Arkansas en 1936, Glen Campbell fue el séptimo de siete hijos. Durante una entrevista con Rolling Stone en 1974, el cantante no tenía presente el año en que por primera vez rasgó las cuerdas de una guitarra pero sí el porqué: "Vagamente recuerdo que se hablaba mucho de la guerra y de que nos querían invadir. Entonces un tío mío se acerca y dice 'vamos, Glen, acompáñame a ganar dinero porque se vienen tiempos difíciles'. Tendría yo unos seis años de edad". Su tío, a quien apodaban "Boo", lo llevó a que lo acompañara a tocar en centros nocturnos en Wyoming. Hoy se ve surrealista (algunos le llamarían abuso infantil) que un niño se presentara frente a ese tipo de público pero esa emoción ya no abandonaría a la futura leyenda. "Ya hasta muchos años después supe que aquello estaba prohibido o que era mal visto", dijo Campbell en esa entrevista.

En los años cincuenta Campbell se ganaba la vida como músico con The Sandia Mountain Boys al lado de otro tío para más tarde reubicarse en Los Ángeles como músico de sesión. El contraste de la vida campirana con el de esa urbe fue enorme a sus ojos: "Aún el país estaba de luto por la muerte de Kennedy. Al pisar el suelo de esa ciudad sentías que debajo había había movimiento, como si pronto habría ahí una erupción. Yo lo veo como la revolución musical y social que luego ocurrieron en California a lo largo de los sesenta". Mientras tanto Campbell fue músico de sesión para Elvis Presley, Frank Sinatra, Dean Martin, The Mamas and Papas y hasta los Monkees.

"Muchas veces me han preguntado 'oohhh, conociste a Elvis Presley ¿y cómo era?' Lo cierto es que a ti te dan unas partituras, te dicen 'toca esta parte con la guitarra', alguien graba esa parte luego es mezclada con otras cintas y queda lista la canción para que alguien grabe su voz sobre ella. Una tarde llega Elvis a la sesión y dice 'felicidades, chicos, están haciendo un trabajo excelente, sin ustedes esto no sería posible', pero nunca recibimos crédito en esos discos. Y es que ninguno de los obreros que construyeron el Golden Gate jamás recibió crédito, solo el que lo diseñó. Así es esto ¿sabes?", dijo Campbell en la entrevista de 1974. "Por eso decidí lanzarme por mi cuenta". 

Con todo, Elvis asistió años después al programa de TV que Campbell que duró casi cinco años y se hicieron amigos. "Es un gran tipo", dijo Campbell en esa entrevista, realizada cuando Elvis aún vivía, "aunque te daré un consejo: nunca critiques su peinado o lo harás enojar en serio..."

Campbell recordó haber participado en por lo menos 350 sesiones aquellos años y con quienes había colaborado únicamente al mezclar las grabaciones. "Cierto día llega al estudio John Phillips de Mamas and Papas y emocionado le expreso mi admiración, el honor que es verlo en persona y él se queda viendo fijamente, como si yo fuera invisible y tras un rato responde con un largo 'graaaacias...' Yo lo tomé como una grosería pero no sabía en ese momento hasta qué grado las drogas estaban devastando el cerebro de John..."

Fueron precisamente las drogas las que le permitieron a Campbell comenzar a codearse con los músicos que creaban su música y no únicamente los de sesión. Una tarde su disquera Capitol le comunica que los Beach Boys necesitan desesperadamente un vocalista para las giras pues el cerebro de su líder Brian Wilson prácticamente había hecho corto circuito. Durante dos años fue miembro oficial del grupo. "Hasta que terminó esa experiencia te das cuenta de la magnitud de esa responsabilidad", dijo Campbell en otra entrevista. "Es entonces cuando te preguntas 'demonios, pero qué hice', pero al mismo tiempo fue muy divertido".

Pronto las raíces country terminaron por imponerse en el Glen Campbell compositor, quizá porque no quería competir con las figuras pop de ese momento, tal vez porque sentía que el country estaba sufriendo cierto abandono. "Lo cierto es que compuse aquellas canciones, las grabé, las presenté a Capitol y me dicen 'esto es country, Glen ¿está seguro de esto? Porque si das ese paso ya no hay marcha atrás'. El pensar que esas composiciones pudieran entrar a las dos listas era visto como un tabú. Bien, pues eso fue lo que finalmente sucedió".

El resultado fue un campanazo estremecedor, por decir lo menos. "Gentle on my Mind" se convirtió en hit inmediato lo mismo que "Galveston", y ni decir de "Wichita Lineman", que comenzó cuando el cantante leyó sobre un hombre que murió al caer de unas de esas torres de electricidad que estaba reparando. "Fue un homenaje a su trabajo, bastante despreciado. Cuando sale la canción un crítico comenta '¿qué sigue, cantarle loas a los postes telefónicos?' Y yo pienso, hey amigo, si no fuera por esos tipos que arreglan las torres tu no tendrías electricidad en casa ni en ningún otro lugar". Miles de norteamericanos compartían esa opinión pues Campbell ganó cuatro Grammys en total en las categorías de pop y country, incluido "Wichita Lineman". Serían los primeros del casi centenar de reconocimientos que el cantante acumularía en su carrera. También apareció en varias películas, entre ellas True Grit, al lado de John Wayne.

El público de Glen Campbell lo conformaban en su mayoría norteamericanos preocupados al ver como su país estaba cambiando radicalmente

De 1968 a 1972 Campbell fue el anfitrión de un programa de variedad donde aparecieron desde Neil Diamond hasta Johny Cash. Cuando el programa fue cancelado se sumó a varios especiales de TV y resucitó su carrera con hits enormes como "Southern Nights" y "Rhinestone Cowboy" en 1977, la cual llegó al primer lugar en las listas pop y country.

En los años posteriores llegó el declive, aunado a su consumo de drogas y problemas con la justicia. Tras volver a su disquera Capitol y realizar varios conciertos, los miembros de su banda notaron que Campbell olvidaba las letras de sus canciones con frecuencia o a veces repetía las estrofas. Cuando aquello se hizo más frecuente un estudio arrojó que, efectivamente, Campbell tenía principios de Alzheimer. Los hijos del cantante denunciaron entonces que su segunda esposa había "descuidado" su condición al evitar que se sometiera tempranamente a tratamiento.

Poco a poco aquellos momentos de grandeza musical se diluyen en la memoria de Glen Campbell, quien este mes de abril cumplirá 80 años de edad. "Estamos dispuestos a seguir junto a él en todo momento", dijo recientemente su hija Ashley, "mi padre es un gran ser humano y alguien que con su música ha hecho felices a millones de personas. Nunca terminaremos de agradecérselo".

 

 

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