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Punk, marketing y antiimagen

Un empresario carente de escrúpulos, cuatro parias londinenses y una brillante estrategia para vender escándalo dejaron sin aliento a los críticos que vieron en el punk algo que hundiría al establishment, cuando en realidad todo era parte del show en que el rock and roll ya se había convertido para entonces

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AGOSTO, 2008. "El rock está enfermo y vive en Londres", así tituló Rolling Stone una de sus portadas en 1977 con referencia a The Sex Pistols. Eran tiempos en que los gobiernos laboristas habían elevado las tasas impositivas niveles de locura, entre ellos un impuesto a la venta de hasta el 60 por ciento que hizo huir de la isla a grupos como The Rolling Stones y Led Zeppelin, entre otros. La situación era catastrófica, en especial para los jóvenes quienes, ante semejante desaliento productivo tenían como opción aceptar empleos de poca remuneración, ubicarse en el gobierno o, sencillamente, dedicándose a no hacer nada. Lo que explotó de The Sex Pistols es esto último aunque la intención de ganar dinero eran, en apariencia, el nacimiento de la expresión punk.

En apariencia porque tal amalgama de salvajismo, irreverencia, peinados estrafalarios y música elaborada a propósito sin melodía alguna son más bien un germinado de los sesenta, igual que el anarquismo, tan inoculado en el rock mucho antes que Jerry Lee Lewis se casara con su prima, de tan sólo 12 años o que Elvis moviera sus pelvis ante millones de espectadores.

Una configuración temprana del punk estaba en The Kinks. Los hermanos Davies, Ray y Dave, entre riña y riña, consiguieron un contrato con Dekka poco después que entraran ahí The Rolling Stones. Es imposible saber hoy cuántas canciones punk derivan del riff del hit "You Really Got Me" y su velocidad, inusitada para el tiempo en que salio a la venta (1965). Casi al mismo tiempo desde la lejana Seattle The Troggs (apócope de Trogloditas) obtenía un inusitado éxito con "Wild Thing". Aparte de inaugurar la etapa del garage-rock, The Troggs fueron un prototipo del punk norteamericano.

El término punk no nació en ese entonces; era ya palabra común durante la segunda guerra mundial como sinónimo de "escoria" --tal y como la utiliza Clint Eastwood en sus cintas de Dirty Harry-- mientras que en los cincuenta los mayores calificaban así a los pioneros del rock and roll. Una década más tarde el término, lejos de ser repelido, ya había sido asimilado e incluso era enarbolado con orgullo por sus supuestos acusados.

Otra referencia la tuvimos con esos grupos un tanto sicodélicos que luego fueron incluidos en una colección indispensable llamada Nuggets, todas ellas grabadas por grupos efímeros pero básicos para entender el punk norteamericano. Están, por ejemplo, "Psychotic Reaction" de Count Five, todas ellas con una carga de lo que luego "enfermaría" al rock la década siguiente.

El nihilismo de los nuggets tenía también un respaldo con Blue Cheer quienes agregaron más adrenalina al célebre "Summertime Blues" de Gene Vincent (1). Eran esfuerzos, qué duda cabe, de muchos grupos por mantener el espíritu raw (crudo) del rock ante la experimentación sicodélica y de arreglos excesivos hechos en estudio y que a fines de lo sesenta parecía amenazar la costumbre de grabar canciones en una sola toma.

Curiosa, e incluso contradictoriamente, el punk había nacido dentro dentro de las vertientes en las cuales todo lo que decía el establishment debería ser cuestionado pues venía a ser un pilar del capitalismo y el materialismo, Sin embargo pasó a ser un artículo de consumo basado en el escándalo. Uno de los primeros en detectarlo fue Malcolm McLaren, un ex empleado de las tiendas Apple (la de los Beatles, no las computadoras) pero que luego abrió por su cuenta un par de tiendas en Londres. McLaren es el tipo de empresario para quien hacer dinero rápido es obsesión, muchas veces sin escrúpulo alguno.

Mientras tanto, en Estados Unidos los primeros pasos punk se fueron combinando con el naciente movimiento glam, al cual incluso se había integrado Lou Reed, cuyo grupo, The Velvet Underground, es considerado por muchos un prootipo punk. Al bamboleo de géneros también se unieron David Bowie, The New York Dolls e Iggy Pop. Es éste último, a propósito, quien pese a imitar a Bowie en muchos aspectos, ejemplificaba mejor la imagen del punk: irreverente, dispuesto a probar todos los excesos y con un dejo de anarquía. Sin embargo en Estados Unidos la corriente punk no avanzaba a la misma velocidad que en Gran Bretaña, que también tenía su Watergate, sólo que de faldas pues altos funcionarios del gobierno laborista y sus secretarias alimentaban a la (abundante) prensa sensacionalista inglesa.

McLaren encontró  a su vocalista en un empleado de sus tiendas a quien "impactó" porque llevaba puesta una camiseta de Pink Floyd a la cual había pintarrajeado "Odio a..." encima del nombre.

Johnny Rotten Lydon

Pero otros escándalos serían empequeñecidos por el punk. Las cosas se aceleran a partir de 1976 cuando McLaren decide formar un grupo que, en principio, tenía como objetivo hacer añicos las melodías de los Beatles y quitar de enmedio el aburguesamiento de la música rock". McLaren contactó así a Glen Matlock, a y John Paul Cook quienes tenían conocimientos musicales cercanos al cero. Pero qué importaba: se les consideraba parias desde antes y eso era suficiente para el promotor, cual Brian Epstein de la anarquía, no estaba satisfecho, sentía que hacía falta un líder.

Lo encontró en un empleado de sus tiendas a quien "impactó" porque llevaba puesta una camiseta de Pink Floyd a la cual había pintarreajeado "Odio a..." encima del nombre. Se llamaba John Lydon pero se le conoció más como Johnny Rotten (Podrido) pues la apariencia de sus dientes evidenciaba sus escasas visitas al dentista. No sabía cantar, por supuesto, pero sus ojos --padecía de estrabismo-- le daban apariencia de maniático escapado de un manicomio, y eso encantó a McLaren. Para fines del 76 el grupo había aprendido a dominar sus intrumentos aunque con una regla implícita: quien tocara algo vagamente melodioso sería multado y, de insistir, se le expulsaría de la organización, la cual llevaba el nombre más descabellado que se le ocurrió a McLaren: The Sex Pistols.

Como sucedió con The Doors en Los Ángeles, los Sex Pistols fueron vetados en casi todos los clubes nocturnos de Londres, y no tanto por su música sino por su actitud; los escupitajos, las altisonantes y la violencia física, sillas arrojadas al escenario, etc. "Sus presentaciones eran la verdadera caverna", dijo un crítico en referencia al célebre club donde actuaron los Beatles. McLaren se sentía eufórico; todo le estaba resultando como si fuera parte de un guión.

Increíblemente y pese a todos los antecedentes, el grupo consiguió un contrato discográfico, y más increíble aún, fueron firmados por A&M Records para la cual grababan Styx, Supertramp y otros grupos más que alejados del punk. Quizá desde la lejana Los Ángeles, sede de la disquiera, no tenían idea de quiénes eran los Sex Pistols, o quizá pensaban dar otro giro para pilotear a este nueva corriente (2) El caso es que A&M los incluyó en su róster y los conminó a grabar su primer disco.

La presentación en televisión de The Sex Pistols fue desafortunadísima. Aparecieron en un programa nocturno de alto rating: el conductor cometió la imprudencia de pedirles que dijeran "algo aberrante" al aire. La respuesta provocó una riña en el set y un escándalo mayúsculo sobre todo porque el incidente ocurrió frente a las cámaras de le flemática BBC. A&M se dio cuenta del bicho que se había metido en su organización y decidió rescindir el contrato con una fuerte indemnización que recibieron McLaren y el grupo.

Pero apenas salían de las oficinas de A&M fueron contratados por Virgin, de Richard Branson. Aquí The Sex Pistols completaron su primer disco, titulado Never Mind the Bollocks (el título nos da una conexión con Nirvana , por cierto) y tras lo cual el bajista Matlock fue reemplazado por un pandillero a quien todos conocían como Sid Vicious y quien ya llevaba un largo historial por consumo de drogas.

De este álbum se propagaron la polémica "God Save the Queen", que en tiempos de Enrique VIII habría garantizado a los Sex Pistols un destino similar al que tuvieron cinco de sus esposas. Pero en la Inglaterra de los setenta, con una monarquía alicaída a la que por un tiempo restauró el matrimonio de Carlos con Diana, la controversia no era tanta como para ameritar la pena capital. A este tema siguió "Pretty Vacant" que incluía algo cercano a la melodía (!). Sin embargo las extravagancias y su rechazo a lo "establecido" y su gusto por la anarquía condenaban a la desintegración a este grupo y a entrar en francas incongruencias de convicción pues, por ejemplo ¿que acaso firmar un contrato no es ya parte de entrar a un sistema establecido de normas?

Algo que tampoco ayudó fue la conducta cada vez más errática de Vicious. El bajista vivía sumido en una nube de narcóticos, cada vez más alejado de la realidad. Finalmente fue expulsado del grupo, que para entonces estaba prácticamente desintegrado. Virgin Records pedía un nuevo disco pero el único que se comprometió a formalizarlo fue Lydon, ya por su cuenta.

Vicious se fue a Nueva York con su novia Nancy Spurgen, quizá la única amistad que conservaba. Ambos pasaban horas recluidos en un insalubre departamento consumiendo heroína en medio de las promesas del bajista por completar un disco independiente. Los ataques de furia entre ambos eran cada vez más frecuentas hasta que Nancy fue encontrada muerta, estrangulada. La culpa recayó en Vicious quien al principio alegaba que "ella misma se había apretado el cuello hasta asfixiarse", algo físicamente imposible. Para entonces en Inglaterra los fans pensaban en una reunión de los Sex Pistols --se habló, incluso, de un álbum para 1980-- una vez que Vicious "fuera liberado de toda culpa" en la muerte de Nancy. Pero antes de iniciar el juicio Vicious murió por una sobredosis, que al principio se consideraba suicidio.

The Clash (1977)

Las disputas legales terminaron por sepultar toda posibilidad. Lydon acusó a McLaren de no haber visto "un solo penique" de lo que Sex Pistols había ganado como grupo ante lo cual, como poseedor de los derechos, el productor sólo retribuyó cantidades ínfimas a los ex miembros. Por si fuera poco y en el colmo de la desvergüenza, McLaren lanzó una película con el cínico título de The Great Rock & Roll Swindle (La estafa más grande del rock and roll) que narraba la historia del grupo. Aun hoy, y sorprendentemente, muchos consideran a la cinta como "la biografía oficial más completa" de The Sex Pistols.

 

En Estados Unidos también hubo emuladores, si bien más tranquilos. Y es que los agresivos, como Iggy Pop y Patti Smith --esposa, a propósito, de Fred "Sonic" Smith, ex miembro de los ya mencionados MC5-- tenían una crítica que los adoraba pero muy poco respaldo en ventas. Patti Smith era un caso interesante: nacida en Chicago en un hogar de clase media, desde niña demostró aptitudes para la poesía, pero como es muy difícil sobrevivir mediante la publicación de poemas, viajó a Nueva York con el propósito de seguir la ruta de sus ídolos Bob Dylan, Joni Mitchell y Leonard Cohen, esto es, música con letras de auténtica poesía. Smith comenzó a presentarse en el célebre CBGB, un centro nocturno de Queens que antes había sido local para músicos de jazz y country. Ya para entonces Smith tenía contrato con Atlantic Records para lo cual entregó Horses, álbum aparecido en 1975 y que incluye la bellísima "Because the Night". La delgadísima cantante se transformaba en el escenario y hechizaba a muchos fans que acudían, sin falta, a a cada presentación suya.

Los exponentes más influyentes del punk norteamericano eran, por supuesto, The Ramones, fundado en 1974 y que, como principio, eliminó los apellidos de todos sus miembros y los unificó en un solo nombre. Su ideal era rescatar ese espíritu raw del rock and roll de los cincuenta por lo cual resucitaron las chamarras de cuero los anteojos oscuros y los jeans descosidos. También desempolvaron otra tradición: los primeros temas del rock and roll tenían una duración corta; el "Rock Around the Clock", por ejemplo, no rebasa los tres minutos. Las canciones de The Ramones seguían el mismo patrón, e incluso algunas duraban menos de un minuto.

El equipo también abrió la modalidad de presentar una canción de rock: llegada, entrega rápida del mensaje y despedida. Esta era una respuesta a lo que sucediía en grupos como Pink Floyd, Emerson Lake and Palmer y Led Zeppelin, que habían estirado las canciones hasta en siete minutos o más lo que, a juicio de los tradicionalistas, era innecesario y presuntuoso. Era pues una vuelta a los orígenes de modo que temas como "Blitzkrieg Rock" y "I Wanna Be Sedated" dejaban un mensaje breve pero contundente. Pero para que la gente no los tomaran tan en serio grabaron una versión de "Spiderman" de la serie animada de televisión que era, naturalmente, de corta duración.

CBGB y The Ramones llegaron a tener una relación casi simbiótica aunque el grupo no mostraba muchos ánimos para salir de Nueva York poco después viajaron a Europa donde se les recibió muy bien, incluso mejor de lo que ellos esperaban. Sin embargo The Ramones eran más neoyorquinos que Woody Allen y los Yanquis, así que la posibilidad de verlos en vivo fuera de esa área se reduciría con los años. Y aunque el mainstream los despreció por un tiempo, para 1980 los aceptó de buena gana, primero con el tema "Rock and Roll Radio" y, segundo, por el filme Rock and Roll High School.

Otro grupo frecuente en el CBGB de entonces era Blondie, comandado por Debbie Harry, una ex bunny de Playboy. El grupo entró a la corriente punk más dura aunque más tarde demostraría su versatilidad para incursionar en otros géneros. Lo consiguió en 1979 con Parallel Lines, disco que incluía "Heart of Glass", tema que entró no sólo dentro del punk sino de la corriente new wave y ¡horror! la música disco. Pero para finales de los setenta la versión norteamericana del punk estaba sumamente dividida; tomemos como muestra a The Knack, grupo angelino al cual se le promovió con la etiqueta de punk. Cierto que su canción "My Sharona" era pegajosísima y difícil de olvidar tras la primera escuchada, pero este factor lo alejaba del punk; más bien, lo acercaba al bubblegum.

Había otros exponentes, por supuesto. Uno de ellos era Bruce Springsteen, quien no era punk en el sentido estricto pero sí cabía por su combinación de elementos rock, acústicos y una letra que reflejaba la vida norteamericana. Al igual que Smith, Springsteen había intentado incluir la poesía dentro de la música pero casi desde su primer álbum, salido en 1973, descubrió que lo suyo era la narrativa, hecho más que evidente con su "Born ton Run". Springsteen no tenía a su público entre los asiduos del CBGB, pero se le reconocía su esfuerzo, no tan nihilista como el de Sex Pistols, ni con canciones cortas al estilo de The Ramones, pero sí como Smith, con quien Springsteen formaba un binomio no precisamente punk pero sí muy importante.

Pero ya sin Vicious, con un Johnny Rotten --nuevamente se hacía llamar John Lydon-- cada día más predecible y unos Ramones a quienes su rechazo al cambio muchos confundieron como involución, aún quedaban por ahí, en primer lugar, Elvis Costello y The Clash, ambos provenientes de Gran Breteaña. Costello había lanzado This Year's Model y Mi Aim is True, dos discos importantísimos, tanto así que el segundo fue postulado para los Grammys y perdió ante A Taste of Honey, cosa que provocó urticaría a no pocos críticos, por cierto. "Un Buddy Holly tras una sesión de electroshock" fue como Rolling Stone definió a Costello, hijo de un músico aficionado al jazz. Lo más interesante de este artista era que su música, indescifrable y difícil de accesar para los neófitos, escondía muchas innovaciones que si bien se cruzaron con el punk no tardaron en tomar una dirección propia.

The Clash politizaron el punk, llevando la anarquía de The Sex Pistols al terreno de la denuncia social, la emancipación proletaria y demás. El grupo surgió en 1976 y dos años después ya tenían listo su London Calling donde se ve la imagen de su líder Joe Strummer aporreando una guitarra, referencia más a un Pete Townshend que al punk químicamente puro. Strummer, hijo de un oficial de la Armada Real, logró un hit importante con "Should I Stay or Should I Go" para luego lanzar Sandinista! en 1980, álbum dedicado a la recién triunfadora revolución nicaragüense. Pero lo que en realidad hizo de The Clash un icono mundial fue "Rock the Casbah", cuyo video fue promocionado ampliamente por MTV. Sin embargo para entonces Strummer y sus compañeros estaban a punto de separarse. Mick Jones (no confundirlo con el miembro de Foreigner) fundó B.A.D. poco después mientras que Strummer creó a The Mescaleros. Pero para fines de los ochenta The Clash estaba kaput.

Otros exponente eran The Dead Kennedys, originarios de San Francisco y comandadados por Jellybean Biafra, y aunque su calidad musical era cuestionable, sus letras corrosivas, explícitas y ante las cuales ninguna compañía disquera grande se atrevía a invertir, los Dead Kennedys no pasaron de ser un grupo de culto.

Para 1980 la corriente punk ya había amainado notoriamente. Es cierto que en las calles de Londres y las principales capitales europeas abundaban los jóvenes rapados al estilo mohicano o con el cabello teñido y llenos de cadenas, pero aquello había pasado a ser, simultáneamente, una moda y una forma de identificación. Para el resto, los protagonistas habían emigrado a otras latitudes musicales o simplemente habían abandonado el negocio.

Entre los primeros estaban The Police y The Cure, ambos pertenecientes al postpunk. The Police tienen como mérito el haber traído de vuelta la melodía al punk, fase en la cual Stuart Copeland, el fundador del grupo, estaba bastante interesado (en los primeros años fue él, y no Gordon Sumner, conocido como Sting, el líder de la terceta). Sin embargo poco después de salir Ghosts in the Machine (1978) The Police comenzó a rodar en otras direcciones, entre otras el reggae, pues Sting cada vez seguía más de cerca los sonidos de Bob Marley.

(1) Quien vea los videos de Blue Cheer y Nirvana notará muchas similitudes extraordinarias; la menos de ellas es Seattle, lugar de origen de ambas bandas.

(2) Otra teoría: que A&M se haya dejado llevar por los reportes de la prensa, ya adoradora de los Sex Pistols; si ellos no los firmban otros más lo harían, sería inevitable.

(Extraído de Los Tótems del grunge incluido en el CDROM-book Rock, Pop: sus facetas 1965-1995 por Oscar Fernández)  

 

 

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1 comentarios

rarumi:87 escribe 17.08.08

Que puedo decir, el texto es excelente en lo informativo aunque sus conclusiones son un tanto precipitadas, el punk al principio fue una forma de hacer dinero para los promotores pero al final se salió de su poder para quedar como una manifestacion social innegable, no es la primera vez que pasa eso pues los Beatles también fueron concebidos como una moda pero luego pasaron a sere voceros de una generación y aun siguen siendo enormemente populares. El punk te electrifica, te libera y te hace sentir independiente de los poderes establecidos que quieren manejarte como una marioneta, ahi radica su más grande virtud

 

 

 

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