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Breviario de acontecimientos de 1971 que este año cumplen cuatro décadas

Los acontecimientos nacionales, internacionales y en el cine quizá fueron menos estruendosos que los de 1968, sin embargo la intensidad de este año marcaría al resto de esa década, con hechos que aún se reflejan hasta hoy. Aquí ofrecemos un minicompendio de 1971

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ENERO, 2011. Desde mediados de los sesenta, los años se vivieron con mucha intensidad. Ya en una oportunidad anterior habíamos comentado otros aniversarios . Y como bien sabe el lector, el pasado diciembre se cumplieron, primero, 30 años de la muerte de John Lennon quien, de haber seguido con vida, este 2011 habría acumulado 70 años. Hay otros músicos que sí llegaron a ese número, entre ellos Bob Dylan y Ringo Starr, quienes este 2011 adquirirán estatus de senectud.

A los humanos nos encanta recordar cosas, realizar un recuento del tiempo pasado desde entonces para luego expresar "¡cómo pasa el tiempo!" Por tanto, esas son tres fechas que este año completan cuatro décadas de haber ocurrido. Hubo otras no menos importantes acontecidas en 1971 --no, no incluiremos el nacimiento de Julian Assange-- entre ellas que Contacto en Francia fue premiada por los Óscares como Mejor Película y el Mejor Actor correspondió a Gene Hackman, que Led Zeppelin grabó "Stairway to Heaven", el "halconazo" en Jueves de Corpus donde el regente Alfonso Martínez Domínguez se echó la culpa para protegerle la espalda a el ex presidente Echeverría --favor que luego le fue recompensado con la gubernatura de Nuevo León-- o que los Bee Gees se reconciliaron y grabaron "Lonely Days", que John Lennon lanzó "Imagine", que en Nueva York fue abierta The Loft, una bodega neoyorquina que marcaría el nacimiento de la música disco, que Isaac Hayes musicalizó el filme Shaft, muestra clave del cine del género blaxploitation... ¡ah1 y Sean Connery regresó como James Bond en Diamonds are Forever. Como se ve, 1971 fue un año cuyas repercusiones aún arañan nuestro presente.

Hay tres acontecimientos que hemos separado y que presentamos enseguida. Todos ellos ocurrieron en 1971, hace ya cuarenta años. Ya veremos cómo nosotros en fasenlinea no seremos los únicos en recordarlos.

A CLOCKWORK ORANGE - Dos años y medio después de su 2001 A Space Odissey, Stanley Kubrick volvió a sorprender al mundo cinematográfico con una película que por su violencia fue prohibida en Gran Bretaña, país donde fue filmada y donde se exhibió hasta 1989. ¿La razón? Sus escenas sumamente violentas, incluidas un intento de violación y dos profanaciones consumadas, uso de drogas y escenas de desnudos. Todo ello nos suena común para el cine de hoy, pero dentro de los conceptos de 1971 aquello equivalió a un napalm sobre un espectador no acostumbrado al shock visual. Poco después vendrían El Exorcista y Calígula (estelarizada también por Malcolm McDowell, el protagonista de A Clockwork Orange), pero cuando los setenta apenas se asomaban, esta propuesta kubrickiana levantó insólitas protestas.

La cinta estaba basada en un libro de Anthony Burguess, quien a sí mismo se consideraba un apologista de la violencia gráfica. La obra fue escrita en 1962 pero no fue hasta ocho años después cuando Kubrick adquirió los derechos para llevarla al cine. Una vez que varios jóvenes realizaron ataques reales y violaciones vestidos como los personajes de la película, Burguess recapacitó y reconoció que la violencia presentada en el cine y la televisión definitivamente influía en las mentes inmaduras.

Y aunque tanto libro como cinta difieren en varios puntos, la historia esencial tiene como protagonista a Alex deLarge (McDowell), hijo de una pareja de trabajadores clasemedieros. La acción sucede en una Inglaterra futurista donde abundan los jóvenes sin esperanzas. Para matar el aburrimiento DeLarge y su pandilla, a quienes llama druggies, asisten con frecuencia a un bar donde consumen leche kurova, una droga que ingieren como estimulante para cometer ilícitos. Poco después ocurre una lucha interna por el poder dentro de la pandilla en la cual Alex impone violentamente su autoridad. Pero cuando se proponen asaltar a una mujer en una granja de salud, Alex es traicionado por sus compañeros, la policía lo atrapa y lo envía a prisión. 

Ahí Alex logra hacerse amigo del capellán, a quien convence para que lo sometan al tratamiento Ludovico, un experimento gubernamental con el cual se garantiza que los delincuentes se conviertan en personas de bien. El tratamiento incluye ver películas sangrientas, violaciones y escenas de la Alemania nazi. Los doctores encuentran un nuevo elemento de tortura, la música de Beethoven, que Alex adora. Esa combinación inhibirá más los deseos agresivos de Alex. Y es que el tratamiento Ludovico deja al paciente sin capacidad de respuesta ante una agresión o una provocación sexual.

Al salir de prisión, aparentemente reformado, Alex recibe malas noticias: sus padres hospedan en su cuarto a un individuo al cual, cuando intenta golpearlo, descubre que se ha convertido en un ser indefenso, algo que será aprovechado por quienes atacó para cobrarle venganza, entre ellos un vagabundo, sus ex compañeros de tropelías, ahora convertidos en policías, y el esposo de la mujer a quien violó, quien en realidad es un escritor disidente. Desesperado, Alex se avienta por una ventana con intenciones de suicidarse. Finalmente y para apaciguarlo, el secretario del Interior, promotor del fallido tratamiento Ludovico, le ofrece un trabajo burocrático.

Con los años, A Clockwork Orange se ha convertido en película básica para los estudiantes de psiquiatría pero también para ver cómo muchos de los elementos ahí presentados y que entonces eran futuristas hoy forman parte de nuestro presente, como la delincuencia juvenil, la incapacidad de un Estado que, lejos de atender sus necesidades, es capaz de atentar contra sus gobernados con tal de ganar unas elecciones.

Y lejos de ser una película que "denuncia los males del capitalismo", A Clockwork Orange es una cinta libertaria, como sin duda lo era Stanley Kubrick, quien optó por emigrar de Hollywood debido a la tosudez de los estudios por imponerle sus reglas. Esta es una cinta quel, aunque producida por Warner, no habría sido posible filmarla en Hollywood, que ciertamente la postuló para varios premios Óscar en las categorías de Mejor Actor, Mejor Edición, Mejor Adaptación y Mejor Director. Sobra decir que esta cinta no se llevó una sola estatuilla, al igual que Kubrick a lo largo de toda su carrera.

MUERTE DE JIM MORRISON - En 1970 el Rey Lagarto grabó su último disco con The Doors, material que incluía "LA Woman" y "Touch Me", donde quedaba claro que The Doors y su vocalista se dirigían a un inevitable choque. Así pues cuando Jim Morrison pidió un receso éste le fue concedido, seguros los otros integrantes que muy pronto volvería, quizá rehabilitado también de su monumental abuso de drogas. Jamás lo hizo: dos semanas después de rentar un departamento en París donde planeaba quedarse una temporada, Morrison fue encontrado muerto en su bañera con una sonrisa en el rostro. 

Lejos había quedado ese rostro de Adonis y abundante cabello ondulado con el que hoy se le recuerda; en cambio, al morir sufría gran sobrepeso, tenía el rostro abotagado y una larga barba descuidada. Era el 3 de julio de 1971: había muerto Jim Morrison y con ello surgía la leyenda de quien hoy es considerado una especie de gurú, sucesor espiritual de Arthur Rimbaud y líder de un grupo de rock hippie, naturalmente nacido en California.

Por supuesto que surgieron las teorías conspiratorias en el sentido que no murió, lo cual es una estupidez, divertida quizá, pero estupidez al fin (actualmente circula en la red una foto donde aparece su "fantasma", que parece encontrarse en estado de trance). La pregunta del porqué de su legado y porqué el próximo julio habrá cientos de homenajes y celebraciones para recordarlo se debe a lo mismo que hizo de Kurt Cobain lo que él siempre odió ser mientras vivió, esto es, un icono cultural: porque murió joven, a los 27 años, igual que Cobain, y porque tras su deceso, The Doors se quedaron sin brújula y fueron incapaces de sobrevivir sin él pese a haber grabado dos discos post-Morrison.

Pero al final, es fácil coincidir con lo escrito por el columnista Vittorino Matus: "Cliff Richards era en Inglaterra más grande que Sinatra y que los Beatles pero hoy nadie lo venera ni lo recuerda pues tuvo el infortunio de sobrevivir al momento en que se encontraba en la cúspide. Más que el éxito, lo que el público no perdona es la decadencia de sus ídolos".

WILLY WONKA AND THE CHOCOLATE FACTORY - Olvídese de la reciente película de Tim Burton. Con un humor tan fino como de filosa ironía, esta película retrata fielmente al libro Charlie and the Chocolate Factory, escrito por Rohald Dahl, quien también estuvo detrás del guión de You Only Live Twice, de la saga James Bond.

En apariencia dirigida a público infantil, Willie Wonka and the Chocolate Factory hace mofa de los musicales pero también se adelanta décadas al fenómeno de la globalización cuando un producto es capaz de provocar furor mundial. Ya habían estado los Beatles en una posición similar. ¿Pero una fábrica de chocolates? Eso es algo que hay que ver.

En la película todos hablan con acento norteamericano pero queda claro que la acción transcurre en un pueblo europeo, presumiblemente de Alemania. Willie Wonka es un excéntrico chocolatero del que nadie jamás ha visto su rostro pues vive recluido en su empresa. Sorpresivamente Wonka convoca a cinco ganadores y a un acompañante a que visiten su fábrica, y para ello tendrán que ganar uno de los cinco boletos dorados incluidos en las barras de chocolate. Alguien que ansía uno de los boletos es Charlie, un niño pobre que vive con su también empobrecido abuelo, un ex empleado de la fábrica Wonka. Luego que el quinto y único boleto resultara falso --aparentemente lo había ganado el capitoste nazi Martin Bormann en Paraguay-- Charlie consigue su boleto para visitar a Wille Wonka, un recorrido lleno de humor negro y extravagancias.

La fiebre Wonka es tal que, por ejemplo, los secuestradores piden como rescate una caja de chocolates Wonka una vez que éstos se han agotado, o cuando en Londres la Reina compra una caja a precio estratosférico. Al final Wonka decide traspasarle su fábrica a Charlie tras comprobar su honradez (naturalmente que ninguno de los otros visitantes, empezando por la odiosa Veruca Salt, logran llegar al final).

Años después se filmó una película donde se narraba la historia de la fábrica en manos de Charlie, con sólo éste actor (Peter Hogstrom) y un par que fueron parte del elenco original, pero fue un fracaso. Décadas después fue resucitada bajo la dirección de Tim Burton con resultados igualmente mediocres. Pero con motivo del 40 aniversario de su estreno, sería buena idea acudir a la fuente original, considerada ya película de culto. Y otro factor para verla: es políticamente incorrecta a más no poder (de hecho si le dedica un tiempo a buscarla completa en YouTube, la garantizamos que la va a encontrar).



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