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Y DEMÁS
Vuelve
Guns N' Roses (bueno, lo que queda de)
Desde antes de grabar una sola nota su líder ya tenía el nombre
del álbum. Pero la espera ha sido exasperante de modo que la
reciente aparición del álbum Chinese Democracy marca dos
preguntas: ¿será lo última vez que escuchemos algo de Guns N'
Roses o en realidad será un receso aprovechado?
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NOVIEMBRE, 2008. En 1993 Bill Clinton estrenaba su primer año como presidente y aún no conocía a cierta dama apellidada Lewinsky, en México todavía creíamos que Carlos Salinas nos llevaría al primermundo y los críticos nos decían embelesados, que después de Guns N' Roses la única alternativa que quedaba al mundo era la música electrónica, un género que se le tendría que explicar a más de uno puesto que ese año suena hoy a prehistoria absoluta. Entre los pocos acontecimientos que se han mantenido inalterados hasta el presente es que la democracia china, aplastada en Tiananmen, aún no aparece dentro del reciente anfitrión de los Juegos Olímpicos de
Beijing.
Pues bien, por lo visto la democracia china ya llegó primero al mundo de la música rock, aunque ya con algo, más bien bastante, de tardanza, Consideremos como ejemplo que desde 1998 Axl Rose ya tenía el título de su nuevo disco aun sin haber compuesto una sola nota. Más tarde llegarían los problemas y las
desavenencias, ya fuera con sus ex compañeros y con su esposa Eryn, quien por cierto es hija de uno de los Everly Brothers. En ese ínter Axl Rose ha engordado, ha gastado miles de dólares en terapias de regresión a vidas pasadas, ha hecho malos negocios y, en síntesis, ha sido olvidado por la mayoría de la gente: preguntar a un adolescente si conoce a Axl Rose equivale a
inquirir a un cuarentón si llegó a ver las películas de Charlie Chaplin en el cine.
Por ello es difícil imaginar hoy a cuánto ascendía la popularidad de Guns and Roses al finalizar los ochenta. En principio, callaron fehacientemente a los críticos que aseguraban el hard rock había muerto y más adelante, hicieron algo que hoy se
ve impensable, esto es, lanzar dos discos simultáneos, una más obra maestra que el otro (uno y el otro lo dejamos a juicio del lector) y llevarlos a la cima de las listas. Así es: durante un par de años Axl Rose podía jactarse de que cuando hablaba el resto del mundo lo escuchaba.
Todo surgió apenas unos años después que Axl Rose --entonces aún llamado Bill Bailey-- había emigrado a California desde Indiana. Tras deambular por varios grupos en el Sunset Strip, en 1984 conoció a Slash, un inglés nacido en un matrimonio birracial. Eran tiempos en que los pop británico por un lado, y Michael Jackson por el otro dominaban la escena. Luego de fusionarse con el grupo LA Guns y el apellido del vocalista se formó Guns and Roses. La autoridad de Axl era inapelable; él escribía las canciones, decidía las notas, era extremadamente perfeccionista. "Mientras fue por cuestión profesional fue posible soportar a Axl, pero todo se complicó cuando mezcló su autoritarismo con su vida personal", refirió después Steven Adler, quien terminó por dejar al grupo en 1993.
El magnate David Geffen vio el potencial del grupo y los firmó de inmediato. Sabía que su vocalista era un tanto inestable pero confiaba en su profesionalismo, y su instinto no le falló: en julio de 1987 apareció
Apettite for Destruction, disco que requirió varios meses de gira para que pudiera despegar. Algo que en ocasiones se pasa por alto de Guns and Roses es que su álbum debut fue aporreado por la crítica, algo que Axl nunca perdonó. Sólo hasta que la radio y una MTV cada vez más reacia al hard rock comenzaron a programarlos fue que ese álbum se convirtió en un hit monumental.
Temas como "Paradise City" y "Welcome to the Jungle" transformaron radicalmente el rostro del rock angelino. En Europa se les recibió con adoración y en América latina se presentaron con éxito descomunal en el Festival de Río de 1990. Año y medio después salió a la venta The Spaghetti Incident, cuya calidad era un tanto menor, algo que Rose y su disquera justificaron al decir que "se trataba de
jams". Con todo también se vendió bien, y es hoy recordado por la sarcástica "I Used to Love Her But I had to Kill Her" (La amaba pero tuve que matarla).
Pero no tardó en aflorar la personalidad sumamente extraña de Axl, a quien le dio por hacer esperar horas a sus fans antes de iniciar un concierto, supuestamente porque el cantante necesitaba "encontrarse consigo mismo" tras una larga meditación. Se casó con la actriz Stephanie Seymour y a los pocos meses ésta lo acusó de abuso doméstico y además asumió un pleito personal con Bob Guccione Jr., director de la revista
Spin.
Sin embargo Axl seguía siendo enormemente disciplinado en el estudio: para noviembre de 1991 anunció que los dos discos estaban listos, con el nombre de Use Your Illusion I y II. El éxito de ambas producciones fue enorme dados los giros que dieron al hard rock en temas como "Civil War", "Don't Cry", ", "Get In the Ring Mother..." (dedicada a Guccione). la cuasiperfecta "November Rain", así como sus nuevas versiones de "Live and Let Die" y la legendaria "Knockin' on Heaven's Door" de Dylan. "El mejor disco de hard rock de la década", escribió el crítico Ken Tucker en 1992. Tenía razón.
Pero al interior del grupo las cosas ya no marchaban bien. La grabación de esos álbumes y la conducta cada vez más autoritaria de Rose enviaron su factura. Duff McKagan fue el primero en salir con el pretexto de estar "agotado", eufemismo que indica el ingreso a una clínica de rehabilitación. Y aunque todavía en 1995 el requinto Slash afirmaba que "ha habido choques entre ambos pero siempre hallamos la forma de enderezarlos", al año siguiente dejó al grupo pues la vida del líder de la banda ya era un desastre y porque sencillamente ya no podían convivir juntos.
Entre otras razones estaba el que Axl fue luego acusado de golpizas por parte de su nueva esposa Evelyn Everly. Buscó terapia de pareja y no funcionó, luego fue individual y tampoco dio resultados. Luego acudió a Sedona, sede del movimiento New Age en Estados Unidos, y derrochó miles de dólares en productos y sesiones que no le aportaron nada. Sin embargo anunció que ya estaba en preparación su nuevo disco, llamado
Chinese Democracy, el cual saldría a la venta "antes de finalizado este siglo". El problema es que ya estaba solo: Slash creó su propio grupo Slash's Snakepit aunque luego le cambió el nombre a Velvet Revolver al lado de Duff McKagan y, años después, del ex vocalista de Stone Temple Pilots.
No extraña entonces que, como respuesta, Axl Rose se haya recluido en su residencia en San Fernando Valley donde únicamente recibía a sus amigos más íntimos, muchos de los cuales supuestamente tomaron parte en la hechura de un disco ya bastante retrasado. El veterano Alice Cooper --compañero de Axl en juegos de golf, del cual ambos son aficionados-- refirió: "he tenido oportunidad de escuchar las primeras pistas y debo decir que son magníficas, de buen rock químicamente puro. Por su parte, John Bon Jovi dijo, luego de visitarlo "tiene reminiscencias de los sesenta, los setenta y cosas más contemporáneas... será difícil que los fans de Guns N' Roses queden desilusionados...", mientras que algunos críticos que tuvieron acceso al material coinciden en que su calidad es superior al tándem
Use Your Illusion. Sin embargo lo que todos ellos han escuchados no necesariamente será incluido en la producción final. De hecho este hecho deterioró la relación de Axl con sus ex compañeros pues solía cambiar, poner o quitar canciones previamente acordadas.
De tal suerte que la salida del Chinese Democracy aparece con expectativas bastante buenas. El problema es que desde el cénit de Guns N' Roses, una etapa previa al 11-S, el mundo ha cambiado mucho, y para colmo su salida coincide con la puesta en venta del álbum más reciente de AC/DC, otros tipos que ya llevan más tiempo que Axl Rose en el negocio y utilizaron la exitosa estrategia de vender directamente su material a través de tiendas de autoservicio. Si
Chinese Democracy fracasa en ventas ello habrá significado el último capítulo en la historia musical de Axl Rose. Y si funciona habrá momentos para rememorar, aunque sea por un rato, una era que terminó disipándose como la última lluvia de noviembre.
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Reservados, 2008 |
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