AGOSTO, 2007. La noticia apenas y fue publicada en los medios especializados: Gene Simmons anunciaba, el pasado febrero, el fin de una organización musical que no termina de recibir el mérito que merece. "Ya no tenemos nada nuevo que ofrecer, sólo el agradecimiento de nuestros fans", señaló el cantante de la larga lengua. Fue, también, la triste manera en que terminó una reunión con los miembros originales que parecía prometedora; demandas judiciales y comentarios no muy amables dieron por concluido este segundo intento por mantener a Kiss. Irónicamente, la primera separación no había sido tan amarga como la segunda.

Pero antes de todo ello remontémonos al Brooklyn de 1970 donde radican dos jóvenes de origen judío. Uno de ellos es Paul Eisen, un tipo de pelo ensortijado aficionado a los comics y a los ritmos de un nuevo grupo inglés llamado Black Sabbath. El otro es Gene Klein, hijo de un sobreviviente del Holocausto que durante varios años fue maestro de una primaria para poder comer. Una guitarra eléctrica que le presta un amigo es suficiente para hacerle descubrir su futuro. Pero todo se ve, aún, lejano: no es galán, tiene poco éxito con las muchachas y su vida es bastante monótona. Todo cambia cuando comienza a tratar mejor a Eisen, a quien ya conocía desde años atrás.

Ambos forman el grupo a mediados de ese año, el cual desde el principio tenía planeado su plan de marketing, esto es, el maquillaje y una imagen glam-rock adoptada al rock más duro que por entonces se explotaba. Tras poner un aviso en Rolling Stone, Peter Crissoula se convirtió en el batería y, meses después, Ace Frehley se integraría tras responder a otro aviso publicado en el Village Voice.

Había otra razón para encubrir sus rostros, y era el hecho que Simmons padecía pánico escénico. "Con el maquillaje me convertía en otra persona, y volvía a ser tímido una vez que me lo quitaba", refirió hace años. Luego de pasar un par de años presentándose en varios lugares de Nueva York, Bill Acuoin, un director de TV, los puso en contacto con Neil Bogarde, más conocido como Neil Bogart, quien acababa de fundar Casablanca Records tras salir de la disquera Buddha. Y pese a que el empresario estaba poco relacionado con su música decidió firmarlos, atraído por la imagen --y los dólares, claro-- que potencialmente podría arrojar el tener a ese grupo, que acababa de adquirir el nombre de Kiss. (Ironía aparte que Casablanca, que produciría a artistas discotequeros por montones durante los 70, primero tuviera en su róster a una organización que tocaba hard rock).

Con todo, los primeros tres álbumes --a saber, Kiss, Hotter Than Hell y Dressed To Kill-- tuvieron un éxito bastante moderado, en especial por la ausencia de promoción en las estaciones de radio. Sin embargo los cuatro miembros no dejaron de trabajar. Para 1975 consideraron que era el momento de lanzar un álbum doble en vivo, una especie de ahora-o-nunca que, para su fortuna, tuvo excelentes ventas. Fue también el momento en que Kiss comenzó a extender su fama por Europa, Japón y parte de América Latina.

El año siguiente fue quizá el más activo para Kiss. No sólo realizó una gira de conciertos por el país, Estados Unidos y Canadá; también lanzó Destroyer que incluía la hoy legendaria "Detroit Rock City", cuya calidad mostraba que el cuarteto era más que litros de maquillaje. También ahí venía empaquetada "God of Thunder", invariablemente mencionada entre las canciones que incluyen "mensajes satánicos". También por esos tiempos, y en respuesta al surgimiento de un club de fans llamado Kiss Army apareció el rumor que las siglas del grupo significaban Knights in Satan's Service (Caballeros al Servicio de Satanás).

"En primer lo gramaticalmente correcto en inglés sería usar la preposición 'at' en vez de 'in', pero francamente sonaría extraño que nos llamáramos KASS", dijo Simmons en una entrevista, y agregó "son puras invenciones que de todos modos nos sirven de publicidad".

Apenas con unos meses detrás del Destroyer apareció Rock and Roll Over. Quizá desesperados ante la indiferencia de la radio comercial fue que decidieron enfocarse a un estilo más comercial y más digerible, y hasta cierto punto lo lograron, irónicamente, a través de "Beth", una balada interpretada por el baterista Kriss y donde, extrañamente, no hay batería. El tema se fue al número 7 de las listas. Otro hit fue "Rock and Roll All Night", dedicada a lo que Kiss se había convertido en ese entonces: una juerga constante, sobre todo para Stanley y Simmons y donde decenas de groupies eran invitadas a pasar un rato con ellos (Simmons dedicó "Plaster Caster" a una de ellas, cuya afición era hacer figuras en yeso del miembro masculino del ambiente del rock).

Ya en plena efervescencia, Marvel Comics publicó una historieta del grupo cuya tinta, supuestamente, tenía sangre de los cuatro integrantes del grupo. Mientras tanto en junio de 1977 salió a la venta Love Gun con riffs de guitarra cada vez más brillantes y a éste siguió Alive II, otro disco doble grabado en vivo cuyo éxito fue un tanto menor.

Nadie aquí es indispensable", fue la respuesta lacónica que Simmons dio a la revista Hit Parader cuando se le preguntó sobre la salida de Peter Criss debido a diferendos personales

Una razón radicaba en que los cuatro miembros ya acusaban cansancio. "Habíamos estado juntos por tanto tiempo que comenzaba a crearse un ambiente de tensión innecesario", refirió Stanley. "Cada vez queríamos mayor espacio individual, por eso Gene y yo decidimos que durante un año cada quien haría un proyecto libremente. También acordaron que no se quitarían el maquillaje. El proyecto comenzó a madurar poco después de concluir las grabaciones del Double Platinum.

La idea le pareció una excentricidad a Bogart, el empresario de Casablanca, pero aceptó con reservas pues sabía que difícilmente los cuatro tendrían el mismo éxito por separado que si lo hicieran juntos. Al final Bogart tenía razón, pero se equivocó en un aspecto: la producción que más trascendió no fueron la de Simmons ni la de Stanley, que se hundieron lentamente, ni la de Criss, cuyo despunte como compositor había motivado varios roces con los otros miembros. El álbum que tuvo mejor suerte fue el de Frehley, sobre todo por su "New York Groove", coescrita y producida por Glenn Ballard.

Finalmente la oleada disco comenzó a permear a Kiss el cual regresó como grupo mediante Dynasty, que incluía "I Was Made for Loving You" y "Charisma". Pese a las buenas ventas, muchos percibieron la poca inspiración del álbum, señal de que el receso no había sido suficiente. Prueba de ello fue que Unmasked, su siguiente LP, fue grabado en medio de gran estrés que terminó con la salida de Peter Criss, quien rápidamente fue reemplazado por Eric Carr; "nadie aquí es indispensable", fue la respuesta lacónica que Simmons dio a la revista Hit Parader cuando se le preguntó al respecto.

Luz al final del beso

Pese a la popularidad que disfrutaba en buena parte del globo --en México incluso había una historieta llamada Chiss-- Kiss iba en descenso libre. No sólo Casablanca Records se había declarado en quiebra; los fans desertaban del Kiss Army casi en multitud. Simmons asumió que ellos también tenían que madurar por lo que propuso que su siguiente álbum, de nombre Creatures of the Night, abandonarían el maquillaje, decisión que no cambió aun cuando con ese material el grupo parecía retomar sus mejores momentos.

Así pues, con Lick It Up, aparecido en 1983, Kiss guardó en el clóset las botas de dragón y las bocanadas de fuego en el escenario, así como la lengua kilométrica, para optar por los pantalones acompañados de chalecos de mezclilla. Sobra decir que ésta fue una época en la que Kiss perdió todavía más relevancia; ocasionalmente se les veía en el canal MTV con videos como "Let's Put the X in Sex" y "Tears are Falling", aunque otro grupo más de los que conformaban la programación del canal.

El auge del hip hop y luego el grunge alejaron más todavía las posibilidades de Kiss, esto es, hasta 1994, cuando este último género comenzó a decaer y las oleadas que habían sido fans en los setenta ahora eran ellos también músicos profesionales, quienes grabaron un homenaje (que no "tributo", pues nadie paga impuestos a nadie) que llevaba el nombre de Kiss my Ass e incluía versiones de Stone Temple Pilots y, la más increíble, del artista country Garth Brooks, quien confesó haber tenido pósters del grupo cuando era niño en su natal Oklahoma.

La reunión estuvo a punto de frustrarse cuando el batería Criss fue arrestado por posesión ilegal de una arma semiautomática, pero al final pudo integrarse a la grabación del Unplugged, manera infalible de resucitar a grupos y cantantes durante los noventa. Frehley y Kiss se presentaron casi al final del show, sin maquillaje. La mala noticia del asunto fue que sus dos reemplazos fueron despedidos pocas semanas después, al oficializarse la reunión de los miembros originales, la cual se demoró cuando, de nuevo, Criss fue detenido por manejar en estado de ebriedad unas horas después del concierto.

"(La reunión) puede o no ser permanente", advirtió Simmons, "quizá volvamos a separarnos cuando deje de ser divertido". Por mientras, Kiss volvió a utilizar maquillaje e indumentarias de los setenta y grabó Psycho Circus, claramente inspirado en su Rock and Roll Over de 1977, que se vendió relativamente bien. El problema fue que, a unas semanas de iniciada su primera gira de conciertos, los problemas empezaron en el punto original de su primera separación. Hasta entonces el cuarteto había funcionado al seguir los lineamientos de Simmons y Stanley. Criss objetó aquello y, otra vez, fue el primero en salir. Más tarde entabló una demanda contra ambos por cuestión de regalías (una de ellas señalaba que se le había escamoteado el porcentaje que la tocaba cuando Eric "El Zorro" Carr grabó "Beth").

Menos de un año después Simmons publicó su biografía, donde indica: "La verdad es que (Criss) ya no es el mismo de antes... hoy bebe mucho y su personalidad se ha vuelto inestable", escribió. Páginas más adelante afirma que durante sus años en Kiss tuvo relaciones con más 3 de mil mujeres, no sólo groupies sino incluso la esposa de un alto ejecutivo de su antigua disquera, "quien discutía de negocios en el cuarto contiguo"

Así, y luego de un receso, el mismo Simmons anunció el final de Kiss. "Hicimos el trabajo que nos correspondía y es momento de retirarnos tranquilamente", dijo, aunque Stanley baraja la posibilidad de continuar con un proyecto parecido.

 

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