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INTERNACIONAL
Las imparables burradas de Joe Biden
La carnicería al interior del Partido Demócrata se
agudiza, pero los seguidores de este ex
vicepresidente consideran que al final será el
candidato presidencial que en el 2020 derrotará a
Donald Trump; eso si las burradas que suelta con
preocupante frecuencia no lo sacan antes de la
contienda. Dicen que Joe Biden, es el mejor
de los aspirantes de ese partido a la Casa Blanca.
¿Cómo estarán los peores?
Versión impresión
JULIO, 2019.
En este momento, el Partido Demócrata asemeja a un
auto de carreras que se está cayendo a pedazos a
mitad de la carrera y cuando empieza a detenerse
llega un grupo de seguidores que lo empuja desde
atrás para que vuelva a arrancar. Ese grupo,
naturalmente, son las
celebridades de Hollywood
y la
prensa liberal
norteamericana. Porque sin ellos, desde hace rato el
Partido Demócrata estaría hundido, víctima de su
propia incongruencia, doble moral y progresiva
estupidez en sus planteamientos que están alarmando
a los demócratas tradicionales.
Formulamos nuevamente a la pregunta: ¿qué diablos le
está ocurriendo a este partido cuyos miembros en
otro momento derrotaron simultáneamente a la
Alemania nazi, a Mussolini y al estado imperial
nipón, que evitó que
Berlín muriera de inanición,
que puso las bases del programa espacial que
llevaría al hombre a la luna, que luchó
decididamente a favor de los derechos humanos en los
60 y que en los años de
Bill Clinton rescató a la
economía de la quiebra y la dejó en números negros?
¿Em qué momento el Partido Demócrata se desvió del
curso que ha llevad a tener entre sus filas a
payasos sin maquillaje como el ya referido
"Beto" O'Rourke,
a Kamala Harris, a Bernie Sanders, a Elizabeth
Warren y hasta el nefasto alcalde de Nueva York
Bill di Blasio?
Más intrigante aún: ¿cómo es que muchos de sus
militantes tradicionales de repente hayan cambiado
su discurso y ahora apoyen causas a las que hasta
hace unos años se oponían firmemente? ¿Cómo confiar
en alguien que hoy te promete una cosa y mañana
hablan en favor de algo totalmente distinto, sin que
por un momento parezca importarle la contradicción
de su discurso?
Enfoquémonos hoy en Joe Biden, quien interrumpió su
descanso tras haber sido vicepresidente de Barack
Obama durante 8 años. Bueno, conviene aclarar:
hablamos de su descanso en casa pues en ese puesto
Biden se la pasó pachangonamente sin hacer
absolutamente nada memorable. Pero alguien le
aconsejó que había llegado su momento de buscar la
Presidencia de los Estad0s Unidos y se alistó a la
ya de por sí abultada lista de suspirantes para,
según él, echar a Donald Trump.
Lo primero que hizo Biden fue enviar saludos a "mi
amigo Barack Obama", quizá esperanzado de recibir un
espaldarazo del ex mandatario. Pero éste optó por
responder con evasivas, algo que confirmaría los
rumores de que nunca se llevaron bien.
Los "tocamiento" de Biden hacia niñas menores de
edad se remontan a por lo menos desde el 2016, pero
a ningún medio liberal le han preocupado gran cosa.
por el contrario: sus ridículas y amañadas encuestas
siguen poniendo a Biden el simpatías incluso
arriba
del presidente Trump. Todos son pervertidos, pero,
diría Orwell, unos son más pervertidos que otros.
Su precandidatura está llevando a que la opinión
pública conozca más acerca de Joe Biden, y lo que
están viendo resulta, al menos, preocupante. En
primer lugar tenemos esos videos donde el aspirante
recibe a varios legisladores demócratas acompañados
de sus familias. Tras hacerles bromas a las hijas
pequeñas de esos legisladores,
se ve en los videos
cómo Biden las oprime contra su cuerpo al momento de
tomar la foto; algunas de estas niñas no ocultan su
angustia al atestiguar cómo un político aparentemente
respetable como Biden se mostrara excesivamente
cariñoso con ellas.
Si eso no fuera alarmante (por lo menos
John F.
Kennedy y Bill Clinton las preferían ya mayorcitas
de edad), las barbaridades proferidas por Biden ya
se antojan para una colección.
Una de las pocas cosas coherentes que dijo Biden
ocurrió hace unas semanas cuando reconoció que había
negociado como congresista "con algunos grupos
segregacionistas, gente que piensa distinto a mi".
¡De eso se trata la democracia, señor Biden! Llegar
a acuerdos con gente que no necesariamente tiene la
misma posición ideológica es la razon por la cual
existen un Congreso y un Senado en la mayoría de los
países que han adoptado esa forma de gobierno.
Pero dado que twitterlandia lo agarró a dentelladas,
Biden se desdijo de, precisamente, haber sido un
demócrata en su tiempo. Y de ahi p'al real, como se
dice coloquialmente, las estupideces de Joe Biden se
desbocaron, algo doblemente increíble si recordamos
que se trata de alguien que busca gobernar al país
más poderoso de la tierra.
* Cuando Barack Obama buscaba la presidencia en el
2018, Biden lo defendió argumentando que se trataba
de "un político negro articulado", es decir, que
sabía cómo expresarse. Sin embargo nadie ha
recordado esta declaración claramente racista, y
estúpida, naturalmente.
* En una entrevista con el reverendo Al Sharpton,
Biden señaló que la elección de Donald Trump
"equivalió al asesinato de Robert Kennedy y de
Martin Luther King". ¿Quiere esto decir que todos
quienes votaron por Trump son asesinos potenciales y
racistas a ultranza? (Aunque en el caso del senador
Robert Kennedy, su argumento implicaría entonces que
también todos los hindués pudieran ser magnicidas).
Esa declaración no puede provenir de alguien que se
encuentra emocionalmente estable.
* Pero en un discurso pronunciado el 18 de julio,
Biden conectó un jonrón de absoluta estupidez al
denunciar a Trump como "el presidente más racista
que ha tenido Estados Unidos".
Indirectamente, esa declaración estaría exonerando
entonces a Thomas Jefferson del "racismo" que le
atribuye la izquierda o, por lo menos, lo dejaría en
un segundo y lejano tercer lugar de Trump. Sin
embargo y si repasamos la historia de otros
mandatarios abiertamente racistas, Jefferson y Trump
fácilmente saldrían de ese Top Ten.
Quizá a Biden la caería bien repasar la historia de
su país antes de recibir sandeces: su
correligionario, el ex presidente Woodrow Wilson
(1913-1921) envío un decreto anticonstitucional que
impedía entrar al ejército a miembros de minorías
raciales, especialmente los negros pues no los
consideraba "aptos" para el servicio. Fueron los
congresistas republicanos quienes finalmente echaron
abajo ese decreto abs0lutamente racista.
Poco después de declarar la guerra a Italia, el
presidente
Franklin D. Roosevelt (demócrata, para
quien lo haya olvidado) ordenó detener a los
ciudadanos norteamericanos de origen italiano
"sospechosos" de colaborar o espiar para Benito
Mussolini. A los norteamericanos de origen japonés
les fue peor pues el mandatario los ordenó arrestar
únicamente por el delito de tener ascendencia nipona
pese a ser norteamericanos con todas las de la ley. Roosevelt ordenó encerrarlos en Manzanar en lo que
se llamó "campo de internamiento", aunque hubo una
decena más de esos campos en Wyoming, Oregón,
Washington, Utah y hasta en Hawaii, algo que
Washington negó en su momento. Esto evidencia un
claro y evidente racismo hacia una etnia específica
por parte del ex presidente Roosevelt.
Lyndon B. Johnson (1963-1969) solía criticar en
privado a Martin Luther King, sobre todo porque el
líder de los derechos humanos era simpatizante
registrado del Partido Republicano. Cuando se
aproximaban las elecciones presidenciales de 1964
--las que habría terminado John F. Kennedy-- Johnson
dijo una frase hoy famosa ante sus simpatizantes:
"mientras tengamos a esos negros votando por
nosotros, jamás perderemos una elección". Sobra
decir que en lugar de "negros", Johnson utilizó un
término altamente ofensivo que también empieza con
la letra "n". Pero, según Biden, Trump es todavía
más racista que Lyndon B. Johnson.
* En otro de sus
discursos, Biden se comprometió a restituir
totalmente el Obamacare en caso de ganar la
presidencia en el 2020 y advirtió que "si desean
ustedes mantener a su doctor podrán hacerlo", la
cual es considerada la mentira del 2013 cuando el
entonces presidente dijo lo mismo para más tarde
traicionar su palabra. ¿Acaso pensará Biden que los
electores que recuerdan aquello son tan pendejos
como él?
Falta más de un año para las elecciones
presidenciales del 2020 por lo que Joe Biden cuenta
con tiempo de sobra para seguir diciendo más
estupideces, eso si no lo botan de su carrera por la
nominación presidencial demócrata. Entre todos los
nominados se le considera "el menos peor".
Imagínense cómo estará el resto. Y así como dijo
cierto político mexicano que la caballada estaba
flaca, en la política gringa demócrata no hay
caballada, sino burrada. Y de esos 24 (hasta el
momento) no se hace uno... qué horror.
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