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Payasos sin maquillaje: "Beto" O'Rourke

Otro demócrata se desdice de lo dicho para salir con que siempre sí le entra a la carrera  a la presidencia de Estados Unidos el próximo año. Se trata de un político texano de ancestros irlandeses quien se siente tan latino que se hace llamar Beto. Presentamos a otro clown del ya cansado show armado por el partido del burro

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ABRIL, 2019.  Los medios norteamericanos, convertidos en voceros serviles del Partido Demócrata, han dejado atrás la supuesta colusión Trump-Rusia --bueno, casi todos; otros, como la "periodista" Rachel Maddow, siguen insistiendo en ella pese a que el rating de su programa sigue en picada-- y se han enfocado en darle batería a un joven político texano a quien hasta hace poco el resto de ese país ni idea tenía de quién era.

Como muestra del dinamismo y la esperanza que encierra Robert "Beto" O'Rourke, estos medios claman orgullosamente cómo "Beto" logró juntar 6 millones y medio de dólares para su campaña en pos de la Casa Blanca en apenas 48 horas, al punto que la revista Vanity Fair le dio una portada donde "Beto" aparece en un camino de terracería a mitad del desierto, un   paisaje sospechosamente similar al de la frontera por donde pasan decenas de ilegales cada día. El analista Silvio Canto ironizó en torno a la desafortunada portada: "¿Acaso "Beto" O'Rourke está pensando seriamente en convertirse en agente de Inmigración? Porque de lo contrario esa es una de las portadas más ridículas que he visto en una revista en mucho tiempo..."

En la zona de El Paso, Texas, de donde es originario, es bien conocida la imagen de "Beto" O'Rourke, quien durante la campaña en pos de una senaduría el pasado noviembre se dirigió, con un español deficiente, a la población de origen latino. Y aunque los medios afirmaban que "Beto" derrotaría al senador republicano Ted Cruz, quien buscaba la reelección, al final "Beto" sufrió una humillante derrota que sus amigos periodistas trataron de ocultar o minimizar en lo posible.

En el artículo de Vanity Fair, "Beto" O'Rourke enfatiza que "nació para el puesto de presidente de los Estados Unidos", cosa curiosa dado que en las semanas posteriores a su derrota afirmó ante quien quisiera escucharlo que no tenía "intención alguna" de entrar a la carrera a Washington. "Que quede claro, no busco la presidencia, hay otras prioridades que atender en mi distrito".

Pero algo pasó por la mente de "Beto" y del "dijo mi mamá que siempre no", ahora "Beto" se ha lanzado al ruedo donde busca dejar en el camino a otros suspirantes demócratas, entre ellos Elizabeth "Piel Roja" Warren, Joe "Besucón" Biden y Bernie "todogratis" Sanders, luego que lacras como el abogado Michael Avenatti, otrora considerado "probable", ya va en camino a prisión.

(Por cierto, el artículo de marras es un deleite: además que al periodista de Vanity Fair no se le ocurrió ninguna pregunta crítica que formularle, "Beto" es presentado como "un idealista que siempre llevaba un libro de bolsillo consigo, poseedor de una extensa biblioteca, además de ser un atleta que ha pasado por varias experiencias místicas". Nada más faltó escribir al reportero que, de llegar a la Casa Blanca, O'Rourke sanaría a los enfermos con solo tocarles la frente. Sin embargo "Beto" no parece haber escogido bien al autor de su "perfil", un tal Joe Hagan, quien hace años escribió un artículo igualmente melifluo para el ex senador John Edwards, hoy sumido en el absoluto descrédito).

Desafortunadamente, el mensaje de "Beto" no varía, ni una coma, al de sus rivales demócratas; antes bien, en algunos puntos es aun más radical. El primero, predeciblemente, es su exigencia a que desaparezca el muro divisorio entre México y Estados Unidos, en especial la zona de El Paso y Ciudad Juárez. "Es un símbolo de desprecio y discriminación hacia nuestros vecinos, además de ser completamente innecesario", dijo "Beto" en una entrevista reciente con la MSNBC.

Sin embargo el reportero "olvidó" preguntarle qué tanto estaba influyendo el muro fronterizo en el hecho que El Paso esté entre las cinco ciudades más seguras de Estados Unidos pese a tener de vecina a una de las más peligrosas del continente americano.

No es casualidad dado que en algunas partes fronteras de México con Arizona y Nuevo México donde la frontera está señalada únicamente por mojones divisorios o alambrados fáciles de atravesar, quienes habitan los poblados y comunidades del lado norteamericano se han quejado cómo, aparte de las gavillas de polleros, grupos delincuenciales entran ilegalmente al país, incluso para exigirles "derecho de piso" o hasta han arrojado a las calles cadáveres de delincuentes rivales.

En varios discursos "Beto" ha denunciado "la inhumana política migratoria" del presidente Trump "donde los niños son cruelmente separados de sus padres", pero a ningún reportero se le ha ocurrido recordarle que el gobierno federal mantiene una política migratoria aprobada por los demócratas durante el gobierno de Barack Obama. ¿Por qué en aquél tiempo a "Beto" no le pareció "cruel" una práctica cuyo propósito es cerciorarse de que esos niños en realidad no fueron secuestrados, y ahora sí?

Igualmente, "Beto" es partidario de que aplique el servicio médico para todos, se sea ilegal o no, así como la implantación de un ingreso básico universal, eso es, el dar dinero a todo aquel ciudadano mayor de 21 años sin importar que tenga empleo o carezca de él ("Beto" también apoyó el "Plan Verde" de la legisladora Alexandra Ocasio Cortez, el cual fue rechazado incluso por varios senadores demócratas dado que, de haberse aprobado, habría marcado una sentencia de muerte para la economía norteamericana.

Pero al final, Beto es un fracasado...

Dick Morris, ex asesor de Bill Clinton y hoy convertido en analista político, sostiene que los demócratas están interpretando al revés las señales que les mandan los electores: "Era común que si un partido político en el poder perdía una elección, cambiaba su estrategia o la modificaba para traer de vuelta a esos votantes descontentos. Sin embargo, como respuesta a cada derrota electoral, los demócratas han profundizado su radicalismo".

Ello no pudo quedar más en evidencia cuando O'Rourke perdió la elección contra el senador republicano Ted Cruz pese a contar con el respaldo de celebridades de Hollywood como Jennifer Lawrence, Cher y el cantante Willie Nelson, en vez de interpretar su derrota como un rechazo a su discurso demagógico, "Beto" se movió más hacia la izquierda

Pero quizá lo más molesto de "Beto" O'Rourke es precisamente eso, su nombre latinizado, y el sentirse latino pese a que sus abuelos maternos llegaron de Irlanda a Texas a mitad del siglo pasado. Es absolutamente absurdo que un aspirante a la presidencia de Estados Unidos "españolice" su nombre como estrategia electoral, tanto así que "Juan" Kennedy, "Ricardo" Nixon, "Ronaldo" Reagan, "Jorge" Bush o "Memo" Clinton habrían sonado tan ridículos como claramente ocurre con "Beto" O'Rourke.

Por cierto ¿que acaso no estamos viendo aquí un caso de "apropiación cultural" con "Beto" O'Rourke, quien incluso ha llevado mariachis a sus actos de campaña? ¿Dónde están esos activistas tuiteros que armaron un escándalo en Texas porque un estudiante de la universidad A&M de Austin publicó una foto en Instagram saboreando un burrito y luciendo un sombrero mexicano?

Pero hay un aspecto que los admiradores de "Beto" O'Rourke están olvidando: con la clara excepción de Donald Trump y de Dwight Einsehower, no se ha dado el caso de un presidente de Estados Unidos que no haya ganado un puesto de elección popular previo a la candidatura por lo menos los últimos 100 años: antes de llegar a la Casa Blanca, Obama fue senador por Illinois, George W, Bush senador y gobernador de Texas, Bill Clinton gobernador de Arkansas, George H.W. Bush senador, Ronald Reagan gobernador y senador por California, Jimmy Carter gobernador por Georgia, Gerald Ford, líder de la Cámara, Richard Nixon, senador, Lyndon Johnson, senador, John F. Kennedy, senador, Harry Truman, senador y gobernador de Missouri, y Franklin Roosevelt, gobernador de Nueva York. En contraste, "Beto" O'Rourke ha sido únicamente legislador estatal.

Y ese "salto" a Washington que perdió "Beto" a manos del senador Cruz lo ubica como a un perdedor ante los electores, incluso frente a sus mismos correligionarios como Sanders y Kamala Harris y Kirstin Gilleibrand, quienes ya ganaron una elección legislativa

Otros aspectos molestos de "Beto" son su descarada imitación de Robert F. Kennedy así como su manía de subirse a las mesas de los restaurantes sin quitarse los zapatos. ¿Alguien le habrá dicho lo antihigiénico que representa pararse sobre el lugar donde la gente come sus alimentos? Esa desagradable costumbre, ha de pensar "Beto", lo identifica con los anarquistas de principios del siglo XX que hacían lo mismo al ofrecer sus arengas. Pero como ha dicho Morris, "el pararse sobre una mesa para dar discursos era cosa común entre los camisas pardas de Mussolini y los simpatizantes de Adolfo Hitler en la Alemania nazi".

¿Votará la comunidad latina de Estados Unidos por "Beto" solamente por haber adoptado ese nombre aunque nada tenga en común con sus intereses y aspiraciones? ¿Llegará a la Casa Blanca donde, sin duda, no tardará ni un minuto en empeñarse a hundir a Estados Unidos con sus propuestas y políticas suicidas? O más aún ¿logrará derrotar a  un Donald Trump que, según la última encuesta de Gallup, cuenta ya con el 48 por ciento de la simpatías de los electores de origen hispano en Estados Unidos? (Obviamente, los que radican legalmente en ese país).

Por el momento, "Beto" O´Rourke se antoja como un payaso sin maquillaje más --la otra representada con Alexandra Ocasio Cortez-- de un Partido Demócrata totalmente desfigurado, desesperado y carcomido por el radicalismo, el mismo que ha sido sistemáticamente rechazado por los votantes demócratas moderados.

Si pierde la apuesta, a "Beto" O'Rourke aún le queda una alternativa; volver a juntar su grupito de música punk de la adolescencia. Ante ese público "Beto" sí podría poner sus patotas sobre la mesa; ahí sí le celebrarían esa manía infantiloide. Y hasta el maquillaje de payaso le quedaría de maravilla.

 

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1 opiniones

carlos_mendoza78 escribe 27.04.18

Yo naci en Querétaro pero vivo en El Paso desde el 2003 y puedo decir sin temor a equivocarme que la principal razón por la cual la inseguridad y la delincuencia que azotan a Juárez no se han cruzado para aca es por la existencia del muro en la frontera, muchos de nosotros amamos a nuestro México lindo y querido ybnos duele lo que está pasando alla pero estoy igualmente seguro que si se mañana se abre la frontera esta parte de Estados Unidos se convertirá en tierra sin ley, también les escribo para decirles que me reí mucho con el artículo de Beto O'Rourke, en efecto es un payaso, la mayoría de los mexicoamericanos de El Paso lo consideramos así, lo que pasa es que los medios de comunicación nunca se acercan a preguntarnos nuestra opinión, nosotros no lo tomamos en serio pues es un hipocrita y un vividor que se caso con alguien perteneciente a una de las familias más ricas de esta ciudad, saludos a la fase enlinea