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INTERNACIONAL

 La "narrativa" es clara: solo los blancos odian a la humanidad y son racistas

Una semana después de un grave atentado en Nueva York, de su autor ya no se ha dicho prácticamente nada, quizá porque era una afroamericano que en las redes sociales destilaba odio racial. No fue la primera vez, ni tampoco será la última, en que ello ocurra: es la doble moral al servicio de la desinformación

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ABRIL, 2022. Otro martes trágico en la ciudad de Nueva York se dio cuando un sujeto comenzó a disparar dentro de un vagón del tren subterráneo antes de llegar a una estación de Brooklyn luego de arrojar un par de bombas de humo. Afortunadamente el arma que llevaba consigo se trabó, lo que evitó una tragedia de gravísimas proporciones (solo hubo heridos y no se registraron víctimas mortales). El tipo logró escapar pero para esa misma noche ya existían pistas sólidas para localizarlo, lo cual ocurrió menos de 48 horas después cuando se arrestó a un tal Frank James, un robusto afroamericano, situación inesperada para esos tuiteros que a unos minutos del incidente comenzaron a hablar profusamente sobre el infaltable "supremacista blanco" que "había sembrado su odio racial en una estación del metro en Brooklyn".

Luego se supo que James no solo llevaba tiempo planeando el atentado, y en lo mínimo se movía en la oscuridad; antes bien, James tenía amplia presencia en You Tube, facebook e Instagram donde entre otras cosas advirtió: "esos blancos hijos de la chingada que quiero matar, realmente los quiero matar porque son blancos" o bien "los blancos y los negros, como nos hacemos llamar, no debemos tener contacto mutuo (...) los negros y los llamados blancos ni siquiera deben convivir en el mismo hemisferio", comentario que si proviniera de un blanco en relación a los negros, su cuenta sería cerrada y se le denunciaría como simpatizante del ku klux klan y aun sería enviado a prisión.

Sin embargo esas páginas, saturadas de odio racial, jamás fueron objetadas por los censores de esas plataformas y finalmente fueron echadas abajo con el claro fin de protegerlo y evitar que se supiera más sobre el autor de esos atentados.

En los días siguientes, los medios norteamericanos en lo mínimo se molestaron en mencionar los motivos del frustrado tirador: el USA Today refirió que James "publicó una serie de frases con fuerte contenido racial" (sic) y The Washington Post lo describió como "una persona que claramente demostraba tener profundos resentimientos sociales". ¿Pero cuáles eran frases "con fuerte contenido racial? ¿a quién aludían?  Esos medios no ofrecieron una sola referencia directa al contenido de lo que James publicó en las redes sociales, ni mucho menos ejercieron lo que debiera ser parte elemental del ejercicio periodístico: ¿dónde vivía el sujeto, quiénes eran sus vecinos, qué movimientos extraños notaron en James, cómo se comportaba ante ellos?

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Ya pasó más de una semana de ese atentado y la prensa no se ha molestado en entrevistar a los familiares de James, ni a investigar sus nexos con grupos extremistas; el asunto se ha limitado a indicar que el sujeto compró el arma de fuego en el estado de Ohio porque, ya lo sabemos, si un negro es el que dispara un rifle o una pistola, los principales responsables son quienes se las vendieron.

Tremendo contraste con Patrick Wood Crusius, el sujeto que realizó la matanza en un WalMart del Cielo Vista Mall de El Paso, Texas en el 2019: antes que concluyera el día, la prensa ya había hecho pública hasta su talla de calzoncillos.

Y así como esa prensa servil y abyecta a los intereses del Partido Demócrata guardó silencio durante 16 meses en torno a la laptop de Hunter Biden, igualmente minimizó otro atentado, este ocurrido en Wisconsin el pasado diciembre donde Darrell Edward Brooks arrolló a 62 personas durante un desfile navideño y mató a otras seis. Brooks no solo era negro sino que acumulaba un considerable historial de arrestos. En su cuenta de twitter Brooks escribió "Hitler sabía quiénes eran los verdaderos judíos" y sugirió "atropellar a todo aquel que tenga la piel blanca, y no dejemos que el tráfico se haga lento a causa de estos idiotas".

De acuerdo al activista y periodista Andy Ngo, la cuenta de este sujeto nunca fue amonestada y pese a que el  twitter donde advertía del "atropellamiento" lo escribió en el 2017. Por lo visto, para esas plataformas, semejantes amenazas cargadas de racismo bajo ninguna circunstancia podrían constituir un "delito de odio".

Ya sabemos cómo en los planteles escolares norteamericanos se enseña a los alumnos que las minorías raciales, especialmente los de origen afroamericano, "no pueden ser racistas", punto más que cuestionable si recordamos que hay gente como el "reverendo" Louis Farrakhan quien no solo califica de "satanás" a todo aquel que sea de origen caucásico y quien incluso ha dicho que "Hitler tenía razón", o bien Jeremiah Wright, el "reverendo" a quien Barack Obama dijo que era "como ese tío chiflado que todos tenemos" pero que entre otras cosas, advirtió que los blancos que murieron en los atentados del 2001 "no merecen el mínimo de simpatía ni de respeto... ellos se lo buscaron".

Ya dado que es idea parte del "discurso" que está promoviendo la izquierda progre en Estados Unidos, tenemos una omisión generalizada de la información cuando estos atacantes no son blancos pero que en las redes sociales han proporcionado material de sobra para que expresen el profundo odio que sienten hacia la población blanca.

Pero la prensa no ha sido la única empecinada en seguir atizando la tensión racial con la manipulación y la relativización informativas. En ciudades como Los ángeles, Nueva York, Portland, Seattle y San Francisco, se han aprobado leyes donde las penas son menores contra los infractores si éstos pertenecen a minorías raciales; de hecho en la bahía donde se encuentra el Golden Gate, el "robo hormiga" dejó de ser penalizado si lo comete un afroamericano. En consecuencia, el pequeño comercio se ha descapitalizado debido a gente que se lleva sin pagar objetos con valor menor a los 30 dólares pero que, en conjunto, vienen a representar pérdidas considerables. Igualmente, si el presunto culpable de un delito es negro, casi con seguridad saldrá libre menos de 24 horas después y sin tener que pagar fianza.

En consecuencia, los robos, las balaceras y los actos delincuenciales cometidos por afroamericanos han aumentado dramáticamente desde el 2017, cuando estas leyes comenzaron a aprobarse. ¿Y cómo habría de ser de otro modo si con ello se está solapando y protegiendo los actos delincuenciales por encima del interés y de la seguridad de los afroamericanos honrados y quienes conforman una aplastante mayoría?

Y es que, de acuerdo a esa "narrativa", los únicos racistas y violentos en Estados Unidos, pues, son los blancos. No importan las estadísticas como, por ejemplo, que de cada 100 asesinatos de afroamericanos que ocurren en Estados Unidos, hasta un 65 por ciento fueron cometidos por negros, de acuerdo a John Dale Dunne de la página americanthinker.com, quien apunta que el último "supremacista blanco" que asesinó al manifestante negro Heather Heyer durante los disturbios en Charlottesville, ocurrió en el 2017, hace ya cinco años

Igualmente a esos medios manipuladores de la información "se les pasó" mencionar que Derek Chauvin, el policía que provocó que George Floyd muriera posteriormente tras resistirse al arresto, trabajaba para el Departamento de Policía de Minneapolis, una ciudad que únicamente ha tenido alcaldes demócratas desde 1962.

Previsiblemente, toda mención de Frank James, el autor del atentado en el metro de Brooklyn, prácticamente ha desaparecido de las planas de los periódicos, los mismos que denuncian como "macartismo" todo aquello que los incomoda, esto en alusión a un senador que falleció hace 65 años.

 

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