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ABRIL, 2017. Tremenda, escandalosa noticia: Facebook, la red social más popular del planeta, fue utilizada por simpatizantes de Donald Trump quienes accedieron a los perfiles de los usuarios para promover al hoy presidente norteamericano. El asunto ha llegado incluso al Senado, donde hace unos días Mark Zuckerberg, el fundador de esa página, tuvo que acudir luego que hace semanas "pidió disculpas" mediante una plana entera pagada en varios periódicos y aseguró que "en lo futuro", se evitarán más "infiltraciones" para que ya no se repita el desaguisado.

De hecho, esto es una repetición de lo ocurrido en el 2016 con Facebook, esto es, la manipulación de los perfiles de los usuarios con fines proselitistas; la diferencia, por supuestísimo, es que hace seis años quien ganó era el candidato de Zuckerberg y el de su equipo de colaboradores. Carol Davidsen es la vicepresidenta de una empresa de tecnología política llamada Rentrak y que trabajó en la campaña de Obama en el 2012. Veamos lo que dijo Davidsen hace tres años en torno a cómo la información de los usuarios de Facebook fue manipulada a favor de Barack Obama:

"En la elección del 2012 Facebook tenía la posibilidad de enviar información y comunicados. Las políticas de privacidad de Facebook establecían que si el usuario aceptaba recibir información y actualizaciones, éste también podía decirnos quienes eran sus amigos a los que podríamos enviar información (...) Esto es como cuando varias personas se sientan alrededor de una mesa y encierran en un círculo los nombres de personas que conocen y a las que nosotros queremos llegar. La campaña de Obama hizo esto a nivel digital, que es mucho más amplio. Y eso es parte del alcance que tiene Facebook entre la gente..."

¿Que no es esa precisamente la acusación en contra de Cambridge Analytica, la empresa que presuntamente utilizó la información de los usuarios para favorecer a Trump?

Además de encontrarnos con otra excusa, más infantil aún, de pensar que Facebook, además de los malvados rusos, son los culpables de que Hillary Clinton haya perdido --sin pensar por un segundo una posibilidad, más real, que se trató de une pésima candidata-- pues los mismos demócratas han aceptado que las redes sociales son dominadas mayoritariamente por la izquierda norteamericana. ¿Cómo pudo ser, entonces, que una de las redes sociales más izquierdistas que hay en la red haya sido decisiva para que Trump ganara la presidencia? ¿Por qué esta vez la promoción del voto a favor de Hillary no fue tan eficiente como si lo fue durante la reelección de Barack Obama?

Facebook es como aquel amigo bonachón del cual nos ganamos su confianza y comenzamos a confiarle secretos y confidencialidades para darnos cuenta más tarde que toda esa información la entregó a alguien más, Pero también quienes alguna vez hemos usado Facebook tenemos la culpa por creer, en primer lugar que "es gratis y seguirá siéndolo" y, segundo, que todos los datos que ahí colocamos en realidad nadie tiene acceso a  ellos excepto a quienes autorizamos a hacerlo.

Desde el principio la "política de privacidad" que aparece cuando abrimos una cuenta en facebook --y la cual el 99 por ciento nos saltamos con un click--  incluye cosas como ésta: "Nosotros (además) recopilamos información y contenidos que proporcionan otros usuarios cuando utilizan nuestros servicios, incluyendo información acerca de usted tales como el momento que que alguien comparte una foto suya, le envía un mensaje, sube o importa información a través de sus contactos".

Y si eso no basta para ver hasta dónde Facebook mete sus narizotas en nuestra cuenta, tenemos un párrafo llamado "sus redes y sus conexiones", donde se establece que, "recopilamos información acerca de los usuarios y la gente con la que está usted conectado y cómo interactúa con ellos, y sea la gente con la que se comunica con más frecuencia o los grupos con los que usted desea compartir información. También  recopilamos información que usted proporciona, incluida sus libretas de direcciones".

¿Y para qué se utiliza esa información, según Facebook? Entre otras cosas, "pasar hacerle llevar nuestros servicios, contenido, personalidad, hacer sugerencias de su información para ver y entender como utiliza e interactúa con nuestros servicios y la gente o cosas que a usted le interesan y con las que usted se conecta".

Además de eso:

"Utilizamos la información que tenemos para proporcionarles sugerencias. Por ejemplo, podemos indicarle que un amigo lo ha mencionado en una doto y al comparar las fotos de sus amigos logramos juntar un perfil que incluye todas esas fotografías que se han anexado a su página". Más adelante esta "política de privacidad" establece que "nosotros llevamos a cabo encuestas e investigación así como características de desarrollo y analizamos la información que tenemos para evaluar y mejorar tanto productos como servicios, desarrollar nuevos productos o actividades para solucionar problemas".

¿Usted proporcionaría información a un completo desconocido acerca de sus actividades diarias, sus preferencias de todo tipo, la música que le gusta, quiénes son sus amistades, quiénes no lo son, o le entregaría fotografías donde no solo aparecen sus familiares más cercanos sino en ocasiones también la fachada de su cada o igualmente le presentaría con todo detalle a sus hermanos, padres, tíos y primos? Pues bien, sorpresa, toda esa información la ha estado recibiendo Mark Zuckerberg sin que nadie nos obligue a hacerlo. Pero eso sí, Facebook "es gratis y lo será siempre". Cómo no, si así garantiza que recibirá información privada que gustosamente le entregamos cada vez que entramos a la red.

Lo increíble es que Facebook nunca ha escondido sus intenciones y sus fines. En vez gastar millones de dólares en estrategias de marketing que muchas veces no dan los resultados esperados, Zuckerberg y sus cuates recopilan y guardan información que incluye nuestras preferencias políticas. (Si eso no fuera suficiente, hasta la mostramos nuestros rostros y actividades sociales a la pandilla de Zuckerberg a través de Instagram, que coincidentemente también es propiedad de Facebook.

Así pues, Facebook dispone del banco de datos más grande de la historia por encima de muchos gobiernos. Sería ingenuo pensar que semejante veta no llegaría a ser utilizada para inducir el voto a favor de determinado candidato.

El problema en que se metió Mark Zuckerberg, lo reiteramos, es que la manipulación de votos de los adversarios de Hillary Clinton resultó mucho más efectiva. Una parte importante de quienes votaron por Trump no podrían interesarles menos las redes sociales; es un error pensar que las encuestas y tendencias realizadas de modo virtual necesariamente reflejan el mundo real pues dejan fuera a millones de votantes que, si mucho, cuentan con celular y servicio de whatsapp pero para quienes Facebook les representa --como loo es en muchos sentidos-- una pérdida de tiempo que adicionalmente suele crear estrés entre los usuarios.

Quizá sería hora de ir buscando un sustituto de Facebook (aquí en fasenlinea ya lo utilizamos muy poco). De hecho y si seguimos la famosa teoría de la Destrucción Creativa de Joseph Schumpeter,. esa red social perderá vigencia o desaparecerá del mismo modo que ocurrió a otras redes como MySpace, ICQ y decenas más que en su momento eran consideradas indispensables en la red.

Pero si optamos por otra red social en lugar de Facebook, la recomendación indispensable es: ya no dejes que alguien que ni siquiera conoces tenga registro de tu información confidencial.

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