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MEDIOS/Espectáculos penosos

Los Óscares 2018 fueron la marca del agua sucia hollywoodense

La ceremonia de este año siguió la misma tendencia de los Emmys y los Grammys por lo que, previsiblemente, el rating se desplomó. La entrega de los Óscares este año ponto será olvidada, azuzada por la lección que Hollywood no termina de aprender: los espectadores quieren entretenimiento, no sermoneo

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MARZO, 2018. Tras la lamentable experiencia de los Emmys y los Grammys, lo lógico sería que los productores de la ceremonia del Óscar entendieran la lección. Por ya sabemos que en Hollywood actual, ni la congruencia, ni la vergüenza, ya no digamos la lógica, son siquiera consideradas. Por principio, se vuelve a invitar a Jimmy Kimmel como maestro de ceremonias, un tipo tan carismático como piedra pómez. Todas las nominadas fueron fracasos en taquilla, incluida La Marca del Agua, de Guillermo del Toro, que según IMBD.com, recaudó 56 millones de dólares. Ya no digamos las otras nominadas, una de las cuales (Call Me By Your Name), apenas y metió 15 millones de dólares.

Jimmy Kimmel abrió con ima frase rebosante en hipocresía para justificar estos fracasos. "En Hollywood no se hacen películas para ganar dinero (??) sino para molestar a (el vicepresidente) Mike Pence". De hecho, quienes ni siquiera se molestaron con esas propuestas fueron los aficionados al cine que no encontraron nada de interesante en, por ejemplo, ver una relación entre un hombre de 24 años y uno de 17.

Luego dice Kimmel: "Este años el Óscar cumple 90 años, esto quiere decir que hoy es un televidente de Fox. ¿También es ferviente televidente de Fox la actriz Eva Marie Saint, de 93 años, quien dijo durante su aparición en la ceremonia "soy tres años más grande que el Óscar"? ¿Y qué acaso no fue eso una ofensa hacia los hoy llamados "adultos mayores?"

Más adelante la ganadora del Óscar Lupita Nyong’o y el actor paquistaní Kumail Nanjiani aparecieron juntos para manifestar su apoyo a los dreamers aunque olvidaron mencionar que, a diferencia de ellos, ambos actores entraron a Estados Unidos con sus documentos migratorios en regla.

Lo increíble es que nadie haya mencionado al elefante esa noche en el Pavillion de Hollywood. No hubo una sola mención de Harvey Weinstein, ni siquiera cuando Ashley Judd, Anabella Sciorra y Salma Hayek subieron juntas al escenario para denunciar el acoso sexual el acoso sexual en la industria del cine. Curioso que no hayan dicho en específico nada respecto a Weinstein, a quien las tres han acusado de tocamientos, de haberse desnudado frente a ellas y, en el caso de Hayek, amenazas de muerte.

Luego vendría el Óscar a Mjor Canción Original, que correspondió a la película Coco. El premio fue recogido por Kristen Anderson-López y por Robert López, La primera agradeció a sus dos hijas pero el segundo dijo: "este Óscar no es para ustedes. Es para mi mamá que murió". ¿Y cómo diantres iba a saber el publico que la madre de este individuo había muerto? Que grosería, la verdad.

Lo que queda claro es que Hollywood no tiene intención alguna de erradicar su doble moral. ¿Cómo es posible que luego del segmento donde Judd, Sciorra y Hayek hicieran un llamado a combatir el acoso sexual en la industria y menos de media hora después le otorgan un Óscar a Kobe Bryant, acusado de haber violado a una adolescente?

Gael García, talentoso él, nos dejó en claro que esa cualidad no la extiende a sus dotes como cantante.

Posteriormente el cantante de Pearl Jam, Eddie Vedder, interpretó la música de fondo de una de las secciones más esperadas de la ceremonia, el adiós a los actores que han fallecido el año previo. Y si bien hubo reconocimientos merecidos a Jeane Moreau, a Roger Moore, a Sam Sheperd y a Jerry Lewis, hubo increíbles omisiones, entre ellas Jim Nabor, Bill Paxton, Miguel Ferrer, Powers Boothe y, sobre todo, Adam West, quien participó en por lo menos 25 películas, además de aquellas donde caracterizó al encapuchado.

The Last Jedi, nominada para tres categorías, se quedó sin una sola estatuilla mientras Dunkerke, uno de los mejores filmes del 2017 --y uno de los más taquilleros-- recibió tres reconocimientos.

Al final el Óscar a Mejor Película y Mejor Directos los recibió el mexicano Guillermo del Toro. Bien por él, sobre todo cuando se aseguró que realmente él era el ganador al revisar bien el sobre. ¿Pero había alguna necesidad que en su discurso Del Toro pugnara por "un gobierno mundial y la eliminación de todas las soberanías, realmente eso nos conduciría a un mundo feliz tipo Imagine de John Lennon? Dudoso.

Ceremonia mediocre, y el rating lo dejó en claro. Los televidentes no están dispuestos a sentarse cuatro horas a ver cuál listado de películas que nunca les interesaron y jamás fueron a ver será la gran ganadora, menos aún si los actores quieren sermonearlos y darles lecciones de (¡sí cómo no!) moral política.

Lo mejor de los Óscares 2018 fue la repartición de chocolates a la entrada del recinto a los fans que habían pernoctado a las afueras. Fuera de eso, la ceremonia del pasado domingo fue desangelada, aburrida y políticamente correcta ad nauseam.
 

 

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