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CINE/Obituario
Lo extrañaremos,
Roger Moore
Cuando suplió
Sean Connery como el 007, le cambió la fisonomía con un toque más
irreverente pero que siempre dio muy buenas ganancias en taquilla.
Quizá Roger Moore no fue el mejor Bond de la historia pero, sin
duda, es el más divertido. El adiós a toda una leyenda
MAYO, 2017. Tenemos que aludir a
un lugar común si afirmamos que los zapatos de Sean Connery le
quedaron bastante grandes a George Lazenby cuando éste tomó el rol
de James Bond, y no tanto porque fuera una mala película sino porque
el escocés había dejado una vara altísima, imposible de superar
(imaginemos como similitud que se decidiera reemplazar a Van Diesel
en las películas de Fast and Furious... ¿quién dice yo?). Eso
puede explicar que luego de ese fiasco, los productores Cubby
Broccoli y Harry Saltzman decidieran llamar a un Roger Moore, ya
libre de compromisos laborales, para que caracterizara al 007.
También con Moore hubo rechazo inicial, hay que decirlo: Connery
había regresado brevemente como James Bond en Diamonds are
Forever, pero esta vez las cartas jugaron en favor de Moore pues
fue una película mediocre, enredada y con villanos carentes de
carisma, razón que dejó en claro a muchos fans que la era Connery
había terminado y que era hora de darle una oportunidad a otro Bond,
más si se trataba de alguien con experiencia.
A diferencia de Lazenby, quien
hasta antes del superagente era conocido por aparecer en comerciales
de camisas y chocolates, Roger Moore era egresado de la Real
Academia de Artes --la canadiense Louis "Moneypenny" Maxwell fue una
de sus condiscípulas-- y había tenido varios roles importantes en el
cine para después saltar a la televisión con las exitosas series de
Ivanhoe y El Santo, ésta última con enorme popularidad
en Latinoamérica.
El Bond de Moore rompió esquemas. Baste notar que en Goldfinger
(1963), Connery se queja de que "tomar un Bollinger tibio es tan
atroz como escuchar a los Beatles sin orejeras", pero una década
después el tema de Live and Let Die era musicalizado por Paul
McCartney y su grupo Wings. En sus siguientes películas Moore, y en
ocasiones en complicidad con John Glen, quien lo dirigió en varias
ocasiones, se encargó de quitarle solemnidad al personaje, algo que
indudablemente trajo más fans a la serie, reflejado en una taquilla
que crecía con cada estreno. Cierto que en sus dos últimas películas
como Bond el asunto fue más lejos y donde la mitad del tiempo que
supuestamente era de Moore en realidad se empleó con los dobles dado
que el actor ya pasaba de los 50 años de edad.
En 1981 se le nombró Caballero del Imperio Británico y poco después
Moore realizó varias labores filantrópicas para la Unicef. En 1991
filmó su última película, si bien sabía que jamás podría despegarse
de su personaje el cual, contra lo que afirmó un diario de la
capital, nunca le pareció "ridículo" a Moore, sino más bien "poco
creíble", dos conceptos muy diferentes: "Por supuesto siempre me
divirtió que un agente supuestamente secreto todos supieran su
nombre" y en otra ocasión refirió, "Cunny [Broccoli] me dijo en
cierta ocasión que las películas de James Bond en realidad van
dirigidas a niños atrapados en cuerpos de adultos. Y es así como
siempre manejé al personaje, del mismo modo en que no puedes tomar
tan en serio a Bugs Bunny o al Coyote y al Correcaminos..."
Las opiniones estarán siempre divididas en torno a si Roger Moore
fue el mejor Bond, o al menos, el segundo mejor Bond ya que
de acuerdo a las encuestas, una abrumadora mayoría de fans piensa
que Connery fue el Bond más cotizado de la historia.
A muchos de nosotros éste fue el Bond que nos tocó conocer en la
infancia setentera, el que pelea con Mandíbulas sobre un teleférico
en Río de Janeiro, el que pone como música de fondo a Los Siete
Magníficos (el tema que identificaba los comerciales de Marlboro),
o a Lawrence de Arabia cuando caminaba por el desierto egipcio, el
que sedujo a Jane Seymour, a Carole Bouquet, a Grace Jones, a Maud
Adams, a Barbara Bach... una marca envidiable.
El James Bond que siempre tenía encontronazos con Q, el inventor de
los gadgets que salvaban el pellejo del agente y el quien nunca se
pasó de la raya con la secretaria Moneypenny, el que tuvo ingeniosos
diálogos con Christoper Lee, el que jamás en ninguna de sus
películas pidió "Martini, seco, no revuelto", el que invitó al
villano Drax a "dar un gran paso para la humanidad" luego de
dispararle un dardo y expulsarlo al espacio, el que metió a toda
velocidad una nave dentro de un hangar y salir rápidamente mientras
lo perseguía un misil, el que árrojó a una chimenea a un villano que
nunca le vemos la cara pero suponemos era Blofeld...
Quizá Roger Moore no haya sido el mejor Bond. Pero, sin duda, fue el
más divertido. Lo extrañaremos.
Roger Moore como James
Bond: su filmografía
LIVE AN LET DIE
(1973) El debut de Moore en una
cinta donde Bond es mandado a investigar la relación entre
un dictador y un traficante de heroína en el Caribe luego
que tres agentes británicos encomendados al caso mueren
sospechosamente. Vudú, magia negra, tarot y una visita al
Bronx muestran a Moore como un Bond "serio". Destacan dos
bellezas: la inglesa Jayne Seymour en su rol de Solitarie y
la torpe pero irresistible Gloria Hendry, quien luego
aparecería en las páginas de Playboy. Escena
memorable: Bond dice al taxista afroamericano que le dará 20
dólares extras si acelera para llegar más rápido al Bronx.
"¡Por ese dinero hasta te llevo una convención del Ku Klux
Klan!", responde el taxista.
THE MAN WITH THE GOLDEN GUN (1974) - Un
villano (Christoper Lee) refinado, exquisito, que solo
utiliza balas de oro para liquidar por encargo. Filmada en
Hong Kong, Tailandia y Reino Unido, permite a Bond incluir
más bromas t chascarrillos, como cuando mete en diminuto
Nick Nack (Hervé Villechaize) en una maleta. La chica Bond
fue la sueca Maud Adams; también ahí aparece su bella
compatriota Brit Ekland, ex de Peter Sellers y luego de Rod
Stewart.
THE SPY WHO LOVED ME (1977) - Guerra fría que
se derrite un poquito cuando británicos y rusos se unen para
pelear contra un enemigo común, el excéntrico Stromberg
(Kurt Jorgensen). Un auto/submarino cortesía de Q, Ania
Asamova (Barbara Bach) como la agente que jura vengarse, y
otra villana, la sensual Naomi (Caroline Munro), que pasó a
la historia como la primera mujer que Bond mata con un misil
mientras piloteaba un helicóptero. Bromas y un tono más
ligero terminaron por convertir a James Bond en un fenómeno
palomero. Con todo, The Spy Who Loved Me fue la
película con Moore como Bond que más recaudó en taquilla.
MOONRAKER (1979) - Un
magnate de la industria aeroespacial planealiquidar a la
humanidad --respetando a los demás seres vivos; igualito que
Al Gore-- y por ello se ha hecho de una estación en el
espacio donde los sobrevivientes, una "raza perfecta", se
encargará de repoblar el planeta. Entretenida y con efectos
sorprendes especiales para su época, lo que incluía un
soundrtrack discotequero cortesía de Shirley Bassey.
Entre lo mejor de Moonraker: la actriz francesa Corinne
Clery, quien luego es mandada matar por el villano Drax
(Michael Lonsdale).
FOR YOUR EYES ONLY
(1981) - Un
villano que juega varias cartas, una de las más bellas Bond
(la francesa Carle Bouquet), el tema musical interpretado
por Sheena Easton y escenas de acción bien logradas, ya sea
persecusiones en la nieve, en las montañas y en un convento
en una cima.
OCTOPUSSY
(1983) -
Filmada en la India con temperaturas infernales pero con un
villano magnífico, traficante y contrabandista ayudado por
un circo que recorre Europa, incluido el entonces bloque
oriental. Maud Adams regresa, esta vez como la protagonista,
hija de un agente británico muerto en circunstancias
sospechosas. Guerra fría, huevos Fabergé y escenas de humor,
como cuando Bond es hace pasar por un muerto y se esconde en
una bolsa de lona.
A VIEW TO A KILL (1985) - La despedida de
Moore en el papel de Bond, con un villano un tanto
antipático (Christoper Walken como Zohr), la ex Ángel de
Charlie Tanya Roberts, escenas en San Francisco, París y el
exclusivo hipódromo londinense así como un soundtrack
aderezado con la música de Duran Duran. Lejos de ser un
clásico pero vale verlo por el encontronazo final en el
Golden Gate. |
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