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CINE
Sin llegar a un
clásico, conserva La Fuerza
Indudablemente, la taquilla
será fuerte con esta película que se deriva de la historia que todos
conocemos. Con un reparto de actores multicultural que tarda tiempo
en encender el interés de los espectadores, Rogue One llena
satisfactoriamente la vacante de un gran estreno navideño pero no
quedará marcada para la posteridad. Eso sí, es altamente entretenida
Rogue
One: A Star Wars Story
Felicity Jones, Diego Luna, Alan Tudyk, Donnie Yen, Mads Mikkelsen
Forest Whitaker
Dirigida por Gareth Edwards
LucasFilm/2016
DICIEMBRE, 2016. A los pocos minutos
de iniciado el que ahora conocemos como Episodio IV (el que
se estrenó en 1977), los soldados imperiales han secuestrado la nave
diplomática donde viaja la Princesa Leia. Cuando Darth Vader
"interroga" al capitán y al que levanta casi 30 centímetros, le
pregunta "¿Qué han hecho con los planos de esa conversación que
interceptamos?", la respuesta no satisface a Vader, quien termina
por asfixiar al capitán. Pues bien, la propuesta de Rogue One
se enfoca en respondernos esa pregunta. Así es, son seis películas
de Star Wars, saga que el próximo año cumplirá cuatro décadas
de su estreno (para quienes fuimos a verla al cine en aquel año, es
apenas prueba de que el tiempo vuela a 45 pársecs por segundo).
Se advierte que en ninguna parte de esta película veremos nada de
Luke, de Leia (bueno, casi nada) ni del hoy extinto Han Solo;
el único personaje conocido, el hilo conductor de toda esta
historia, lo constituye Darth Vader, si bien esta vez un joven Moff
Tarkin asume un rol más destacado. Y efectivamente, Rogue One
es lo que es lo que se conoce como spin off, es decir, un
relato, con sus propios personajes, que se desprende de la historia
original, naturalmente la más lucrativa.
Y es de llamar la atención, asimismo, que si asumimos que Rogue
One transcurre décadas antes de la historia que todos conocemos,
los personajes sean multiculturales, a diferencia del Episodio IV
donde George Lucas tuvo que incluir al (excelente) actor negro James
Earl Jones como la voz de Vader una vez que le "recordaron" que el
elenco era totalmente caucásico. Y este detalle lo mencionamos no
como una anomalía, por el contrario: el punto es incluirlo en la
trama de estas películas. Porque si en esta película tenemos una
sociedad multicultural y en contraste la historia de Luke y sus
amigos transcurre en un futuro: ¿en qué momento el Imperio realizó
una "limpia" racial de la que únicamente quedó la población blanca?
Lo mismo puede decirse de quien la protagonista, al igual que en
The Force Awakens, de nueva cuenta es una mujer. Queda claro que
los estudios buscan afanosamente que las historias de Star Wars
tengan un sesgo feminista, además de buscar quebrantar la idea de
que estas cintas atraen mayoritariamente al género masculino. Y otra
vez lo relacionamos con el futuro de esta serie: ¿fue también el
malvado Imperio el que luego dejó a las mujeres como meras
comparsas, es decir, no en el rol de reina sino de princesa (Leia)?
Repasemos brevemente la historia. Jyn Erson (Jones) es una recluta
que posee habilidades que no conoce bien y no consigue controlar. El
naciente Imperio cada día está tomando más fuerza, sometiendo
planetas y galaxias de los cuales se abastece, extorsiona y deja sin
recursos naturales. La senadora Mon Mothma (O´Reilly) pertenece
secretamente a la Alianza Rebelde y confía a Erson una importante
misión, esta es, el robar los planos de la Estrella de la Muerte, un
arma mortífera que el Imperio tiene planeado poner en funcionamiento
para eliminar con un potente rayo a todo aquel planeta que no acate
órdenes o piense rebelarse.
Entre los secuestrados por el imperio se encuentra Galen Erso (Mads
Mikkelsen, el villano de
Casino Royale), obligado a formar parte del equipo que
diseñó el rayo para la Estrella de la Muerte. Erso ha dejado
secretamente un punto débil por lo que la misión de Jyn será hacerse
de ellos en el menor tiempo posible.
La misión estará conformada por varios rebeldes que buscarán la
arriesgada misión de recobrar los planos, entre ellos el capitan
Cassian Andor (Diego Luna), el ploto experimentado Bodho Rook
(Ahmed), el guerrero invidente Chirrut Imwe (Yen) y su protector
Baze Malbus (Wen). El hecho de que todos ellos tenían oficios muy
diferentes y que tienen poco en común entre ellos podría complicar
la misión. De hecho la química entre todos ellos tarda tiempo en
darse, y se tarda un poquito más entre los espectadores. Al
contrario del momento en que Han Solo platica con Han y Obi Wan en
la cantina y un par de minutos más tarde ya se ganó a todos, Gyn no
logra llenar ese cometido e incluso parece rehusarse a ser la líder
natural del grupo. Y para quienes lleguen a extrañar las ocurrencias
de C3PO, no os preocupéis: el rol corre a cargo de K-2SO, nombre que
más bien parece de estación de radio.
Ya sabemos que los rebeldes lograrán hacerse de los planos y
entregarlos a los rebeldes. Pero veremos otras escenas de sacrificio
que nos abstendremos de mencionar aquí. Lo que sí podemos abordar es
que el último tramo de Rogue One contiene emocionantes
momentos de acción que prácticamente dejan obsoleto todo lo que
llegamos a ver en la trilogía original.
Rogue One satisfará a los fans originales, pero solamente
aquellos obsesionados con la trama; para otros, entre quienes
nos contamos, es una película buena, entretenida, pero no algo para
mantener en nuestra colección. Y advertimos que a los fans más
jóvenes el que haya tantas secuencias en apariencia inexplicables
para quien no esté familiarizado con las otras trilogías, todo le
resultará enredado, incluso aburrido.
En resumen, el director inglés Gareth Edwards (Godzilla, la
del 2014) ha cumplido su trabajo. Dentro de un año, cuando se
estrene la siguiente entrega, quizá Rogue One estará tan
olvidada como hoy ocurre con La Amenaza Fantasma. Pero disfrutemos
el momento: como entretenimiento, Rogue One quizá no llegó
con toda la Fuerza, pero tampoco es un fiasco.
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