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Inferno, la mediocridad como pecado capital

Tomas espectaculares y excelente score musical, pero detrás de todo encontramos la ya desgastada fórmula del thriller paranoico cortesía de Dan Brown. Añádale a ello que el peinado de Tom Hanks no mejora. Película solo para fans;: para el resto de nosotros, Inferno se acumulará directamente a las producciones chafas del 2016

Inferno
Tom Hanks, Felicity Jones, Omar Sy, Irrfan Khan I, Sidse Babett Knudsen
Dirigida por Ron Dante
Columbia Entertainment/2016


OCTUBRE, 2016. Cualquier lector regular de fasenlinea lo sabe: aquí no somos precisamente fanáticos de Dan Brown. Pero hay que darle crédito: su habilidad para encontrar un nicho de adictos a la literatura paranoica lo convirtió en millonario a partir de tres novelas que, aparte de su abrumadora carga de información, códigos y claves, presentan historias convencionales al punto que, con algunos matices, cualquiera diría que el profesor Langdon tiene conexiones claras con personajes como Jason Bourne y James Bond (como tampoco es casualidad que ambos tengan las mismas iniciales).

El Código da Vinci, la primera novela, causó enorme sensación cuando El Vaticano imprudentemente la censuró, convirtiéndola en instantáneo éxito de ventas. Con Angels and Demons, que en el cine fue la segunda cinta aunque en términos editoriales fue la tercera, Brown aumentó el número de sus seguidores que, hay que decirlo, ha mostrado cierta disminución en el cine. Lo dicho, no podemos restarle méritos a la habilidad del hombre.

Y es que todo aquello escrito en clave conspiratoria garantiza altas ventas. El problema es que esta combinación no siempre se repite cuando un libro es llevado al cine: la principal queja de los lectores de El Código da Vinci es que quedaban fuera muchos elementos que maneja la novela. El asunto se agrieta más en esta tercera entrega, nuevamente dirigida por Ron Howard y con Tom Hanks en el papel protagonista (y si, su peinado sigue siendo igual de malo). cada película de esta saga ha recaudado menos que la anterior, por lo menos en el mercado norteamericano, pero las razones de Hollywood no son las mismas que las del resto de la humanidad: ¿usted cree que los fanáticos de cine en el mundo esperaban con ansia un remake, por cierto desastroso en todos sentidos, de El Nacimiento de una Nación?

Por si alguien ya lo olvidó, Hanks caracteriza al profesor Robert Langdon, un simbologista que trabaja en Harvard. En esta ocasión nuestro héroe amanece en un hospital de Florencia pero no puede recordar cómo ni en qué momento llegó ahí; su amnesia va acompañada de algunos flashbacks que luego se irán conectando con escenas que vemos más adelante en la cinta. Langdon está al cuidado de la doctora Sienna Brooks (Felicity Jones, un forro por donde se le vea). Langdon tiene una herida en la cabeza, aparentemente por un disparo, pero aún así logra escapar del nosocomio dado que unos tipos lo están persiguiendo

¿Y por qué demonios (o ángeles) llegó a dar a Italia el célebre profesor? Bueno, las pistas comienzan a aparecer luego de estudiar las claves que provee El Abismo del Infierno, pintada por Boticelli en el siglo XV y que representa El Infierno de Dante Alighieri. Lo que además contiene es un mapa secreto que a la postre nos llevará a Betrand Zobrist (Foster) un científico desquiciado quien tiene pensado matar a millones de personas con una peste para la que no existe ninguna cura. Todo está encriptado en un cuadro pintado hace seis siglos, caray...

Y como en otras ocasiones, la cinta nos ofrece escenas turísticas --alguien agregaría descaradamente-- del que sin duda es uno de los países con la arquitectura más bellas del planeta. LangBond, perdón, Langdon en momentos parece poseer poderes de superhéroe ¿quién más podría recordar, en todo detalle, los pasajes secretos de la Galería Uffizi? (Y al igual que Bond, James Bond, en ningún momento Langdon suda ni se acongoja ni se despeina, bueno, si es que alguna vez se le acomoda su horrible peinado).

¿Logrará Langdon detener a un villano (¡otro!) resentido con la humanidad al punto de querer mandarla al carajo? Pero, ojo, este es un malvado sui generis, pues el desear la muerte de millones de seres humanos que ensucian y contaminan el planeta le parecería remedio ideal a miles de nuestros ecologistas. Así pues, el final de Inferno es absolutamente ridículo, aunque ha habido quienes nos han comentado que el desenlace del libro es peor y raya abiertamente en la pendejez.

Pero si el lector gusta de persecuciones, emboscadas, golpes, teorías conspiratorias a rabiar y a un Tom Hanks al que ni de lejísimos le queda el papel de héroe de acción --¿se imagina usted a, digamos, un Willis Gump?-- Inferno es para usted. En caso contrario, esta película que termina la trilogía de unos libros atroces una vez que se les despoja de tanta información abrumadora, le representará una pérdida de tiempo. El mismo Dante estaría de acuerdo: filmar cosas como ésta merecen para los responsables quedarse encerrados por la eternidad en uno de los siete pecados capitales.

 

 

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