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CINE

El Día de la Intrascendencia

Hay películas entretenidas y redondas que suelen ser arruinadas con una segunda parte. Abundan los ejemplos, y en lo que toca a Independence Day será recordada por no haber existido ni una sola razón para filmarla, máxime si su máximo estelar ya no participa en ella. Evite ir a atestiguar este fracaso a la sala de cine

Independence Day. Resurgence
Liam Hemsworth, Jeff Goldblum, Jessie T. Usher , Bill Pullman, Sela Ward 
Dirigida por Ronald Emmerich
20th Century Fox/2016

JUNIO, 2016. Era inevitable. Casi 20 años después que Independence Day se convirtiera en uno de los primeros fenómenos mediáticos del Internet --el otro fue The Blair Witch Project-- cuando los estudios anunciaron la segunda parte de esta película que contenía entretenimiento puro nos saltaron las dudas, primero, si era necesario darle continuidad a lo que había sido una historia redonda y, segundo, si el elenco repetiría su participación. Algunos declinaron (con Will Smith como la ausencia más notable) y otros están de vuelta.

Independence Day fue una de los huevos de oro que los estudios Fox lanzaron en los noventa; el segundo, naturalmente, fueron los X-Files. Y cuando se trata de un garbanzo fílmico de este tamaño, al querer continuar la historia se corre el riesgo de hacer un ridículo enorme, y si no que le pregunten a la infumable The Phantom Menace.

Lamentablemente hay que decirlo: la capacidad de desarrollar una historia de calidad que atraiga rápidamente a los espectadores no debe ser igual a la anterior, sino mucho mejor. Sin embargo los estudios no suelen hacer mucho caso al sentido común, Cuando Will Smith dijo "no" a una segunda parte de Independence Day --sus desmedidas exigencias salariales hicieron su negativa más contundente-- lo mejor era esperar un tiempo a ver si el aludido cambiaba de opinión. Pero si pese a ello se filmó la segunda parte de The Mask sin Jim Carrey ¿qué impedía hacerlo esta vez?

Adelantemos una conclusión: esta película es malísima, todo lo contrario a la primera cinta donde un nerd (Goldblum) tiene que volver a tratar al presidente, a quien golpeó en los años de universidad ("¿golpeaste al presidente?", pregunta su padre, "en ese entonces no lo era", responde lacónicamente Goldblum). Luego entraría en escena Will Snmith haciéndola de piloto y cuyas frases ingeniosas marcaron la esencia de la película. Es un rol donde Smith destila carisma, y donde ya al final el protagonismo de la historia gira entre él y los alienígenas. Si usted ve hoy Independence Day seguramente pasará una tarde muy entretenida.

¿Cuál es entonces el principal problema aquí? Ya sin los chistoretes de Smith, la película se toma excesivamente en serio. Para que Hillary Clinton no le mande jalar las orejas al director, en esta cinta el país tiene una presidenta (Ward), quien también pilotaba aviones cuando perteneció al ejército pero dejó de hacerlo por razones que veremos en la película. De hecho, para despertar el aplauso y la nostalgia de los fans originales, lo que vemos al inicio es la imagen de un invasor que anda en busca de presidente Whitmore (Pullman) pero, tranquilos todos, todo es un sueño que tuvo el hoy ex mandatario. Y ya sabemos que en Hollywood, todas las pesadillas suelen traer malos augurios que no tardan en materializarse.

Y aunque Whitmore ya no habita en la Casa Blanca (o bueno, lo que quedó de ella) su hija, ya veinteañera, trabaja con la presidenta. Todos recuerdan a Whitmore por haber salvado no solo a Estados Unidos sino al planeta a través de ese discurso que, por si alguien lo olvidó, aquí es repetido casi en su totalidad. Ha habido otros avances desde entonces; ya existe una base de observación en la Luna para detectar nuevas amenazas extraterrestres y la cual es dirigida por un general de ascendencia china. Desde ahí se detecta la llegada de un enorme objeto circular, al parecer una nave perdida de las que hace dos décadas invadieron a la Tierra.

¿Recuerdan ustedes a Okun (Spinner, quien es Data en una de la series de Star Trek), un científico medio chiflado, obsesionado con los ovnis y quien vivía aislado del mundo en el Área 57? Todos pensábamos que Okum había muerto asfixiado por un alienígena cuando en la sala de operación se intentó despojar a éste de su traje espacial. Pues bien, resulta que también es posible entrar en coma tras sufrir asfixia pues Okum despierta luego de 20 años, algo que jamás se insinuó en la primera cinta donde pensábamos que ese científico ya era cadáver. Pues bien, lo primero que hace Okum es ponerse a dibujar extrañas figuras en las paredes similares a las de ese fraude de hace años que se hacía en los sembradíos de Gran Bretaña. Tampoco se nos dijo que había prisioneros alienígenas aunque aquí vemos algunos de ellos.

Otro que aparece por ahí es Julius (Hirsch), el padre de David (Goldblum) y quien vive en un asilo tratando de convencer a quien lo escuche de que él es el salvador de la Tierra cuando los alienígenas la atacaron. De hecho, todos estos actores veteranos son los que recordaremos de nuevo, pues los de la nueva generación son totalmente anodinos, políticamente correctos y olvidables desde antes que aparezcan los créditos finales.

Por cierto, mientras llega Avatar 2, los espectadores sabrán cuáles son los motivos reales de estos invasores a quienes interesan los recursos naturales para llevárselos pues son depredadores siderales. Es una información que el mismo presidente Whitmore nos había dicho en la primera cinta pero que aquí se nos explica de una manera un tanto absurda e incongruente. Y como si tratara de reflejar la desmedida ambición del director y los productores, la nueva nave invasora es tan enorme, tan descomunal, que ya no cubre ciudades sino países enteros, y no solo eso, se ha detectado que los extratarrestres tienen una Reina --anteriormente no vimos que los invasores tuvieran un líder visible-- con la que se tendrá la batalla final.

¿Clichés? En una película de Emmerich, los hay tantos como preservativos para un baile de graduación: relaciones en conflicto que se resuelven al unirse todos contra los invasores, escapes en cámara lenta y explosiones que ocurren luego que alguien elude el peligro justo a tiempo, monumentos emblemáticos destruidos, multitudes corriendo espantadas, etc. etc. Sin embargo este es uno de sus proyectos fallidos; los efectos especiales son excelentes, pero de ahí en más lo que vemos son personajes acartonados y una historia absolutamente predecible y aburrida. Y lo peor es la abierta insinuación para una tercera parte.

Casi al final de Independence 2: Resurgence uno de los personajes sugiere "primero vamos a cenar", recomendación que debieron haber escuchado los productores de esta mediocridad que termina desplomándose como esa mítica --e inexistente-- nave que supuestamente se estrelló en el desierto de Nuevo México en 1948 con dos tripulantes interplanetarios.

 

 

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1 Opiniones

felipillovox opina 07.07.16

Independence Day 2 con todo y el dineral que costó, es una película chafa, no había necesidad alguna de hacer esta segunda parte, bueno, si la había: los dólares

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