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El Puente de Londres se cayó, se cayó, se cayó...

Lo que quiso ser el thriller del año quedó atascado entre el demonio de los clichés del género y una historia nada original. Una cinta palomera a la que ponerse exigente, aparte de las inevitables críticas de ser patrioterismo gringo, suena absurdo. Es una cinta de acción del montón y nada más

London Has Fallen
Gerard Butler, Morgan Freeman, Mike Banning, Aaron Eckhart, Benjamin Asher
Dirigida por Babak Nafaji
Millenium Films/2016

MARZ0, 2016. London Has Fallen, la segunda parte de la relativamente exitosa Olympia Has Fallen, estrenada hace 13 años, tiene sus dos lados contrastantes, En primer lugar, y ahora que estamos a unos meses de Barack Obama abandone la Casa Blanca, Hollywood está de vuelta con el cine patriotero de filmes como Independence Day, causando la inevitable irritación de miles de tuiteros a quienes indigna que los gringos ganen en sus propias películas (¿aplaudirían una cinta mexicana o argentina donde sus soldados se enfrentaran a los norteamericanos y éstos últimos resultaran triunfadores? ¿Verdad que no?)

El otro lado contrastante de esta cinta es que está saturada hasta lo indecible con los clichés que ya hemos visto ad nauseam en el género de acción: un presidente que cae en manos de los terroristas (Avión Presidencial), el vicepresidente que negocia firmemente con los malos (Idem), un secretario que promueve la renuncia por escrito del mandatario (¡Idem!), monumentos destruidos (Independence Day), un villano que actúa por resentimiento (Duro de Matar II, III y IV), atentados en la capital inglesa (más recientemente, Skyfall de James Bond) y una esposa embarazada que espera al héroe en casa (adivine usted en cuál película)... 

Cero originalidad argumental es, pues, lo que encontramos aquí. Ahora bien, si lo que usted quiere es saber si tanto cliché recliclado funciona, se lo diremos más adelante. Primero demos un vistazo a la historia, por cierto, casi lineal.

En alguna parte de Pakistán un terrorista y financiero Aamir Barkawi (Alon Aboutbul) se encuentra en una fiesta de cumpleaños de su hija. A Barkawi se le atribuyen varios atentados en Londres por lo que gracias a un pitazo, la inteligencia norteamericana da con su paradero y desde Nevada se organiza un ataque que aparentemente termina con su vida y la de su familia. 

Dos años después en presidente Benjamin Asher (Eckhart) y su amigo y director del servicio de Inteligencia (Butler), trotan en los alrededores de la Casa Blanca poco después que Asher se entera que la primera dama está esperando a su primer retoño. Es el tiempo de tomarse un receso para estar con ella pero los planes son interrumpidos cuando el primer ministro británico James Wilson amanece muerto. El presidente viaja entonces a Londres con su vicepresidente Allan Trumbull (Freeman) y su director del Servicio Secreto. Ahí se reunirán con los líderes de las otras potencias de occidente para rendir homenaje al recién fallecido. Pero varios terroristas infiltrados entre los guardias atentan contra los dignatarios, matando a la canciller de Alemania, una mujer extraordinariamente parecida a Angela Merkel, a los primeros ministros de Japón y Canadá, al presidente de Francia y al primer ministro italiano. También los terroristas vuelan en padazos la Abadía de Westminster, el Big Ben y la Torre de Londres.

El único mandatario sobreviviente (¿iba a ser alguien más, tratándose de una película gringa?) es el presidente Asher, quien de milagro no muere cuando el helicóptero en que trata de escapar es alcanzado por un misil.

La paranoia comienza a inundar el guión. Temerosos que vuelvan a producirse más ataques, los servicios de información descubren que el primer ministro británico fue envenenado, y que al asistir a las exequias los mandatarios de las ocho potencias mundiales estarían entrando a una trampa mortal. Asimismo brota el nombre del autor de los atentados, quien, en estos tiempos políticamente correctos, no va a ordenar a sus terroristas a que griten "¡Ala Akhbar!" antes de inmolarse, claror que no. El autor es Barkawi, a quien se creía muerto, y toda la alharaca y los muertos se resumen a una mera venganza personal.

La trama de London Has Fallen es tan sencilla y tan predecible, que la única manera de evitar que se hunda es, exacto, mediante la utilización de lugares comunes del género donde lo importante no es el final, que ya lo conocemos, sino cómo llegaremos a éste. Cada escena, cada gag, cada frase, nos recordarán cosas ya vistas quién sabe cuántas veces en quién sabe cuántos filmes. Quizá lo nuevo, como decíamos al principio, es que Hollywood está resucitando las películas patrioteras que tanto hacen enojar a los yankofóbos de todo el mundo quienes, sin embargo, no pierden oportunidad de ir a ver este tipo de películas.

Por lo demás, ya están todos avisados. Estamos frente a una producción que mezcló en una licuadora todos los ingredientes imaginables del cine de acción y éste es el menjurje el cual, por cierto, es entretenido, puro cine palomero al que pedirle más es simplemente absurdo.

 

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