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Al final, todos se
cuatrapearon...
Anunciada con mucha
anticipación como un fracaso fílmico, esta tercera versión de Los
Cuatro Fantásticos sufre la peor de las suertes pues no es buena,
tampoco mala; simplemente, es una película sin sustancia que, si no
logra cautivar a los fans, menos al espectador común. ¿Se está ya
marcando el ocaso de las megaproducciones de superhéroes?
The Fantastic Four
Miles Teller, Michael B. Jordan, Kate Mara, Jamie Bell, Toby Kebell
Reg E. Cathey
Dirigida por Josh Trank
Twentieth Century Fox/2015
AGOSTO, 2015. Hay ocasiones en que uno quiere simpatizar con las causas perdidas. Horas antes de su estreno, el director Josh Trank puso un tuit que dejaba entrever su desánimo porque esta película
no se convirtiera en un clásico. El tuit fue borrado minutos después pero para entonces el daño ya se había agravado al punto que
The Fantastic Four, la tercera intentona por convertir a esta historia de Marvel en clásico del cine, se perfila más como una de las peores cintas de este año, y quizá un indicio, leve aún, de que los espectadores ya se están hartando de las películas de superhéroes. Tampoco ayuda, como en este caso, que el guión se haya alterado a grado tal que representa un abierto insulto a los fans de enrojecido hueso.
Y es que hay que establecer un punto importante respecto a este película: no es mala, pero tampoco es buena; es simplemente, una serie de escenas desangeladas, con actores que en ningún momento despiertan nuestra simpatía, con una historia que comienza con un tema apasionante como la teletransportación y luego se derrumba entre la vergüenza argumental. Más irónico el asunto si recordamos que los Cuatro Fantásticos del cómic y luego la serie animada de TV se distinguieron por ser personajes simpáticos, carismáticos incluso.
Reed Richards (Teller) es un alumno que desde hace rato es objeto de carcajadas entre sus compañeros por su idea de convertirse en la primera persona en ser teletransportada. Tras su exposición uno de sus profesores lo invita a realizar un experimento que resulta desastroso (¿jugada subliminal del director Trank?) Años después Reed es el mejor amigo de Ben (Jamie Bell, el niño bailarín en
Billy Elliot). Ambos asisten a una feria científica donde mostrarán su máquina
teletransportadora la cual está muy lejos de ser perfeccionada, sin embargo el
doctor Storm (Cathey) invita a los dos a unirse al proyecto de la Fundación Baxter donde podrán desarrollar su idea.
Entre los investigadores se encuentra el doctor Víctor Von Doom (Kebell), quien diseña una máquina para
realizar viajes multidimensionales. Más tarde se unirán el proyecto Sue Storm (Mara) y Johnny (Michael B. Jordan). Tras varios experimentos logran transportar de ida y vuelta a un chimpancé a través de la Puerta Quántica, con lo cual los viajes de teletransportación a otras dimensiones se convierten en realidad. El siguiente paso, naturalmente, es que los amigos realicen la travesía al llamado Planeta Zero, y no deciden esperan más al enterarse que la NASA planea enviar a su gente.
Pero el Planeta Zero es poco hospitalario y su superficie reacciona a la presencia de los extraños. Mientras tratan desesperadamente de volver, Víctor no logra entrar a la Puerta Quántica y regresar. Pero lo
que han detectado todos son cambios moleculares que han resultado en que
Reed pueda estirar sus extremidades por varios metros, Sue atraviesa por momentos de invisibilidad, Johnny se convierte en una antorcha humana y Ben en un hombre de piedra llamado La Cosa (antes le decían La Mole ¿por qué el
cambio?)
En otra teletransportación al Planeta Zero se logra rescatar a Victor Doom, cuyo rostro se
ha convertido en una pieza metálica y ahora trae en su mente la encomienda de destruir a la tierra, convirtiéndose así en enemigo de sus ex compañeros.
La NASA, sin embargo, requiere los servicios urgentes de los cuatro fantásticos quienes, por cierto, se van a autodenominar así prácticamente hasta el final de la película. Aparte de cierto conflicto de intereses, y el cliché de Richard Reed como padre obsesionado por su trabajo, olvidándose que tiene un hijo, esto es todo lo que ofrece
The Fantastic Four. Una historia vacía donde Reed es el personaje central y los demás son meras comparsas. Ah, bueno, otra novedad: La Antorcha Humana ahora es afroamericano.
Es fácil adelantar que esta película no tendrá seguimiento. A la primera cinta de los
Cuatro Fantásticos --la de Jessica Alba-- tuvo regular recibimiento pero la segunda parte fue un desastre que con esta producción ha sido sobrepasado. También adivinamos lo que sigue: dentro de un par de años,
otra película de los 4 Fantásticos con otro elenco y el argumento con algunos cambios. ¿Cuándo se dará alguien cuenta que hay cómics que, simplemente, no funcionan en taquilla?
The Fantastic Four es profundamente anodina, y a veces ello es peor que ser una mala película. Si a su director lo traicionó el subconsciente y avizoraba el desastre, uno como espectador confirma que este director --no especializado en cintas de
superhéroes, ya no digamos de acción-- será objeto de trivias por haber estado tras cámaras en una de los peores largometrajes de la década.
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