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CINE
Misión imposible:
encontrarle algo original
Con esta franquicia
que ya dio todo de sí, lo único que veremos aquí es un argumento
débil, predecible y trillado donde sobresale el ya descomunal ego de
Tom Cruise. Recomendable únicamente para quienes le perdonan y celebran
todo al ex de Nicole Kidman
Mission Impossible: Rogue Nation
Tom Cruise, Jeremy Renner, Simon Pegg, Rebecca Ferguson
Dirigida por Christopher McQuarrie
Skydance Productions/2015
AGOSTO, 2015. Ni quién lo dude, los sesenta fueron los años dorados del espionaje, naturalmente encabezado por las películas de
James Bond, la mofa del Súper Agente 86 así como las versiones locales del Agente 00-Sexy y el agente Alex Dynamo, mientras que en televisión tuvimos
Espías con Espuelas --en los noventa se hizo una horripílante versión fílmica estelarizada por Will Smith-- y
Missión: Impossible, recordada porque al final de proporcionar las instrucciones el mensaje se autodestruía en cinco segundos y comenzaba a salir humo de la cinta de carrete.
En 1996 la franquicia pasó al cine con mucho éxito, en especial la escena donde el agente Hunt, encarnado por Tom Cruise, entraba colgado a un cuarto de computadoras y apenas rozaba
el piso a riesgo de hacer sonar las alarmas. Ya pasaron casi dos décadas de aquellas aventuras y ahora, dirigida por Christopher McQuarrie (su cinta más conocida es
Sospechosos Comunes), se nos presenta la quinta misión imposible, nuevamente con Tom Cruise de protagonista... ¿Se lo decimos de una vez, querido lector? El argumento central, más débil que el peso mexicano, sirve únicamente para darle lucimiento personal a Cruise. Si usted no soporta al ex de Nicole Kidman, ni se pare por la sala.
¿Qué ha ocurrido desde la última Mission Impossible, estrenada el 2011? Bueno, nuestro superagentazo Ethan Hunt (Cruise) intercepta un cargamento de gas destinado a los terroristas, algo que le da
indicios de la posible existencia del Sindicato, una organización criminal internacional que se mueve entre las sombras. Sin embargo Spectra, perdón, el Sindicato lo captura y está a punto de someterlo a tortura solo que logra escapar con ayuda de la ex agente Ilsa Faust (Ferguson) todo esto al tiempo que la IMF, donde la cual Hunt trabajó por años, es absorbida por la CIA como parte de
los recortes presupuestales. Hunt pasa entonces a convertirse en fugitivo, alguien decidido a encontrar al Sindicato. Para ello logra conseguir la ayuda de Benji Dunn (Simon Pegg) un agente con
el que viaja a Viena donde aparentemente se encuentra Solomon Lane (Sean
Harris) supuesto líder del Sindicato
Esto marca una persecución por todos lados que luego nos llevará a Marruecos donde hay más
persecuciones y lo que termina revelándose poco a poco --al principio de la cinta únicamente lo sospechamos-- como una descarada copia de las
películas de James Bond: Ethan, Ethan Hunt.
Además de ser un thriller saturado de los lugares comunes de Mission:
Impossible (¡ya basta con las máscaras, por favor!), tenemos un arsenal de clichés bondianos que incluyen, entre otras cosas, un
disco duro con todos los agentes del sindicato (¿Skyfall?),
persecución en motocicleta (¿La Espía que me Amó? ¿Skyfall
otra vez?), un agente que es buscado por sus ex jefes para arrestarlo (¿Licencia para
Matar?), el villano que es puesto bajo custodia en una celda a prueba de
balas (¡¿otra vez Skyfall?!) y la que se supone es la escena más emocionante de esta película cuando
Hunt se sostiene de la portezuela de un avión en vuelo, escena copiada directamente de
Octopussy, la película de James Bond de 1982 protagonizada por Roger
Moore. Sólo faltó Q en este flagrante plagio.
Como se ve, no hay ni un solo centímetro de originalidad en esta película. Hunt ha
pasado a ser un superhéroe que viaja a 100 kilómetros por hora en una motocicleta sin despeinarse, que salta de alturas de espanto y cae sin siquiera luxarse. Lejos quedó el concepto original de un personaje ingenioso que magistralmente olfateaba el peligro y huía de él.
Mission Impossible: Rogue Nation incluye efectos especiales espectaculares que sin embargo ya
hemos visto decenas de veces. Es una película muy bien hecha pero sin sustancia, acartonada y poco creíble.
La advertencia, pues: se trata de un filme hecho para quienes gustan del ya desbordado ego de Tom Cruise. Para los demás, mejor esperar el inminente estreno de
Spectra. Entretanto, la franquicia de Mission Impossible se está
autodestruyendo sin necesidad de que lo anuncie una grabación.
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