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El público veterano del agente al servicio de su Majestad así como los recién llegados a la saga, verán con igual beneplácito esta película que retoma mucho de lo mejor de esta franquicia que ya cumplió su primer medio siglo. Acción, buen argumento en casi toda la cinta y un villano de primer nivel hacen de Skyfall una de las recomendables del año. No se le pase ir a verla 

Skyfall
Daniel Craig, Judi Dench, Javier Bardem, Ralph Fiennes, Naomie Harris, Bérénice Marlohe
Dirigida por Sam Mendes
MGM-Sony/2012


NOVIEMBRE, 2012. "Por cierto, quiero decirle que el obituario que escribió sobre mí me pareció lamentable", dice James Bond (Daniel Craig) a su jefe M (Judi Dench) en un momento de confianza. Ella asiente y menciona que sí, "en especial la parte donde dice que usted brindó un gran servicio a Inglaterra" a lo que Bond replica, "esa parte sí me gustó". La relación de ambos, iniciada con Pierce Brosnan, el anterior agente, siempre ha sido ríspida, de constantes choques. Pero con ese pequeño diálogo ambos se humanizan: M deja de ser una burócrata a quien sus superiores le están exigiendo el retiro, y Bond ya no es percibido como una máquina que dispara a todo lo que se mueve.

Skyfall, la cinta 23 de la historia de James Bond, coincide con el medio siglo en que el personaje entró al cine por lo que los detalles en torno a filmes anteriores abundan, esta vez de una manera que deleitará a los espectadores veteranos y a los nuevos también los entretendrá con asuntos contemporáneos y actores que ya se vislumbra tomarán la estafeta cuando llegue el momento. No solo están de vuelta Moneypenny (la sensual Naomi Harris) y Q (Ben Kinshaw), quien esta vez luce como un Harry Potter que optó por meterse de hacker en vez de irse a estudiar a Hogwarts --un gran ausente es Felix Leiter, aunque seguramente lo veremos en la siguiente entrega-- sino también el Aston Martin que James Bond manejó en Goldfinger así como varias frases escondidas en los diálogos. Esta es una historia escrita y dedicada a quienes aman al personaje, a la saga y a las andanzas del superagente, algo que se había olvidado, y aun despreciado, en la malograda Quantum of Solace. También aparece aquí el agente Mallory, interpretado por Ralph Fiennes y cuya presencia aquí, podemos asegurarlo, será determinante en los filmes posteriores de James Bond.

La historia empieza en Turquía. Bond se encuentra en una misión que al parecer ha fallado pues dos de los agentes del M16 resultaron muertos y un tercero quedó seriamente lesionado. La operación es manejada desde Londres poe M quien ordena a Bond que deje al herido y capture al responsable. La persecución en motocicleta nos llevará a otra referencia, el bazar en Estambul donde se filmaron varias escenas de From Russia With Love (en la que actuó Pedro Armendáriz). La pelea llevará a Bond a un tren, con escenas espectaculares, donde destaca la partición de un vagón por una grúa. La carrera es seguida por Moneypenny, quien en ese tiempo también es una agente. En determinado momento ella deberá disparar al rival del agente, quien se encuentra en el techo del tren en pleno recorrido, M ordena disparar ya, lo hace pero le da a Bond y lo hace caer desde un puente a un río y de ahí a una cascada.

Pero Bond sobrevive y decide aislarse --en ese paréntesis se liga a una chica exótica en alguna isla tropical-- pero decide volver a la acción luego que el cuartel del M16 en Londres sufrió un atentado mediante las computadores hackeadas. No muy convencida, M lo acepta pero antes deberá someterse a varios exámenes de aptitudes los cuales no aprueba pero de todos modos le da el visto bueno; sabe que esa es su mejor baraja. más bien la única, para combatir a quienes estuvieron detrás de los ataques.

Un viaje a Shangai desemboca en un encuentro con Severine (Marlohe), un randevouz que más tarde volverá a darse pero en una regadera, elementos claves para que Bond sepa quién es el que se metió a la red del M16 y reveló entre otras, cosas quienes trabajan al servicio de la Gran Bretaña como agentes encubiertos, lo que pone en riesgo sus vidas. Se trata de Silva (Bardem), quien le señala a Bond que M lo ha traicionado. Su base se encuentra en una isla en ruinas de lo que fue una comunidad japonesa, abandonada intempestivamente en 1974, hecho que sucedió en la vida real. Una competencia de puntería entre ambos, "dos ratas donde solo una sobrevivirá", en palabras de Silva, termina con la infortunada Severine pero se logra la captura de Silva, quien esconde un secreto que vuelve a acosar a M, cuya reputación al frente de la organización del servicio secreto británico quedaría irremediablemente dañada en caso de ser revelado públicamente. 

Silva es un villano exquisito, mezcla de Auric Goldfinger. Dr No y de Blofeld. Desde su primera aparición, a lo lejos, va dominando la escena y de ahí ya no deja de crecer y seguirá dándole problemas a Bond y a M. El primero opta por los métodos "a la antigüita" y se la lleva a Escocia, donde el agente nació y creció. Un lugar rústico, alejado de toda civilización es el único lugar donde la tecnología al servicio de Silva no podrá alcanzar a M aunque Bond le pide a Q que le deje algunas "migajas" cibernéticas que despierten el apetito de Silva mientras se prepara el enfrentamiento decisivo entre ambos, más bien los tres, pues se les ha unido Kincade (el magnífico Albert Finney). El arsenal que el padre de Bond heredó a su hijo fue vendido "a un sujeto de Idaho o algo así", dice Kincaid, tras la supuesta muerte del agente por lo que carecen de más armamento. La inteligencia deberá suplir a la sofisticación de las armas de Silva quien, por cierto, parece tener a su servicio a buena parte de la policía londinense.

A manera de trivia, esta es la primera vez en todas las historias en que James Bond y su enemigo tienen su pelea final en territorio inglés. Pero cuando llega ese enfrentamiento la película ya ha perdido ritmo y comienza a desinflarse y, más aún, se hace predecible, excepto por un elemento clave e inesperado que sucede en ese instante pero que nos abstendremos de incluir aquí). Hasta entonces Skyfall había sido impecable excepto quizá, por dos detalles en torno a Bond: si Moneypenny le disparó para tumbarlo del tren ¿por qué en ningún momento vemos registro de la bala en su cuerpo? Y dos, si Bond sobrevive a la caída de un altísimo puente y luego cae en una cascada aparentemente inconsciente ¿cómo es que no se ahogó? A menos que la cinta lo esté manejando como un superhéroe.

Pero en lo general, Skyfall es exitosa y una de las mejores películas del año. Regresa a algunas de las fórmulas que añoraban los fans más curtidos y concluye en que Bond no tiene porqué querer adaptarse a los tiempos actuales, tanto asi que en muchas escenas (¡horror!) se fuma. "Hoy los enemigos son distintos, no sabemos quiénes son, se esconden entre las sombras", dice M durante una comparecencia. Cierto: pero sí tenemos perfectamente identificado a Bond, James Bond.

Qué bueno que con esta película se haya rescatado mucha de la esencia de James Bond. Fuera los efectos matrix, bienvenidos los comentarios irónicos y divertidos que nos muestran que Bond también tiene sentido del humor. En los títulos finales percibimos que esa esencia se mantendrá dentro de la saga. Enhorabuena. Y mejor aún, por Daniel Craig.

 

 

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