Cine
Al servicio secreto de su amistad
Luego de una década de ausencia, los agentes más ultrasecretos del gobierno norteamericano tienen como encomienda salvar al planeta de una catástrofe extraterrestre, algo que implica viajar por el tiempo. El carisma de sus tres protagonistas hace que este platillo fílmico pertenezca ya a las mejores cintas de ficción estrenadas en lo que va del año
Men in Black III
Will Smith, Tommy Lee Jones, Josh Brolin, Jemaine Clement, Emma Thompson
Dirigida por Barry Sonnenfeld
Amblin Entertainment/2012
MAYO, 2012. La teoría del hombre que viaja al pasado, mata a sus abuelos y vuelve al presente constituye una paradoja que gente como Carl Sagan manejaron ampliamente. En los ochenta la historia brincó al cine con las cintas de
Back to the Future, la primera para evitar que el protagonista se desvanezca una vez que sus padres jamás se enamoran y en la segunda, para salvar la vida del Doctor Brown a manos de un gatillero en el Viejo Oeste. Este es, pues, un recurso que puede ofrecernos tramas muy interesantes en el cine o bien hacerlas predecibles. Para evitar que lo último ocurra se requieren dos elementos: uno, actores que logren una química singular entre ellos y, segundo, un director avezado que sepa manejar todos esos elementos que distan mucho de ser originales.
Lo anterior queda completo a satisfacción en Men in Black III, estrenada diez años después de la segunda parte. El director Sonnenfeld por fin deja atrás sus años de mediocridad --salvo su participación en algunos programas de TV, manifiesta en
The Adventures of Jim West y RV, cinta malísima que marcó el declive a la ignominia del cual Robin Williams aún no logra reponerse. A sus protagonistas habituales, el carismático Will Smith y el
serio-que.te-hace-reír Tommy Lee Jones, se suma Josh Brolin, ganador del Óscar hace algunos años por su participación en
Milk.
Ante ello la verdad poco importa que la historia diste mucho de ser original: a la ya referida
Back to the Future en esta película vemos claras alusiones a Los Cazafantasmas, Star
Wars, ET y Gremlins. Se trata de los agentes Key y Jay, quienes se dedican las 24 horas a mantener contacto con los extraterrestres que habitan en la tierra y donde tienen un trabajo en el cual sus identidades anteriores les fueron borradas. Entre los llegados de otras galaxias hay refugiados, excéntricos --Michael
Jackson aparece como uno de ellos-- pero también hay villanos, empeñados en que la Tierra entre en conflicto con otras civilizaciones; es labor de estos eficientes agentes para que ello no ocurra.
Y dado lo ultrasecreta que es su labor, el par utiliza un aditamento que borra la memoria a los entrevistados y a quienes les toca ver una redada o una misión son sometidos a un flachazo con el cual se garantiza la confiabilidad de la información obtenida. Los hombres de negro han encontrado extraterrestres lo mismo en un perro chato (quien más tarde se
convierte en valioso informante), un grupo de ilegales que buscan cruzar la frontera desde México y hasta en mujeres bellísimas. Algunos de estos seres tienen en el planeta como antecesores a las cucarachas, de ahí que varias escenas no invitan precisamente a seguir comiendo palomitas o hot
dogs. En las dos primeras partes, Men in Black no se sintió aburrida ni lenta: por ello nos complace informar que en esta ocasión estamos ante la mejor película de toda la trilogía (ya se baraja la posibilidad de una cuarta, por cierto).
Estamos en el presente y el agente Jay (Smith) percibe que algo anda mal y el mundo es diferente, con consecuencias catastróficas para la humanidad. Desde la última vez que vio a su compañero Kay
(Jones) ha pasado una década. Solo que cuando va a buscarlo se encuentra con la sorpresa de que murió en manos de Boris el Animal
(Clement), un asesino serial extraterrestre quien escapó de la prisión lunar de máxima seguridad. ¿Pero cómo fue eso posible si no había registros de Boris cuando mató a
Kay, hecho ocurrido en el lejano 1969? La única respuesta es que logró viajar en el tiempo y se adelantó a los acontecimientos. De seguir el presente con la misma línea se pondrá en peligro la existencia de la humanidad. ¿Entonces que hacer si Kay fue el único que logró atrapar a Boris? La única posibilidad es que Jay haga lo mismo y logre retomar la línea del tiempo.
La forma de hacerlo es por demás hilarante: lanzarse desde lo alto del Empire State
Building. Allá arriba es el 2012 pero cuando nuestro agente vuelve a tocar la banqueta se encuentra con jóvenes vestidos como hippies y a todos
entusiasmados por la inminente llegada del hombre a la luna. De nuevo es 1969, y en lo que es una de las mejores bromas de la cinta --algo que en su tiempo se consideraba como un hecho-- la gente cree que
Mick Jagger es un extraterrestre y nadie imagina que los Mets ganarán la Serie Mundial pese a que a media temporada todos los daban por muertos. Así pues y entre los esperados contrastes entre dos periodos históricos, Kay dispone de poco tiempo para encontrar a su compañero y advertirle del peligro en que se encuentra. Por fin lo localiza
(Brolin) y aunque tiene los mismos ademanes del futuro Jay, es una persona distinta y de la cual conoceremos en porqué se volvió tan reacio a todo sentimiento y manifestaciones de afecto.
Pero las cosas no serán tan sencillas, pues en 1968 como en el 2012, decirle a alguien que viene del futuro es invitarlo a que nos lleve al
manicomio. De hecho Jay se meterá en problemas por ello y se le considerará un espía cuando revele información sobre el viaje a la Luna que hasta antes del
acontecimiento era desconocida para el gran público, información que implica mencionar la prisión de donde huyó Boris. Es una misión donde cada segundo cuenta y donde no se pueden admitir fracasos.
De esta película hay varios elementos a resaltar. El primero, que Brolin personifica a Key de modo tal que lo único que lo distingue de Jones es la edad. Otro logro importante son los efectos especiales, claro, en versión tridimensional: desde la primera película,
Men in Black se ha distinguido en este renglón y ahora tampoco nos defrauda si bien veremos que mucha de la tecnología empleada, y en vista que aquí damos un salto al pasado, necesariamente debe ser más atrasada, sobre todo el aparatejo que borra la memoria y al cual en 1969 se requería de varios intentos para que funcionara correctamente.
Así pues y con la reciente The Avengers,
MIB III pasa a la colección de cintas de ciencia ficción memorables en lo que va del año. Con Sonnenfeld reivindicado y la vuelta de estos dos agentes excepcionales, podemos manifestarnos satisfechos. Hay algunos clichés y errores de continuidad, pero en lo general, los hombres de negro siguen siendo insuperables.
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