Cine
Esta vez nos quedamos mudos...
Dos regresos significativos en la noche del Óscar: el de Billy Crystal como maestro de ceremonias, y el de una película en blanco y negro que le restrega a los estudios su obsesión por sus juguetitos electrónicos. La tercera presea para Meryl Streep, Sacha Baron y sus payasadas y... mejor diríjase al texto.
FEBRERO, 2012. Desde el principio se percibe que todo será diferente a lo que vimos el año pasado. Apenas aparece la figura de Billy Crystal como maestro de ceremonias y los aplausos parecen decirle "gracias por volver" tras la desastrosa experiencia de James
Franco y Anne Hathaway. Crystal se siente a gusto, y sin duda reivindicado ante la Academia que en el pasado lo había rechazado en pos de los ratings.
La primera esperanza mexicana, Emanuel Lubezki, se va a casa sin nada en las manos. Y en un arranque de inspiración,
Hugo se lleva cinco preseas por una de The Artist, que comienza dando tropezones. Ya alguien en Twitter se adelanta y le llama "la gran perdedora de esta noche". Aun es pronto para tales veredictos: los premios ganados por
Hugo son relativamente pequeños, muy lejos de los más pesados y los que la gente mantendrá en su memoria.
Una sorpresa y otra no tanto: Octavia Spencer obtiene el premio a mejor actriz, algo en lo que la mayoría de los críticos había coincidido. Sin embargo y tras 60 años de carrera, Christopher Plummer, quien interpretara al Capitán Von Trapp en
La Novicia Rebelde, por fin se lleva la estatuilla.
Sacha Baron Cohen, actor de pésimo gusto donde los haya --y quien aparece en Hugo, por cierto-- lanza las "cenizas" del dictador Kim Jon-Ill sobre la alfombra roja, vestido como personaje de su próxima cinta. Y aunque estaba invitado, se le "desinvita" y debe permanecer afuera.
Uno de los momentos más esperados desde hace rato es el de Mejor Película Animada. Este año no Pixar ni DreamWorks están presentes de manera que la semidesconocida
Rango se lleva la presea. Mañana mismo miles de personas irán a los cines de todo el mundo para ver si la están exhibiendo. Y otro premio que hace justicia: El tema "Man or Muppet", de la nueva película de los muñecos creados por Jim Henson, obtiene la presea como mejor canción.
Pareciera sorpresa, pero con ello ya se perfila el final: Hazanavicius gana la presea como mejor director y con ello puede darse por hecho que
Hugo ganará como Mejor Película: rara vez el Óscar coincide en las dos categorías.
The Artist comienza a cabalgar de nuevo aunque no se descartan sorpresas.
Tras la entrega del Oscar a mejor documental (que es sobre libros y suena interesante; a ver si llega por esos lares) llega el momento de recordar a quienes se han ido, esta vez cantada por una mujer de pelo esponjado quien interpreta el "It's a Wonderful World" de Louis Armstrong. A diferencia de otros años solo aparece la breve imagen de los homenajeados y abundan guionistas, gente de producción y buscadores de
talento que se fueron este año cuando hasta hace poco solo aparecía la imagen de una película en la que habían participado. La comentarista de TV Azteca hace coraje porque no mencionaron a Pedro Armendáriz cuando en realidad su participación en Hollywood fue muy limitada (se le conoce sobre todo por su papel de un dictador pelele en la cinta
Licence to Kill, de James Bond).
¡Moi Dieu! Presentado por Natalie Portman, el premio a Mejor Actor se encuentra con cinco contendientes de peso: Brad Pitt, George Clooney, Gary Oldman (¿qué, cómo que jamás habían nominado a uno de los mejores actores de su generación?) y
el mexicano Demian Bichir, en su primera nominación. La presea se la lleva el francés Jean Dujardin quien abre con la frase "me encanta su país", quizá sabedor de la conocida yankifobia de los galos. Y ni modo, Bichir no ganó, así es esto. Ojalá mañana por la mañana nadie se ponga a arrojar piedras a la embajada gringa en el D.F. o quemen banderas de ese país en el Paseo de la Reforma. Por favor, seamos maduritos.
Viene el premio a Mejor Actriz y las apuestas se van para abajo cuando Meryl Streep consigue el tercer Óscar por
The Iron Lady de la historia, la primera en hacerlo. La cinta es mediocre y aburrida pero la presencia de Streep es lo único que la salva de la ignominia. Tras un discurso bañado en falsa modestia pero que, como la enorme actriz que es, te hace creer que es
verdad, Streep agradece a su esposo y a todos aquellos que la ayudaron a impulsar su carrera desde la inmortal
Sophie's Choice.
Llega el momento decisivo. La ceremonia acaba de cumplir poco más de tres horas. La presentación corre a cargo de Tom Cruise. Hasta ese momento
The Artist y Hugo llevan cuatro y cinco, pero en unos segundos se aleja o se empata la marca cuando Cruise anuncia lacónicamente al ganador, que resulta ser
The Artist, que pasa así a convertirse en la segunda película muda en toda la historia en ganar --la primera fue
Wings, en 1928-- y la cual también necesariamente replanteará la forma en que se maneja la industria: ¿cómo es posible que una cinta que homenajea a Hollywood pero fue filmada en Francia, que incluye a actores y a un director totalmente desconocidos en Estados Unidos y que en vez de acudir al 3D y carísimos efectos especiales, es en blanco y negro tiene apenas unos segundos de diálogo? De haber ganado Hugo, el premio habría sido igualmente merecido pero, del mismo modo, esta obra maestra de Scorcese acude en forma igualmente directa a los primeros años del cine.
¿Será que los señores del jurado enviaron la indirecta a los estudios para que vuelvan a las raíces de
Hollywood, ése que durante décadas hizo películas que todos amamos y que por un rato se olviden de sus juguetitos tecnológicos. Esa es la interrogante que permeará en la industria por lo menos hasta la entrega del 2013.
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