fasenlínea.com

Análisis, comentario y demás

 
Inicio Nacional Internacional Cine DVDs Medios Literatura Y Demás

Cine

No soy yo, eres tu

Siempre envidiaremos a quien pensamos le va mejor en la vida sin pensar que es apenas un lado de la historia completa. Tal es la premisa de esta cinta llena de convencionalismos dentro de un tema ya muy abordado en el cine, el del cambio de personalidades. Para distraerse un par de horas y dejar atrás a cierta linterna verde 

Change Up
Ryan Reynolds, Jason Bateman, Leslie Mann, Olivia Wilde
Dirigida por David Dobkin
Universal/2011


SEPTIEMBRE, 2011. Como seres humanos que somos, siempre vamos a envidiar la vida que lleva alguien más. Es una premisa ya un tanto desgastada en Hollywood, el que de repente se dé un cambio de personalidades donde los implicados aprenden la lección; por lo menos recordamos ocho películas donde se da esta situación. Es más, si nos vamos atrás, encontraremos esas caricaturas de Porky donde un científico chiflado logra que una gallina actúe como perro y viceversa. Difícilmente estamos ante una propuesta nueva, y los productores de Change Up lo saben perfectamente de modo que podríamos llamar a esta una "comedia del nuevo siglo", con todo lo que ello arrastre.

¿Y a quién de nosotros no nos gustaría, aunque fuera temporalmente, llevar la vida de una estrella de rock que parece coleccionar mujeres por montones, de un millonario que aparentemente lleva una existencia despreocupada dado que sus negocios se manejan solos, ser un playboy o sencillamente volver a ser niños o adultos, como ocurrió hace décadas con Tom Hanks que interpretó a un púber que súbitamente amanece como adulto? Sin embargo siempre hay inconvenientes que se esconden de la mirada de los envidiosos, detalles que quitan glamour o emoción a algo que consideramos era perfecto. Como escribió el genial Enrique Jardiel Poncela; si quiere llevar una vida perfecta y sin problemas suscríbase a esos clubes llamados cementerios donde el insalvable requisito para entrar es morirse.

Después de la semidesastrosa Green Lantern, Ryan Reynolds retorna al campo de las comedias donde interpreta a Mitch Planko, un exitoso abogado consumido por su trabajo y quien apenas tiene unos minutos para su familia. Dave (Jason Bateman) es un amigo de la infancia con el que se reencuentra después de varios años cuya destino tras la universidad ha sido poco menos que deplorable; no se ha casado, vive de trabajos temporales, su departamento es un desorden y aspira a convertirse en actor porno. Planko es todo lo contrario pues, según Dave, cuenta con todo ya que tiene tres hijos, una bella esposa y un trabajo con sueldo realmente envidiable; "yo no entiendo cómo puedes tener una razón para quejarte", le espeta. Planko opina exactamente lo contrario, "daría todo para volver a tener una vida despreocupada, una vida como la tuya".

Donde comparten su gusto es por pasar las horas bebiendo y platicando. Esa noche, sin embargo, las cervezas las jugarán una mala pasada pues aparte de pasar por una borrachera fenomenal al día siguiente que termina la resaca se dan cuenta que sus cuerpos se han intercambiado de modo que Mitch es Dave y Dave es Mitch. El descontrol es total pero descubren que por fin cuentan con la posibilidad de hacer reales sus deseos a los que tanto aspiraban: uno podrá ser el soltero son preocupaciones y el otro ganar dinero a carretonadas y entrar a un mundo que él supone justificado y espléndido.

Pero como estamos frente a una comedia de enredos, las cosas no son tan fáciles. Por principio en la oficina de Mitch, ahora Dave trabaja Sabrina (Olivia Wilde), un auténtico forro, una tentación tremenda a la que su amigo jamás había puesto atención (después de todo está casado y no debe siquiera asomarse a menús ajenos). Por su parte Dave, ahora Mitch, se topará con un mundo caótico pero también de deudas, algo que se complica con las intenciones que Dave tenía para entrar al mundo de las películas XXX. Las sorpresas continúan: hoy toca cambiar pañales, tenemos un caso en el tribunal donde tendrás que demostrar toda tu experiencia, la casa lujosa no puede retrasarse un solo mes para terminar de pagarla so pena de saturarse de intereses moratorios, etc. Y es que, como apunta esta historia, solo envidiamos aquello que la otra persona nos permite ver, aunado todo al lado sórdido que siempre preferimos mantener oculto.

Se trata, pues, de una cinta palomera aunque con una trama tan sencilla que ha hecho necesario llenarla con detalles que incluyan desnudos, una catarata de palabrotas y consumo de drogas. Si el lector busca algo que lo distraiga un rato de sus actividades cotidianas tiene aquí una película ideal aunque si tiene hijos procure no llevarlos.

Y, por último, tras verla seguramente habrá olvidado que Ryan Reynolds alguna vez quiso convertirse en superhéroe. Por lo menos su rol de abogado no se le ve tan ridículo.

Copyright 2011 Derechos reservados

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Otros textos de Cine

Don Gato y su Pandilla

Cowboys & Aliens

Los Pitufos

Captain America

Harry Potter and the Deadly Hollows 2

Transformers 2

Cars 2

Kung Fu Panda 2

Piratas del Caribe 4

Archivo

 

 

 ¿Desea opinar sobre este artículo?

[email protected]

[email protected]

0 comentarios

 

Inicio

Nacional

Internacional

Cibernética

 

Literatura

Cine

Medios

Y demás