Cine
Oye, d-d-d-don
Gato...
El salto de la
televisión al cine tardó medio siglo, y se consiguió mediante cineastas
mexicanos y argentinos. El felino tan pretencioso como mordaz vuelve con
su pandilla, el policía Matute y algunas voces que aparecieron en la
serie original. El resultado es bueno y un valioso aliciente para la
animación latinoamericana que hoy ha cuajado un proyecto más que digno
Don Gato y su Pandilla
Voces de Jorge Arvizu, Raúl Anaya, Sebastián Llapur, Rosalba Sotelo
Dirigida por Alberto Mar
Warner-Anima/2011
SEPTIEMBRE, 2011. Desde que comenzó la oleada de
remakes, el legado de Hanna-Barbera ha sido explotado con fruición, con ejemplos desde pasables, como la primera película de
Los Picapiedra (evite la segunda; decir que es horripilante equivale a halagarla) y otros, como
Scooby-Doo, fueron meros esfuerzos mediocres para seguir exprimiendo económicamente nuestra nostalgia. Uno de los personajes que seguramente no se tenían considerados para una nueva versión era
Top Cat, conocido por acá como Don Gato y su Pandilla, y del cual todavía se cree que "top" equivale a "don"
en español cuando originalmente la idea era la de presentar a un felino tan pretencioso como inteligente.
Y quizá no se pensaba en llevarlo al cine --aunque se hizo en 1987 con una versión que conviene olvidar-- fue porque apenas se transmitieron 30 episodios de esta caricatura hace exactamente medio siglo. Según Dan Farrar, autor de
Yababadadoo: The History of American TV Animation, Top Cat fue un proyecto análogo de Hanna-Barbera que salió casi al mismo tiempo que las andanzas de la familia de Piedradura, y se abandonó una vez que esa caricatura absorbió el mayor tiempo del que disponían sus caricaturistas,
En Estados Unidos Top Cat tuvo un éxito moderado al pasar a las repeticiones, pero en América latina y en especial en México, convertido ya en Don Gato, la serie tuvo un éxito sensacional,
tanto así que no hay cuarentones o treintañeros que no recuerden con cariño a ese personaje
con sombrero que vivía en Nueva York pero cuya traducción más bien lo transportaba a cualquier barrio mexicano. En ello contó mucho la adaptación del guión y las voces donde participaron, por ejemplo, Jorge Arvizu, el Tata, quien estuvo presente en prácticamente todos los doblajes de las series hechas en los sesenta, y para hacer eso se requiere talento, mucho talento.
No extraña, por tanto, que hayan sido un grupo de cineastas mexicanos y argentinos
quienes pidieron los derechos a Warner, la cual compró los estudios Hanna-Barbera en 1989, y que por primera vez en su historia,
les hayan cedido unos personajes para que filmaran la película que también será estrenada en las salas norteamericanas. Lo importante aquí es
que, si bien fue financiada con dólares, el argumento y la, colaboración artística es casi en su totalidad latinoamericana, un proyecto que duró casi cuatro años; parte del retraso se debió, por cierto, al auge del formato 3D que obligó a reformatear parte de la cinta.
Los personajes tradicionales están aquí: don Gato, Panza, Demóstenes, Cucho (el que hablaba como yucateco) y Benito, pero también aparece una
añadidura, una gatita llamada Trixie (Rosalba Sotelo) y Lucas Buenrostro, el nuevo jefe de la policía que además de retirar a Matute (Sebatián Llapur) tiene en mente un plan para dominar a la ciudad de Nueva York la que, por cierto, es fielmente representada en la película, de hecho hasta se puede decir que es un homenaje.
Quienes añoran el doblaje de la serie televisiva no quedarán decepcionados: si bien el "Tata" hace las voces de Benito y de Cucho igual que en las caricaturas, nadie percibirá que entre el Don Gato fílmico y el televisivo hay una distancia de medio siglo. Obvia decir, por supuesto, que hay un doblaje mexicano y un argentino pues el Don Gato austral parece provenir de un lunfardo porteño. Y es que, recordemos, el doblaje fue clave para que Don Gato tuviera en nuestras latitudes el éxito que tuvo.
El final resulta un tanto predecible pero ¿saben qué? A diferencia de otros
remakes que en realidad son una descarada excusa de Hollywood para que abramos las billeteras, Don Gato realmente nos trae de vuelta a una infancia donde desconocíamos términos como Facebook y el único teléfono que conocíamos estaba pegado a una pared y no podíamos sacarlo de casa. Sin llegar a
excelente, tenemos aquí una cinta que además viene a ser una alentadora noticia para el cine animado de nuestros países que, por más que lo ha intentado no logra cuajar... con perdón para los fervientes admiradores de
Una Película de Huevos. Gusta más Una Película de Gatos.
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