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Brinquese este promocional y vaya directo al videojuego

La tercera parte lleva otro consabido tres, el del formato multidimensional. Entretenimiento con olor a sacar dinero de dónde sea y cómo sea, pocas cosas se han transformado en esta cinta desde la última vez que supimos de sus protagonistas. Antes de verla revise otras opciones en cartelera

Transformers: Dark of the Moon
Shia LaBeouf, Josg Duhamel, John Turturro, Rosie Huntington-Whiteley
Dirigida por Michael Bay
Paramount/2011

JULIO, 2011. Un reciente texto de la Associated Press preguntaba porqué las recientes películas de superhéroes habían sido tan decepcionantes, y entre otras cosas lo atribuía a que todo esos personajes usan mallas. Puede ser, pero a ello añadiríamos que Hollywood está entercado en cambiar el concepto que tenemos de superhéroe --es decir, el concepto que tienen los espectadores-- y ello ha resultado en tramas inanes por más que se le inviertan millones de dólares a los efectos especiales. Cuando la idea del superhéroe tradicional se respeta, como ha sido el caso de las dos Ironman, la taquilla responde, y lo hace muy bien.

Algo que quizá da la razón al artículo de la AP es lo que ocurre con las cintas de Transformers, donde absolutamente nadie aparece en mallas... bueno, una vez lo hizo la despampanante Megan Fox --ausente aquí y reemplazada por la también modelo Rosie Huntington-Whiteley-- y ello nos provocó inmensos suspiros. El caso es que Transformers: Dark of the Moon, tercera en la serie, ya desbancó a Cars 2 y aparentemente esa suerte se prolongará por lo menos una semana antes que la última de Harry Potter invada las pantallas. Sin embargo y en alusión a Eric Clapton, quien alguna vez dijo "no todo lo que brilla ni lo que vende es oro en las listas de popularidad-- podríamos aquí aplicar la misma idea: vender boletos no significa necesariamente que nos encontremos ante una buena película. ¿Que sus efectos especiales son espectaculares? Por supuesto, y tiene amplísimas posibilidades de entrar en esas categoría en los premios Óscar del 2012.

Sin embargo la cinta no escapa al demonio que hoy acosa a Hollywood y que consiste en maquillar un mal guión con una catarata de efectos tridimensionales que quitan el aliento, aunque el artículo de AP arriba referido agrega que el público ya se está hartando del 3D y que hasta el momento en 48 por ciento han ido a ver Transformers en salas duplex o IMAX. Durante los primeros 40 minutos de esta película el ritmo es lento y no sucede casi nada; es hasta el último cuarto cuando la acción se desarrolla frenéticamante, como un circo de varias pistas, aunque en ocasiones no sabemos quién pelea contra quién. Por supuesto (¡y cómo cabe dudarlo!) los efectos tienen la descarada intención de promover in videojuego. Como dijo en crítico español Andrés Arconada en torno a Transformers: "esto no es una película, es el larguísimo promocional de un videojuego..."

Pero si bien la historia es un poco sosa, por lo menos da a los espectadores una embarradita de historia, que se remonta a uno de los primeros días de la exploración espacial norteamericana. El Arca, que había escapado de la guerra final del planeta Cybertron --refiérase la segunda parte--, la nave piloteada por en Sentinela Prime --un cameo del gran Leonard Nimoy-- aparentemente llevaba artículos especiales vitales en la lucha de los Autobots contra los Decepticons. Sin embargo el Arca es alcanzada por un misil sin que llegue a conocer la suerte de la tripulación.

En 1961 la NASA encuentra los restos del Arca que se estrelló en la luna, por lo que el presidente Kennedy ordena que antes de esa década el hombre pondrá un pie en ese satélite, aunque la razón verdadera era investigar qué era aquél objeto, y hacerlo antes que los rusos. Finalmente y ocho años después se consigue la hazaña aunque dos de los astronautas, Armstrong y Aldrin, secretamente investigan los restos y traen muestras a la tierra. La exploración del Arca continuará por varios años hasta que es cancelada en definitiva en 1973.

Sam Witwicky (La Baeuf) ya se graduó de la universidad y su labor para ayudar a los Autobots in cluso le ha valido la Medalla de Honor por parte de Barack Obama (cuando empezaron los Transformers George W. Bush aún era presidente ¿por qué la Casa Blanca no le reconoció entonces haber salvado a la humanidad?). Además Witwicky tiene una nueva novia Carly (Huntington-Whitley), y tras buscar empleo por varios meses, finalmente consigue trabajar en una empresa en el área de correos. Mientras tanto, en Chernobyl se encontró lo que parecía ser combustible del Arca, lo cual sería factor determinante para continuar la guerra contra los Decepticons, que esta vez vienen más fortalecidos. El pretexto ideal para desatar casi 40 minutos de efectos especiales que, sí, llegan a marear. Enough is enough, cantaba Donna Summer hace décadas. Es, sin duda, lo que tenemos en Transformers: Dark ot the Moon.

Pero a pesar de los abrumadores efectos y la obvia intención de sacarle todos los dólares posibles a esta franquicia a través de un videojuego existe otra intención por parte de los productores y que consiste en colocar a LaBaeuf como el sucesor natural de Harrison Ford. Está lejos de ser una coincidencia que ambos hayan adquirido fama en películas de ciencia ficción (Transformers es, detrás de todo el oropel, una copia de Blade Runner, aunque esta vez surgida de un cómic) y, más todavía, que a ambos se les haya reunido en Indiana Jones IV como padre e hijo. Y está bien, aunque LaBaeuf ha mostrado que los papos del ex Han Solo le quedan bastante grandes pues carece de su espontaneidad y carisma. Y por lo que toca a Huntington. Whitley, con todo y que es un forro --aunque sigamos prefiriendo a la soberbia Megan-- la pobre sencillamente no sabe actuar y apenas sirve de parapeto a lo largo de la película.

Y ahora que LaBaeuf ya dijo que no piensa participar en otra Transformers, quizá sería momento de regresar esta historia al terreno de los cómics. No sucederá, por supuesto: Hollywood está dispuesto a rehacer y reciclar todas las historias; al final lo único que importa es el el membrete... ah, sí, además de promocionar otro videojuego, que imaginamos debe ser más divertido que buena parte de esta película, la cual queda atorada en el lado oscuro de cine memorable.

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