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Dos buenas películas de un director hoy semifantasma

¿Recuerda usted a cierto cineasta de origen hindú al que muchos llegaron a comparar como mezcla de Hitchcock y Orson Welles? Pues bien, cada película de Night M. Shyamalan ha sido peor que la anterior. Como sea, aquí recordamos dos películas que hicieron a muchos críticos llegar a tan (hoy) exagerada conclusión. Seguro las recuerda el lector

The Sixth Sense
Bruce Willis, Haley Joel Osment, Toni Collette
Dirigida por M. Night Shyamalan
Paramount Video/1999

Signs
Mel Gibson, Joaquin Phoenix, Rory Culkin
Dirigida por M. Night Shyamalan
Paramount Video/2002


JULIO, 2011. Hasta antes de esta película, la revelación más sorpresiva la habíamos tenido en The Crying Game (1992) donde nos enteramos que una bella chica en realidad nació con algo que la identifica plenamente como hombre. En el caso de The Sixth Sense el desenlace fue menos gráfico aunque igual de inesperado. Por ello se considera que éste es una de los mejores thrillers por parte de un director que acababa de cumplir 27 años de edad tras su estreno. Por entonces se le comparó con Orson Welles aunque luego veríamos que se trataba de una verdadera exageración: el sitio rottentomatoes.com comprobó recientemente que cada película de M. Night Shyamalan ha sido peor que la otra y ha resultado en decepcionante recaudación. La verdad no debería extrañarnos: este cineasta se intoxicó con su propio ego y hoy ya es difícil que encuentre productores que acepten sus extravagantes condiciones pese a que sus filmes son cada vez más deplorables.

Pero centrémonos en esta cinta, que pasó de convertirse en modesto estreno a verdadero blockbuster debido a la recomendación de los espectadores que incluía no revelar el final dentro de ninguna circunstancia; era parte del acuerdo cuando se iba a ver The Sixth Sense: Cole Sear (Osment) es un niño retraído al cual es encomendado al siquiatra Malcolm Crowe (Willis) quien asimismo sufre una tragedia familiar dado que su esposa evita hablar con él cuando va a casa, todo después de aquella cena en que súbitamente apareció un ex paciente suyo y quien al final se pega un tiro. Tras varias sesiones y a donde lo obliga a ir a una iglesia de Filadelfia donde se desarrolla la acción, el chico le confiesa que puede ver espíritus de gente que murió hace tiempo, la mayoría de ellos en circunstancias trágicas.

Lo que viene es una relación cada vez más estrecha entre Crowe y su paciente, quien finalmente es convencido de que quizá esas apariciones estén pidiendo ayuda para poder irse a descansar en paz. Al final es el siquiatra el que solicita ayuda para arreglar la situación con su esposa. "Habla con ella mientras duerme", le sugiere Cole. Y es así como nos damos cuenta de que el chico no mentía al decir que podía "ver gente muerta". Crowe era uno de ellos.

Luego de una película relativamente decepcionante Shyamalan regresó con otro thriller que desde el principio recibió críticas muy favorables. Se trataba de Signs, protagonizada por el veterano Mel Gibson y Joaquin Phoenix, hermano del malogrado River Phoenix. Todo empieza cuando el reverendo Hess (Gibson), quien habita en una leja región rural, comienza a percibir extrañar interferencias en radio y televisión mientras en el mundo comienzan a reportarse apariciones de "extraños seres" --quien no se espante con la escena donde se ve uno de ellos durante una fiesta en Brasil debiera meterse a secretario de Hacienda, por insensible-- aparentemente de otro planeta. Es casi hasta el final cuando los vemos, tiempo en el cual el director va creando al ambiente propicio de incertidumbre que hacen de Signs una de las mejores películas de la década pasada aunque el modo de eliminar a los invasores resulta muy inverosímil: ¿cómo pudieron los extraterrestres pasar por alto ese detalle? ¿A ninguno de ellos se le ocurrió utilizar uniformes que los protegieran del agua, ya fuera para casos de tormenta?

Lo mismo pudiera decirse de The Sixth Sense y sus incongruencias, ya repuestos del sorpresivo final: ¿Por qué el doctor Crowe, si creía estar vivo, jamás trató de hablar con nadie más? En la escena del restaurante donde ella toma la charola de la cuenta antes que él es de suponerse que habían platicado para acordar verse en ese lugar. Y la chica del video incriminatorio ¿cómo es que lo sacó de la videocasetera y lo puso en una caja? ¿Si ella podía mover cosas por su cuenta para qué entonces pidió ayuda a Cole? Y es que en una escena algunos espíritus pueden atravesar cosas sólidas ¿no sería lógico que entonces no pudiera tomarlas con las manos? Y, por supuesto, cuando Cole y Crowe viajan en camión ¿no se dio cuenta el siquiatra que estaba muerto cuando a él no le cobraron el pasaje al subir?

Por supuesto que todo ello no disminuye la calidad de estas películas pero sí deja entrever la inevitable interrogante: ¿qué diablos pasó con Night M. Shyamalan, en qué momento pasó a convertirse en un director del chafa? La respuesta más posible es que se infló de ego y éste le ha impedido retomar la grandeza cinematográfica que alguna vez tuvo.

Por lo demás, el DVD de The Sixth Sense incluye una entrevista con el director, Osment, Collette, comentarios alternos y escenas editadas. El de Signs es más austero pues apenas incluye una breve entrevista con Gibson y cómo se hicieron algunos efectos especiales, en especial de los seres extraterrestres.

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