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CINE
Hotel Ozzy Osbourne...
Sin duda, los vampiros, los
hombres lobo y los monstruos están nuevamente de moda, por lo que la
llegada de una cinta animada sobre esos seres oficialmente da inicio a
la temporada otoñal de estrenos de Hollywood. Seguramente el lector
querrá registrarse en el Hotel Transylvania para una sabrosa
tarde de cine
Hotel Transylvania
Voces en inglés de Adam Sandler, Andy Samberg, Kevin James, Selena Gomez
Dirigida por Genndy Tartakovsy
Columbia Pictures/2012
OCTUBRE, 2012. Por razones que valdrían otro artículo, al norteamericano promedio siempre le han seducido los monstruos y los vampiros, algo que Hollywood ha reflejado casi desde que nació como industria. Existen tantas películas de Drácula como políticos ineptos (excúseme el pleonasmo), moda que también en un tiempo inundó la televisión en series como
Los Monsters o La Familia Addams, Buffy la Cazavampiros y ni qué decir de
Crepúsculo, prueba irrefutable de que los vampiros
y los hombres lobo siguen siendo tan taquilleros como siempre.... hasta
a Lincoln ya lo metieron en el menjurje.
Curiosamente no habíamos tenido historias recientes de vampiros en versión animada y, bueno, ya los tenemos aquí... o más bien, en Transilvania, región mítica que se encuentra en el centro de la actual Rumania (y que el público estadounidense piensa es el país donde habitan los monstruos, y donde, por cierto, vivió terrible Vlad el Empalador).
Sobraría también decir que en Hotel Transylvania --sí,
título clara y descaradamente inspirado en la canción de Eagles-- vemos todas las mofas inimaginables a la cultura pop actual. Este Drácula, y esto es algo que el espectador detectará de inmediato, no es otro más que Ozzy Osbourne, y por si quedaran dudas mientras canta una canción de cuna
a su hija donde promete ir a cortarle la cabeza a un murciélago. Es el primer trabajo de Genddy Tartakovsky como director (había sido parte del equipo de producción de
Ironman) y hay que decir que el resultado es muy rescatable aunque en momentos la cinta se siente un tanto tediosa, con segmentos donde casi no ocurre nada.
Este Conde Drácula (voz de Adam Sandler) es un padre bastante alivianado aunque estricto y sobreproctector con sus hijos. Desde hace muchos años decidió huir del mundo de los humanos y refugiarse en Transilvania, donde abrió un hotel
de cinco estrellas que lleva ese nombre, un sitio donde ningún hombre ha puesto pie desde 1898, según dice un anuncio. El Conde
quiere que su familia ya no sea perseguida por esos seres con estacas y antorchas, desea que su prole, en especial Mavis (Selena Gómez) vivan sin preocupaciones. Al inicio de la película Mavis es una monstruito adorable pero Drácula sabe que dentro de unos años se convertirá en una señorita a la que habrá que enseñar a volar y a convertirse en vampira, dado que eso es parte de la tradición de muchas generaciones.
El Conde ya no quiere saber nada de humanos, tanto así que desde hace rato dejó de aficionarse a su sangre ("es muy densa y uno no sabe realmente de dónde viene", se justifica) y prefiere la sangre sintética. Conforme se acerca la fiesta de los 118 años de Mavis, el Conde organiza una gran fiesta a la que asiste ¡horror! un humano, alguien llamado Jon (Samberg) y quien lejos de temer a los monstruos y a los vampiros, los admira; Jon es un especimen que bien podría pasar como
darketo o fan de The Cure. El pasmo del Conde no termina ahí: Mavis termina por enamorarse del chico nuevo del pueblo --alusión extra de esta película hacia otra canción de Eagles-- algo inaceptable desde
su misma conjetura. El Conde advierte que los humanos no son de fiar pero ante los sentimientos de su hija poco hay qué
hacer, o al menos intentará convencer a su hija que más vale vampiro
por conocido que humano por convencer.
Dado que Hotel Transylvania fue creada en formato 3D, encontramos aquí una gran cantidad de
efectos especiales, algunos bastante divertidos como las perillas de las puertas que tienen caras y son chismosas consumadas (¿quién solía disfrazarse también de perilla de puerta? el gran Mortadelo) mientras Mavis gusta de comer unos quesos que gritan cuando reciben mordidas. Es una película que a Tim Burton le habría agradado ver cuando era niño,
pero al contrario, por ejemplo, de El Pequeño Mundo de Jack, esta producción está lejos de ser deprimente: los vampiros y los monstruos que en ella aparecen son bastante divertidos, entre ellos el Hombre Invisible (voz de David Spade), el Mayordomo y unos esqueletos vestidos de mariachis.
El balance de una historia que lo mismo entretenga tanto a los niños como a sus padres se da en
Hotel Transylvania si bien, como ya apuntamos, en momentos se torna densa y con algunos puntos previsibles y los infaltables clichés donde los vampiros son los protagonistas, como ocurre con el órgano de la Tocatta y Fuga en D Menor de Johann Sebastian Bach en momentos de mayor suspenso.
Es poco probable que Hotel Transylvania pase a convertirse en un clásico del cine animado aunque tampoco deberá extrañarnos una segunda parte para el futuro cercano. Pero su se trata de un regalo adelantado de Halloween, pues qué mejor que disfrutarla y reírse con sus puntadas.
Hacía falta que el Conde Drácula nos ofreciera algunas risas desde hace mucho, mucho tiempo.
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