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El socialismo, más efectivo que extraterrestres y hecatombes para destruir a California
Las políticas ruinosas de un gobernador insensato están repercutiendo en altísimos impuestos, éxodos masivos, fuga de empresas y empobrecimiento que ya empieza a reflejarse en sus calles. Pero el pasado noviembre los demócratas tuvieron otro triunfo electoral aplastante en California. Masoquismo puro, u otra cosa
ENERO, 2021. La ciudad de Los Ángeles,
y Hollywood en particular, han sido destruidas por lo menos una
decena de veces en películas y series de TV, específicamente en
Independence Day, Armaggeddon,
2012 y otras más. Sin
embargo ha habido una fuerza, mucho más destructiva que los
extraterrestres, los meteoritos o cualquier otro fenómeno de la
naturaleza: el socialismo.
Y como prueba que desmiente la ingenua idea de que "esta vez" el
socialismo sí funcionará si se aplica a fondo en Estados Unidos, su
fracaso ya es evidente con el insólito éxodo no solo de grandes
empresas sino de miles de personas para quienes vivir en California
se les ha hecho imposible, e insoportable.
Lo insólito es que este lamentable experimento esté ocurriendo en el
que por décadas se consideró el estado representativo del éxito
económico que traía consigo la libre empresa. Aquellos años de
bonanza, donde ir a California equivalía a buscar y conseguir el
American Dream, han quedado muy atrás.
También parecen ser parte de un mítico pasado los años de glamour de
Hollywood, el ambiente festivo y alegre que se percibía en el centro
de Los Ángeles así como el interés por "ligar" en las hermosas
playas de Long Beach o Venice, muy cerca de la urbe californiana.
Todos esos lugares hoy lucen descuidados, con decenas de locales
cerrados, hasta el tope de suciedad y, quizá la imagen que habla
enormidades de la pesadilla que el socialismo ha traído a
California, decenas de casas de campaña que han invadido las
banquetas, con sus propietarios protegidos por las autoridades
locales.
La mayoría de los
residentes culpa de la debacle al actual gobernador (demócrata,
naturalmente) Gavin Newson, aunque la situación viene de más atrás,
específicamente durante el segundo periodo en que Jerry Brown, quien
había gobernado California en los 70, regresó con renovados bríos
socialistas, alentado por el triunfo presidencial de Barack Obama.
Durante su último periodo de gobierno Brown se radicalizó aun más,
se negó a escuchar al sector productivo y abrió la puerta a los
activistas de izquierda quienes desde entonces han invadido no solo
el área cultural sino académica de California, con resultados
potencialmente devastadores.
Newson, quien paradójicamente es enemigo político de Brown, es un
abogado que en otros años sería considerado un júnior (y además
sobrino de Nancy Pelosi, líder de la Cámara) y quien ha acelerado el
proceso de socialización de California. Como prueba de ello,
California se ha deteriorado económicamente mucho más en casi dos
años de gobierno que en los ocho del ya de por sí desastroso periodo
de Jerry Brown.
"Yo salí de la ciudad
de México hace 28 años y no dudo en decir que Los Ángeles cada día se
está pareciendo más a La Merced", dijo a fasenlinea el
comerciante Felipe Monárrez vía Skype. "Pero ni en los peores días del
priísmo mexicano que me tocó vivir había visto lo que he visto en
California estos últimos años... el estado va que vuela hacia el
subdesarrollo".
En nombre de la "justicia social" se han aprobado todo tipo de
aberraciones que más que torpes parecen estar hechas a propósito. Por
ejemplo, mientras fue alcalde de San Francisco, Newsom derogó una
legislación que prohibía defecar en áreas públicas por considerarla
"discriminatoria" hacia los inmigrantes llegados de otras latitudes
quienes acostumbran hacer sus necesidades fisiológicas a la vista de
todos. Como resultado, y de acuerdo con lo dicho por el vloguero Ben
Shapiro, San Francisco "huele a mierda, con bolsas llenas de excremento
tiradas por todos lados".
Pero para que no se diga que Newsom carece de compasión, el entonces
alcalde logró que el ayuntamiento financiara un programa de ayuda a los
adictos a las drogas, no para rehabilitarlos sino con el fin de
proporcionarles jeringas gratis para inyectarse sin temor a sufrir
infecciones. Como consecuencia, añade el vloguero Shapiro, "al temor de
pisar bolsas llenas de desechos humanos hay que tener cuidado de no
pincharse con las cientos de agujas esparcidas por todas las calles del
centro de San Francisco, esto en la que es considerada la cuidad más
hermosa de Estados Unidos y que es además patrimonio mundial".
Por si fuera poco a este ambiente de hedor y suciedad, alguien tuvo la
ocurrencia de pintar un enorme mural de
Gretha
Thunberg en uno de los edificios en el centro de la
ciudad en homenaje a alguien que no ha hecho absolutamente nada por esa
urbe. Sus habitantes parecen coincidir en algo: desde cualquier ángulo,
el mural de Thunberg más bien se parece a Vladimir Putin.
Pero si la ideología izquierdista tuviera hedor, éste se percibiría
densamente en los planteles escolares de San Francisco donde a varias
escuelas se les han retirado lo nombres de Abraham Lincoln y Thomas
Jefferson por supuestamente ser parte del "privilegio blanco".
Evidentemente que el querer "borrar" de la historia a un presidente que
decretó abolir la esclavitud y eso terminaría por costarle la vida es
parte de un mal guión, pero para una "activista" local entrevistada por
The San Francisco Chronicle, "Lincoln pertenecía a familias de
estirpe esclavista, y además era republicano", al igual, por cierto, que
Martin Luther King Jr, quien incluso contaba con su carné de ese
partido.
Y si bien la locura se extiende a lo largo del gigantesco estado --poco
menos de una cuarta parte del territorio mexicano-- es el sur de
California donde la debacle socialista está mostrando sus peores
efectos, una zona geográfica con excelente clima donde casi nunca
llueve, acompañada de bellas zonas desérticas de las cuales se brinca a
un valle arbolado tan solo recorriendo algunas millas de distancia.
Además de Hollywood, el área de Los Ángeles ha proporcionado toneladas
de talento, sobre todo musical: de ahí surgieron
The Doors,
The Eagles,
The Beach Boys,
Carpenters, Mamas and Papas,
Guns N´Roses,
Ratt, los míticos estudios A&M, Geffen Records además de ser un sitio
donde se han filmado decenas de legendarias series televisivas, desde
Batman
hasta Patrulla Motorizada y El Hombre Nuclear, esto sin
olvidar que ahí despegaron los estudios Disney.
Venice Beach, una playa que en su momento llegó a recibir hasta 4
millones de turistas al año, se encuentra hoy en el abandono y donde
poco a poco empiezan a proliferar la casas de campaña a orillas de la
playa donde se escucha el retumbar de las boom boxes con musica
hip hop a todo volumen (aunque se dicen "despojados", muchos de ellos
pueden hacerse de esos aparatos y de televisores que conectan a uno
"diablitos" sin que nadie los moleste).
El fenómeno de las "carpas" comenzó en el centro de la ciudad angelina
pero se ha ido extendiendo al resto de la ciudad, en especial sus
parques emblemáticos como el McArthur Park, al cual incluso se le dedicó
una canción
que
Donna Summer
cantó hace varios años. El parque ha sido invadido de casas de campaña y
de vagabundos por lo que ya es imposible pasear por ahí en cuanto
anochece.
Los "carperos" no muestran respeto alguno por los sitios emblemáticos:
también ya erigieron "unidades habitacionales" a la afueras del parque
de beisbol donde juegan los Angelinos de California, en Anaheim. A este
paso, los comerciantes locales temen que la ola pronto comenzará a
instalarse a las afueras de Disneylandia, quizá el sitio turístico más
afectado no solo por la pandemia sino por las monstruosas políticas
económicas del gobernador Newsom.
¿Pero de quién es la culpa? Naturalmente, de la pandemia y de las
"políticas exclusivistas" de Donald Trump que "solo benefician a los más
ricos", según dijo Newsom en una entrevista poco después que asumió la
gubernatura. Algo similar ha dicho el alcalde de Los Angeles, Eric
Garcetti, un político que no recibe tanta atención como Bill de Blasio
pero que ha sido igual o peor que su colega neoyorquino.
Además de culpar a Trump por la pandemia y de "no haber hecho nada para
impedirla", Garcetti no solo tiene ilegalmente encerrado al sector
comercial considerado "no esencial", pero no puso objeción alguna a que
los manifestantes salieran a las calles angelinas a protestar tras la
muerte de George Floyd aunque no llevaran tapabocas. "Es un asunto de
justicia social, mucho más importante", dijo Garcetti, y prometió que
los barrios negros recibirían 150 millones dólares en "ayuda" para
solventar la pandemia.
El vloguero This is John Williams señala que, efectivamente, el
Congreso estatal autorizó esa partida pero ni un solo dólar ha llegado a
las comunidades afroamericanas supuestas "explotadas" por Donald Trump y
el "privilegio blanco".
Lo mismo sucede con los impuestos que deben pagar los californianos, los
más altos de todo el país, con el impuesto por ventas (IVA) del 13.3 por
cuento. Gravámenes a los que se han incluido otros, entre ellos uno
recientemente aprobado, el impuesto por abandonar California. "Este es
el primer estado en la historia de Estados Unidos que te cobra un
impuesto por mentarle la madre al gobernador", dice, Monárrez.
Para este año la pesadilla recaudatoria amenaza con enloquecer todavía
más. El estado piensa aplicar un impuesto "a las grandes fortunas", que
ha fracasado, con estrépito y sin excepción en todos los lugares donde
se le quiso aplicar, así como la aplicación de multas a quien difunda
"notas falsas" por Internet y los medios impresos luego que la
información sea "corroborada" por un grupo de especialistas", algo
totalmente anticonstitucional y más propio de los tiempos de la Rusia
soviética o la Stazi estealemana. También se piensa aplicar otro
impuesto destinado a las indemnizaciones (reparations), una
barbaridad que podría provocar una herida irremediable al tejido social
de ese país.
Sin embargo ese mar de dinero que recauda el estado no se ve reflejado
en la mejoría de los servicios públicos, ni en la recolección de basura
que ha convertido al centro de Los Ángeles en un muladar ni en
infraestructura. Pero eso sí, Garcetti autorizó recortar los fondos para
el Departamento de Policía angelino, algo asombrosamente estúpido para
una ciudad que hierve en resentimiento, ciudadanos neuróticos y tensión
racial. Por supuesto que esos recursos que supuestamente serían
reencauzados para ayudar a los "explotados", Garcetti no ha dado razón
alguna de hacia dónde se fue ese dinero arrancado al Departamento de
Policía angelino.
Grupos activistas que han tomado en sus manos el asunto de las carpas lo
han analizado del modo más absurdo posible: están exigiendo un "impuesto
especial" (¡otro!) el cual pagarían los comerciantes que han visto
invadidas sus banquetas; otros más piden que el estado de California
proporcione fondos y subsidios a estas personas sin hogar, algo que
solamente estaría atacando las consecuencias, no las causas que son la
corrupción y la distorsión de las leyes del mercado.
Y como en tiempos de la
nomenklatura soviética, los gobernantes que están oprimiendo a
los habitantes de California con más impuestos, regulaciones y
restricciones para abrir sus negocios con el pretexto del Covid 19, no
muestran mucho interés en seguir sus propios lineamientos ni en respetar
sus propias prohibiciones. Hace unas semanas el gobernador Newsom fue
tomado en un video en uno de los restaurantes más caros de Los Ángeles
departiendo con varias personas sin portar cubrebocas ni manteniendo la
"sana distancia".
Eso no es todo: el vloguero Williams refiere que Newsom desvió miles de
dólares destinados a atender la pandemia a sus propias empresas que
sufrían serios problemas económicos.
"Subir los impuestos y al mismo tiempo estrangular la actividad
productiva esperando un resultado positivo nos habla del nivel de
pendejez de los gobernantes de California en este momento", dice el
comerciante Manjarrez. "Por desgracia, son pendejadas que tardarán mucho
en ser remediadas, si es que en el futuro de este estado alguien se
molesta en remediarlas".
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