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ANÁLISIS, COMENTARIO Y DEMÁS

Y demás / Televisión de antier

Batman mucho antes  

El tiempo y la representación de Mark Miller, así como la reciente precuela proyectan a Batman como un ser atormentado, con un pasado que Freud habría gozado desglosar. Pero el Batman de la serie de televisión es, no sólo por los recuerdos, al que apostamos doble sobre sencillo.

JULIO, 2005. La máxima felicidad a la que podía aspirar un niño hace un par de décadas era asistir a la matinée. Desde temprano se hacían planes, había correteo en casa, alguien llevaba comida de contrabando en una  bolsa y, a eso de las 10 de la mañana, se llegaba a la sala. Eran tiempos en que se ofrecían dos cintas de modo que uno abandonaba el cine cerca de las dos de la tarde. Y es que ver una película el domingo por la mañana conllevaba un gusto inexplicable al que yo siempre contrasté con la tristeza y nostalgia de ver una cinta el domingo por la tarde (quizá por sentir cercanas las clases del lunes siguiente). Pero las matinés fueron insuperables en la emoción que provocaban. Y digo eran, porque la videocasetera, los DVD y la televisión vía satélite, con los cuales cualquiera ya puede disfrutar cine por la mañana enfundado en pijamas, pasaron a convertirse en otra costumbre en peligro de extinción, o ya extinguida.

Una de las matinés que recuerdo es la película de Batman y Robin ¡y sus archienemigos, juntos en un mismo episodio! Cada semana estábamos acostumbrados a ver un villano distinto en televisión y que al final hubiera continuación que, por cierto, rara vez seguía la secuencia. Gatúveda, El Guasón, El Pingüino y El Acertijo aparecían en la película la cual tuve oportunidad de ver en su momento y, lo acepto, hoy huele más a tontería que otra cosa. Pero ese era secreto de Batman y que al menos por dos temporadas tuviera altos ratings allá a mediados de los setenta. El punto aquí es que, al terminar la cinta de Batman y Robin, a la salida del cine varios niños salíamos embriagados y ansiosos de reproducir entre nosotros lo que habíamos visto en la pantalla ("tú eres el Guasón y yo Robin y te pongo una trampa...") Era una tontería, lo recalco, pero una de las grandes fortunas de ser niño es que aún no se nos enseña a ser inquisidores ni a pensar por un momento que en realidad se trata de actores disfrazados, (En la primaria un compañero de clase dio una respuesta que nos dejó boquiabiertos al preguntarle cómo era posible que Bruno Díaz y Ricardo Tapia se ponían sus atuendos al bajar hacia la baticueva, "¡pues se cambian en los comerciales!" Y le creímos).

En realidad Batman nunca dejó de transmitirse en nuestros años de adolescencia y edad adulta. Cuando se estrenó la cinta dirigida por Tim Burton, la cadena Fox presentaba episodios del encapuchado dos veces al día, esto sin contar que el canal 5 de Televisa también lo transmitía a la misma hora. En una de esas veces ambos canales coincidieron con el mismo capítulo a igual hora. Esto, para una serie que en 1989 tenía casi un cuarto de siglo de haberse rodado, nos habla de la fuerza del kitsch combinado con nostalgia que ha dado tanta longevidad a Batman. Pero al crecer también nos topamos con la vida real, la cual incluye la vida de quienes encarnaron a estos personajes.

Al respecto no puedo olvidar mi shock cuando leí que Bob Crane, el coronel protagonista en Los Héroes de Hogan, había sido brutalmente asesinado en 1978. La suerte corrida por aquellos actores no siempre coincide con un futuro brillante.

Creo que allá por 1989 vi en un canal de cable la segunda parte de Lady Chatterley. Ahí aparecía Adam "Batman" West en un papel deplorable en una película más deplorable aún. Fue penoso ver cómo un actor encasillado, aun sin máscara, cree que todavía es Batman cuando un cuero de chica, tan joven que podría ser su hija, trata de seducirlo a lo cual, con esa cortesía y ademanes que empleaba cuando se encontraba frente al comandante Fierro, West rechazaba la oferta. Aparte de Mike Tyson y los ya frecuentes KO's que le aplican actualmente, no había visto una parodía tan lamentable. West ha procurado alejar esta película de su reducido curriculum post Batman pero no podrá hacerlo; ahí también está encasillado.

Pero este encasillamiento le ha servido bien, máxime cuando Batman fue resucitado fílmicamente por Burton en 1989. Ya antes había aparecido en las tiras de Dark Knight dibujadas por Mark Miller quien, al igual que Burton, abiertamente manifestaba "aborrecer" al Batman de la televisión por considerar que le había "mutilado" las razones que lo llevaron a convertirse en el encapuchado. En tal sentido tenían razón. la serie había caricaturizado a la historia, transformándola en un chiste kitsch y con villanos igualmente melifluos. Pero es esta imagen de Batman la que más ha perdurado; las caracterizaciones que hicieron Michael Keaton, George Clooney y Val Kilmer son hoy vagamente recordadas, un poco menos, quizá, que la hecha de Robin por Chris O'Donnell.

Igual ocurre con los villanos; Jack Nicholson da vida a un Guasón más sarcástico pero al final sabíamos que era Jack Nicholson actuando como himself. En cambio, el Guasón a cargo del ya fallecido César Romero incluso tiene clubes de admiradores mientras que el Pingüino de Burguess Meredith era mucho más simpático que el de Danny DeVito, y ni abundar en el Mr. Freeze de Arnold Schwarzenegger. El único villano recordado de las cintas es Gatúbela y ello porque hubiera sido imposible menospreciar a alguien con la sensualidad de Michelle Pfeiffer. Ello quedó corroborado cuando el mismo papel fue asumido por Helle Berry, también sensual pero de muchas menos tablas que el de Pfeiffer.

Los productores de Batman estaban conscientes de las críticas y de lo que alguien llamó "infantilismo" de la serie, por ello más tarde apareció The Green Hornet, conocida más como El Avispón Verde. Se trataba de un héroe más metódico, más cerebral y, curioso, más acorde con el Batman concebido por Mark Miller pero que no tuvo la misma suerte que el encapuchado aunque sirvió, en buena medida, para apuntalar la carrera del fallecido Bruce Lee, Kato en la serie.

Los productores aprovecharon poseer la franquicia de ambos personajes para presentarlos juntos, y lo hicieron alrededor de tres veces. Ver al Avispón y Batman juntos suena tan descabellado como si hoy viéramos en la misma cinta a Harry Potter y a Sylvester Stallone, pero las ratings comprobaron que mucha gente era vencida por la curiosidad y sintonizaba la emisión. Los encuentros eran rápidos, pues se trataba de públicos distintos; El Avispón en televisión se asemejaba mucho en apariencia al Spirit de Will Eisner, un cómic famosísimo de los cuarenta mientras que Batman permanecía, en esencia y   comportamiento, al más puro skitch setentero.