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California sigue en picada: cierra el Museo más freaky de Hollywood

Quizá no era el más visitado en la otrora casa de los sueños, pero sí el que tenía las propuestas más inesperadas. La espiral y la decadencia de California le cobran su factura a un recinto que recién acaba de bajar la cortina. Ahora solo quedan sus tours, y eso a ver por cuánto tiempo

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Por Roberto Rojas G

FEBRERO, 2020. Calvo, aunque se rapa aquellas partes de la cabeza donde le sale cabello, con sus brazos tatuados, barba rala y con un cierto parecido a Rick Harrison de El Precio de la Historia, Scott Michaels cerró las puertas (sus admiradores esperan que no para siempre) del museo que manejó durante dos décadas. El recinto, llamado "Dearly Departed" --algo así como "Los Difuntos recordados con Cariño"-- dejó de recibir visitantes el pasado 19 de febrero; su encargado ahora se dedicará exclusivamente a dar tours por Hollywood y otras áreas históricas de Los Ángeles aunque Michaels no se siente muy optimista de cuánto tiempo más podrá hacerlo.

"Recientemente me exigieron un permiso especial para acercarme a Rodeo Drive", dijo Michaels en una entrevista con el vloguero Lee Jordan, cuyo canal se llama Daze With Jordan the Lion. Rodeo Drive evoca rápidamente el camino que conduce a la calle donde se encontraba la residencia donde Sharon Tate fue brutalmente asesinada por la "familia" Manson y donde el matrimonio La Bianca sufrió igual suerte allá en el lejano 1969.

Ese "alguien", por supuesto, son los burócratas del condado de Los Ángeles, una ciudad cuya riquísima historia en torno a las celebridades, escándalos, hechos violentos, hazañas y por supuesto Hollywood, representa un gigantesco imán turístico que hoy está el peligro. El alto costo para obtener estos "permisos" terminará por hacer incosteable el trabajo de Michaels y otros de sus colegas.

Michaels, quien se asume abiertamente como gay, tiene voz de DJ de radio FM, se expresa con soltura y trata en lo posible de ser diplomático al hablar sobre el final del museo aunque en la entrevista con Jordan "The Lion", no puede evitar soltar uno que otro fuck de frustración. Y cómo va a ser de otro modo si el "Dearly Departed", al cual le dedicó dos décadas de esfuerzo, trabajo y dedicación, se vio obligado a cerrar por factores que menciona pero se cuida de culpar directamente, entre ellos los altos impuestos de California --el sales tax, equivalente al IVA aunque es un gravamen estatal-- ronda un 13.3 por ciento, el más alto en todo el país-- el exorbitante costo de las rentas así como la creciente inseguridad en el Santa Monica Blvd, otrora una arteria donde podías toparte con un artista de cine en tu misma banqueta. Ahora
solo encuentras, según Michaels, "gente agresiva y jeringas arrojadas incluso a las puertas del museo".

Cuando el que muchos consideran es el mejor museo de Hollywood, o por lo menos el más freaky, se ve obligado a cerrar, no quedan dudas que Hollywood, y el estado de California en particular, atraviesan por su peor decadencia. Ni siquiera en los años de la Gran Depresión la industria del entretenimiento de Hollywood llegó a tener un nivel tan bajo, tanto en la calidad de lo que ahí se produce.

De hecho hace ya tiempo que la ciudad dejó de ser relevante para la actividad fílmica dado lo carísimo que resulta filmar ahí. La última película importante rodada ahí fue Once Upon a Time un Hollywood, de Tarantino, lo que facilitó un tanto las cosas porque, bueno, hablamos de Quentin Tarantino. Pero dado que el tener que lidiar con los gremios sindicales y sus disparatadas exigencias así como los escasos estímulos que el estado otorga para realizar un rodaje, las locaciones se han ido a Georgia, a Dakota del Norte e incluso a Vancouver, lugares que dan estímulos fiscales a los estudios que huyen de California.

Sin embargo, el pasado de Hollywood sigue cautivando a millones de personas; esa fue la razón que llevó a Michaels a abrir su museo, anteriormente en un pequeño local ubicado a unos cuatro kilómetros de distancia. Cuando repasa el material que Michaels presentaba en su museo, dan ganas de patear el trasero a la burocracia californiana y al gobernador Gavin Newsom, un sujeto que está llevando a California a su paulatina destrucción, y lo está consiguiendo en tiempo récord; Newsom acaba de cumplir, apenas, su primer año de gobierno.

Cuidadoso en sus palabras, Michaels trata de no culpar directamente a nadie pues entre sus amigos y conocidos hay personas metidas en el cine --trabajó como "consultor histórico" de Tarantino en su más reciente película-- celebridades e incluso gente metida en la política. "Quise darle a Hollywood un sitio de entretenimiento donde repasar su historia pero ya me fue imposible seguir haciéndolo", dijo Michaels. "Es momento de avanzar en otra dirección". Y como muestra de su perenne ingenio y buen humor, Michaels despidió al museo con un convivio, que es donde Jordan "The Lion" lo entrevistó.

Pero según otras versiones, off the record Michaels no tan diplomático y no duda en echar en cara al gobierno local y estatal el estar arruinando a la economía de California mientras otras entidades, como Texas, Florida y Montana, están mostrando una bonanza financiera que no habían experimentado en décadas.

El museo, un banquete para morbosos

Hollywood y el morbo nacieron prácticamente juntos, de ahí que no extraña que las principales piezas mostradas en el "Dearly Departed" no hablen tanto de las glorias cinematográficas de quienes alguna vez trabajaron en la llamada Casa de los Sueños sino de la historia sórdida, análoga, dentro de ese recorrido histórico.

Para darnos idea, repasemos algunos objetos que el museo de Michael exhibió todo este tiempo:

Las cenizas, cuidadosamente colocadas en un miniatáud de madera del actor Ken Weatherwax, quien personificó a Pugsley (Pericles), el niño regordete de la serie Los Locos Addams de los 60; un mechón de cabello de Elvis Presley, parte de la dentadura postiza de Mae West, cosméticos de Marilyn Monroe, un puro a medio fumar de George Burns, recortes de periódico con encabezados que dan cuenta de todo lo bueno y malo que ha pasado en Hollywood así como el panfleto entregado durante el funeral de Charles Manson y un pedazo de mosaico de lo que fuera la piscina de Jayne Mansfield.

De hecho la pieza más célebre del museo (y también la más controvertida) es el Buick Electra destrozado donde Mansfield murió en 1967 en un accidente. Michael declina revelar el trámite de cómo consiguió hacerse del vehículo, el cual constituía, junto con la reja que alguna vez estuvo a la entrada de la residencia de la actriz, otra de las principales atracciones del hoy extinto museo.

La principal condición para que un objeto estuviera en exhibición en el museo fue su relación directa con la historia de Hollywood. Asimismo y dado que buena parte de esas muestras le fueron prestadas a Michaels, éste se ve obligado a indemnizar a los propietarios si algo les llegara a suceder. "Tenemos alarmas y cámaras las 24 horas", dijo Michaels en otra entrevista, "no podría permitirme que alguien se propusiera dañar o robarse estos objetos aunque no conozca su contexto histórico o que simplemente porque pudieran tener valor monetario".

Previsiblemente, Michaels es una enciclopedia ambulante sobre la historia de Hollywood y el área de Los Ángeles aunque sea oriundo de la costa este de Estados Unidos. Además de decenas de libros y biografías, Michaels posee una importante colección de cintas y videos. Sin embargo lo que por décadas más le ha apasionado esto es la masacre de la "Familia" Manson y la muerte de Sharon Tate (también ha publicado un par de libros al respecto). "Es innegable que estoy obsesionado con el lado oscuro de Hollywood", reconoce Michaels, "pero no soy el único. Creo que ese aspecto, la esencia oscura, siempre ha sido parte del ambiente de esta ciudad", dijo en otra entrevista.

¿Será esa "parte oscura", la que está llevando a California a borrar la historia que gente como Scott Michaels han tratado de promover y preservar? El cierre de un museo, por lo menos extravagante, en Hollywood, podría darnos una respuesta: sí.

 

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