Insólito: un reality-show inteligente y despojado del tono tedioso que las escuelas han dado a la historia, este singular bazar ubicado en Las Vegas le da oportunidad de deshacerse de ese viejo cacharro arrumbado en casa y que quizá vale una pequeña fortuna. Sus encargados se lo comprarán... o enterrarán sus ilusiones

NOVIEMBRE, 2010. Si usted conserva en casa un viejo cachivache, no sabe qué hacer con él y de paso se encuentra con apuros económicos, quizá sea hora de ir a Las Vegas, no a jugar con las maquinitas de los casinos sino a un peculiar bazar localizado no muy lejos del centro de la ciudad. Es un sitio donde se acepta mayoritariamente joyería, pero también esos armatostes que han estado en casa por generaciones y que en ocasiones llegan a tener un valor incalculable. Por algo Rick Harrison, uno de los dueños del bazar ha dicho que "si ha permanecido por generaciones en la familia y nadie lo ha tirado, por algo será". Claro que lo que el bazar le pague sea menor a su costo real pero de cualquier manera a usted le habrá caído a usted un dinerillo extra, inesperado.

En ese bazar le atenderán Rick Harrison, físicamente muy parecido a Enrique "Tirititito" Bermúdez sólo que infinitamente más ameno, su hijo Corey, un amigo de la infancia, Austin "Chumlee" (algo así como "erizo") y Richard Benjamin, el patriarca de la familia y a quien apodan "Old Man" (Viejo). Y con algo de suerte --factor indispensable en Las Vegas-- podrá realizar su transacción frente a las cámaras y cerrar un buen trato. Todo ello será visto por los aproximadamente más de 30 millones de espectadores que sintonizan Pawn Stars y que en América latina conocemos como El Precio de la Historia, transmitido, naturalmente, por The History Channel. Es un reality-show, que a diferencia de las boberías que hemos visto con Paris Hilton o Sharon Osborne y su escuela "de señoritas", aquí la protagonista, la historia, es inteligente, una dama que cautiva cuando se le trata bien y con respeto.

Pero va a ser difícil engañar a Rick, a Corey, a "Chumlee" o a Richard, el patriarca del clan, quienes cuentan con un equipo de expertos que determinarán si el vendedor está diciendo la verdad, o bien si a éste a su vez también le mintieron. Así, en un episodio alguien presenta una pistola que asegura fue construida en la década de 1860s y que por ello podría tener importancia histórica como, por ejemplo, haber sido la que John Wilkes Booth utilizó para asesinar a Abraham Lincoln con lo cual su valor sería incalculable. Pero Tony Dee, experto en armas fabricadas los últimos 200 años, lo desilusiona: tras describir al dueño de la pistola de acuerdo al desgaste de sus cachas como "alguien diestro" cuando el asesino de Lincoln era zurdo, o bien que "el antiguo propietario llevaba más bien una vida ordinaria, quizá esta pistola la utilizaba como guardia de seguridad de un banco". Y efectivamente, es una Smith and Wesson como la utilizada por Wilkes Booth, pero de acuerdo a su diseño, fue fabricada en los años de la Gran Depresión. Su precio actual, unos 280 dólares, pero Harrison le ofrece 140.

Un tipo va al bazar con un trombón y asegura ser bisnieto de alguien que tocó en la orquesta de Glenn Miller. Rick Harrison contacta a Jesse, el especialista en música, quien confirma la existencia del trombonista y la magnífica condición del instrumento. Pero el bisnieto ha cometido un error, pues le dio una pulida al trombón quizá con la idea que al verse flamante adquiriría más valor, sólo que lo hizo con una sustancia que eventualmente dañará al metal. De cualquier modo su valor es de 1,100 dólares; el bazar le ofrece 750 pero el bisnieto declina, en espera de recibir una mejor oferta en algún museo o con el ejército norteamericano, para el cual trabajaba la banda de Miller. "Difícilmente te van a pagar más que aquí... tu otra opción sería donarles el trombón", le dice Jesse. Por fin el bisnieto acepta los 750 dólares.

En otra ocasión un sujeto lleva una guitarra Stratocaster que, afirma, perteneció a Bill Halley, quien fue amigo de un familiar suyo, ya fallecido. De nuevo Jesse le lleva las malas noticias: en efecto, es una Stratocaster, pero su diseño y condición no dejan duda alguna que fue construida en 1972. ¿Su precio? Apenas 650 dólares, muy por debajo de los 7 mil que el cliente esperaba obtener por un instrumento "histórico".

Y así sigue la historia de objetos: una armadura, que nadie sabe cómo llegó a Las Vegas y Sean Rich, experto en objetos medievales, confirma que pertenece a mediados del siglo XVI y que reúne todas las características de un guerrero en épocas de Enrique VIII; pelotas autografiadas de beisbol, una lámpara propiedad de Bugsy Malone, fundador del Flamingo's, el primer casino de Las Vegas, un caballo metálico para lazar reses, un botellón francés para hacer vino, juegos de video puestos a la venta en 1981 y que todavía funcionan, automóviles clásicos, lanchas de lujo, rifles y carabinas hechos durante la guerra civil, vasos de vidrio conmemorativos de la toma de posesión de Teddy Roosevelt, mosquetones utilizados en la guerra entre Estados Unidos y España, carteles de viejas películas, discos de Enrico Caruso... todo lo imaginable ha pasado en los aproximadamente 70 episodios transmitidos hasta ahora.

Pero no sólo los clientes son los que arriesgan: Corey adquiere un viejo bote por 7 mil dólares, decisión que exaspera a su hermano y a su padre y quienes no fueron consultados. "¿Cómo puedes gastar tanto dinero en semejante basura y sin haber siquiera probado el motor?", le inquiere Rick. El bote le es llevado a Bill Ybarzaval, especialista en reparación. Al final las noticias son buenas: la restauración costó apenas 5 mil dólares por lo que el precio del aparato restaurado oscila entre 22 y 25 mil dólares.

El Precio de la Historia se transmitía en una pequeña estación de cable y su público era muy limitado. Sin embargo The History Channel compró los derechos y el programa adquirió su nombre actual y, mejor aún, elevados ratings para un canal que por años ha batallado para atraer televidentes. El canal ha intentado algunos reality shows con poco éxito, pero esta vez parecen haberle dado a la diana ya que se trata de la emisión que más se ha sintonizado en The History Channel a lo largo de este 2010.

Y es que Pawn Stars produce adicción, pues resulta difícil imaginar hasta qué punto un artefacto, un autógrafo o una botella de vidrio pueden contener tanta historia. Y es en Las Vegas, ciudad que anualmente recibe tres millones de visitantes, es decir, casi el triple de sus habitantes, a la que muchos de ellos traen consigo esos extraños pero valiosos objetos que esperan rematar cuando se les termine el dinero en los casinos. O sólo necesitan ir al bazar a obtener un préstamo, ganan dólares en el póker o las maquinitas y recuperan el objeto. 

Así que ya lo sabe el lector: en su próximo viaje a Las Vegas, llévese consigo ese viejo artefacto que lleva décadas arrumbado en el cuarto de los tiliches. Pudiera tener más valor del que usted piensa. Únicamente absténgase de darle una pulidita.

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