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Clásicos del humor en la TV mexicana

Si ya existía un canal dedicado día  y noche a las telenovelas, era justo tener también un canal de cable con 24 horas de programas cómicos. ClásicoTV es un acierto de Televisa, pero también sirve como perfil para comparar el país que teníamos entonces y el que tenemos ahora. El deterioro social también afectó terriblemente al humorismo de antaño, más blanco pero más sincero

ABRIL, 2010. Hubo dos momentos en los que gran parte del acervo artístico de México se perdió para siempre. El primero fue con el incendio de la Cineteca Nacional, en 1980 y donde cientos de películas terminaron hechas cenizas, el otro fue en 1985 con el temblor en la ciudad de México y donde los estudios de Televisa se derrumbaron. Era en ese edificio, Televisa Chapultepec, donde nació el consorcio, donde se realizaron los primeros programas de la XEW, donde nacieron los canales 5, 2 y 4 y donde estaban los foros en los que se grabaron cientos de programas de concurso, series cómicas y donde se encontraba el área de Noticieros.

También fue ahí donde se guardaban los archivos y las cintas de muchas de esas emisiones y que se perdieron para siempre aquella mañana de septiembre. Por fortuna hubo una sección que sí pudo rescatarse y que fue el archivo de los programas cómicos de los sesenta y setenta. El rescate fue parcial pero suficiente para poder complementar un canal por cable dedicado exclusivamente a transmitir programas cómicos de antaño. Lanzado en el 2007, ClásicoTV cubre aproximadamente el 90 por ciento de los servicios de cable en el país. Así como un año antes salió al. bueno, al cable, un canal dedicado únicamente a las telenovelas, se hacía necesario complementarlo con un canal que presentara a las series cómicas de los 60, 7 y algunas de los 80. Se trata, sin duda, de un enorme acierto.

En estos segmentos es posible resucitar a Enrique Cuenca donde aparece con su comparsa Eduardo Manzano como Los Polivoces, sin duda el dueto cómico más versátil de México: personajes con los que crecimos, como Agallón Mafafas, Mostachón, Wash and Wear, los Hermanos Lelos y las imitaciones a Jacobo Zabludovsky, Demmis Roussos y el Charro Avitia o el Púas Olivares --"El Cuauhtémoc Blanco de los setenta", dice acertadamente un comentario en los videos deYouTube--, Capulina, Los Beverly de Peralvillo, Chucherías, Ensalada de Locos, Hogar Dulce Hogar, Bartolo, Silvia y Enrique, La hora del Loco Valdez y otras más conforman la programación de ClásicoTV. Los programas se transmiten dos veces por día, con un mínimo de comerciales, aunque, eso sí, una cantidad desmesurada de cortinillas, lo cual no representa mayor inconveniente, la verdad.

Ante la programación de ClásicoTV surgen un par de reflexiones. Una, que en estas tres décadas nos hemos hecho un pueblo mucho más sarcástico, más pesimista y nuestro humor se ha vuelto mucho más corrosivo. La inocencia de programas como Chucherías parecen haber ocurrido en otro país, totalmente ajeno al que tenemos ahora. Las ocurrencias y desplantes cómicos de Enrique Guzmán y Silvia Pinal contrastan con lo que fueron en los años posteriores, él un tipo altanero, aficionado a la copa y ella una futura diputada federal priísta que terminó por perder todo sentido del humor. 

Héctor Lechuga y Chucho Salinas pasarían a convertirse --más el segundo-- en lastimosos corifeos del lopezportillismo, o bien el caso de Cepillín, quien luego de su fugaz paso por Televisa que lo proyectó nacionalmente terminó por hacer sketches y shows nocturnos en su natal Monterrey, incluido su desastroso paso por Multimedios hace un par de años donde cayó en chistes de pésimo talante; en un canal donde imperan las emisiones entre mediocres y regulares, ello representó un récord. 

Y por supuesto está el caso de Los Polivoces, quienes en 1975 se se separaron entre duras recriminaciones, se reconciliaron cuatro años después, volvieron a pelearse, se contentaron e intentaron un retorno con poco éxito, posibilidad que se canceló definitivamente en el 2001 con la muerte de Cuenca. (Como analogía de la forma violenta en que México perdió su inocencia, Eduardo Manzano fue víctima de un asalto callejero donde resultó gravemente lesionado).

La segunda reflexión es inevitable: ¿Qué le ocurrió a la barra cómica de Televisa, en qué momento se hizo tan tediosa, tan insípida? ClásicoTV incluye algunas series realizadas en los ochenta, como Hogar Dulce Hogar, donde ya era perceptible que la chispa de la barra original ya se había perdido. Mucho tuvo que ver en ello la crisis económica que se desató en 1976 y dio a los mexicanos cada vez menos razones para reír. Otra fue que muchos de estos programas fueron despojados de "localismos" para hacerlos más accesibles a mercados externos, algo que se contrapone al enorme éxito que tuvo El Chavo en toda Latinoamérica pese a sus "mexicanadas". 

Sin embargo la razón más próxima es que Televisa nunca supo crear una genuina barra cómica. Por ejemplo, Viruta y Capulina procedían del cine y el teatro lo mismo que Los Polivoces; de hecho estos últimos provenían de Televisión Independiente de México, que terminó fusionándose con Telesistema Mexicano en 1973, lo que daría nacimiento al consorcio que todos conocemos. Fue también en el TIM sonde surgió Chespirito, quien de escirbir los guiones para Viruta y Capulina creó su propia emisión a la que llamó El Chavo del 8, en relación al canal 8, por entonces concesionado a TIM.

Por lo que toca a Ensalada de Locos, con Héctor Lechuga, Alejandro Suárez y el Loco Valdez era vendida a Telesistema por Navarro y Asociados, pequeña productora de telenovelas y comerciales a principios de los 70. En tal sentido siempre tuvo poco qué ver con Televisa y el concepto de "humor" que se ha manejado ahí por décadas. (Humberto Navarro se convertiría en productor de series como La Carabina de Ambrosio, que también se transmite aquí).

Los programas cómicos hechura directa de Televisa lo demuestran: Mi Secretaria tiene sus momentos divertidos, pero ahí el único realmente comediante era el añorado Pompín Iglesias; Chiquilladas es en realidad un compendio de imitaciones que nada tienen de graciosas pasados los ocho años de edad mientras que Cachún Cachún Ra Ra --desafortunadamente incluida en la programación de ClásicoTV-- confundía el querer ser gracioso con el insultar a la inteligencia.

De cualquier modo lo que conviene resaltar es que el humor utilizado hasta ese entonces era blanco, sin albures ni agresiones baratas; en tal sentido ClásicoTV nos deja en claro lo que alguna vez fuimos y nos invita a preguntarnos a partir de dónde comenzamos a errar el camino, por más que hay quienes sostengan que en ese entonces la realidad es que vivíamos de las apariencias aunque el bienestar de entonces fuera real y palpable y no mera retórica política.

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