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Los mejores zapatos de Boogie son de papel, no de celuloide

El legendario personaje de Roberto Fontanarrosa debutó en una versión fílmica mexicana donde se le presenta como una especie de Zeta y no como lo que es, una hilarante mofa del WASP norteamericano.. Francamente, los guionistas debieron haber leído el cómic con más humor

MARZO, 2010. "Por qué eres así, Boogie? ¿Acaso alguien te lastimó cuando eras un niño?", preguntó una de sus novias. Tras varios gruñidos ante la insistencia el protagonista le soltó tremenda trompada que dejó a la chica estampada contra la pared. "Shit, justo en el momento que pensaba decirle la razón", musitó Boogie el Aceitoso. sin duda el personaje más conocido de Roberto Fontanarrosa, alguien que procuraba no tomarse en serio a los sociólogos que analizaban exhaustivamente sus historietas. "Conque alguien se acerque y me diga 'tus dibujos me cagaron de risa' es suficiente para sentirme satisfecho", refirió el genial dibujante hace algunos años.

Junto con Quino, Fontanarrosa fue parte de uno de los momentos más importantes de la caricatura argentina, ubicada entre las mejores del mundo. Mientras el humor mexicano suele ser sarcástico,.agresivo y plagado de altisonantes, el humorismo platense se caracteriza por ser más refinado y, sí, mucho más accesible a otros países. Pero finalmente es un humor inconfundiblemente argentino, por lo cual llama la atención que en México se haya filmado la película de Boogie el Aceitoso, con las voces de Jesús Ochoa y Martha Zavaleta, entre otros. Y es algo que conviene comentar (sin haber visto la película, aclaramos) porque, si como dijo Zavaleta a la prensa "Boogie es un personaje tan violento que nos asusta incluso en los tiempos que vivimos", estaremos frente a una notoria alteración de la esencia de Boogie el Aceitoso, tal y como por acá lo conocimos gracias a la tira que aparecía en la última página del semanario Proceso.

No sabemos qué opinaría de esta intentona el gran Fontanarrosa, fallecido en el 2007. Quizá habría aceptado gustoso al versión o tal vez opinaría que "mientras se cagaran todos de risa", el asunto llevaba su visto bueno. Pero sería más bien lo segundo puesto que esta película difícilmente lleva el propósito de hacernos reír --claro que es una risa aderezada con humor negro, como la historia anteriormente referida-- sino de transmitir crítica social, una probabilidad muy alta si contamos la presencia de Ochoa, amigo de José Ramón Fernández y quien le permitía transmitir sus "cortos" durante la emisión de Los Protagonistas, que nada tenían qué ver con asuntos deportivos pero eran tan deprimentes que urgían al público a buscar la cicuta, o ya de perdido una cuerda para colocarla en el pescuezo.

Podemos bosquejar algo de la historia del Boogie mexicano, un gatillero sumamente violento que ser parecería más a un Zeta que a un mercenario estadounidense, un resentido social en vez de alguien que cree que ser contratado para trabajar en países extranjeros para realizar "trabajitos" es algo divertido. Esa fue la idea original de Fontanarrosa, la de un veterano de Vietnam que luego fue contratado por la CIA para realizar "incursiones" en Angola, Monzambique y luego el Medio Oriente. Otra particularidad de Boogie es que quizá sea el único personaje anglosajón. que vive en Estados Unidos creado por un caricaturista latinoamericano. Cuando no se encuentra en una "misión",  Boogie suele frecuentar los bares y pasar un rato con mujeres a las que las da la misma importancia que un buró. Obviamente era un tira misógina y políticamente incorrecta por lo que Fontanarrosa varias veces recibió recriminaciones y fuertes críticas. Pero para alguien que vivió la dictadura argentina --Quino emigró a España al morir Franco-- la mejor manera de criticar al intervencionismo norteamericano en el mundo era con el humor. Negro, pero finalmente humor.

Otor factor que hace irrestistible la lectura de Boogie el Aceitoso es que las historias son narradas como si fuera un doblaje de las series norteamericanas. "Mr. Williamson disfruta mucho escuchar música y echará mucho de menos su estéreo si se entera que se lo han robado", espeta a un adolescente que acaba de dar cristalazo a un auto. Siempre tranquilo hasta que llega el momento de soltar la primera trompada, Boogie mantiene la situación controlada y la remata con un comentario irónico; si James Bond señala que el villano "dio un mal paso" tras dispararle y enviarlo al espacio, Boogie nos dice "¡Shit, mejor me voy antes que me pidan que limpie el desastre" tras estrellar el rostro de un tipo contra la pared.

¿Que Boogie el Aceitoso es violento? Sin duda, y Fontanarrosa lo concibió así desde el principio. Pero es una violencia por lo general preparada por el autor para que estalle en determinado momento al punto que a veces pensamos que el golpeado se lo tenía bien merecido. Contrario a lo que se cree, el humor negro es sumamente difícil de manejar pues es muy fácil cruzar la línea entre la ironía afilada y el mal gusto sin darse cuenta. Como dijo Al Jaffee, caricaturista de MAD: "si dibujas alguien que es golpeado en la cabeza y pones ¡plaf! invitas al lector a que se ría contigo, pero si con el golpe le sacas los sesos invitas al lector a que nunca más quiera ver algo tuyo".

Si es cierto, como dice Zavaleta, que este Boogie deja pálida a la violenta realidad del México actual entonces no auguramos mucho éxito a esta versión. Los cineastas mexicanos aún no caen en cuenta que los espectadores buscan distraerse cuando entran a una sala; carece de todo sentido pensar que irán gustosos a ver una película donde imperan los crímenes, los muertos y la impunidad si ello se ha convertido en parte diaria de sus vidas, especialmente entre el público de la capital y al que esta versión de Boogie el Aceitoso coquetea abiertamente.

El Boogie de Roberto Fontanarrosa se burla de la mentalidad WASP (White Anglo Saxon People) que considera a su país como el elegido por la Providencia para llevar enseñar al resto del mundo cómo se debe vivir y disfrutar la vida, un país cuya violenta historia contrasta con sus afanes pacifistas impuestos mediante las armas. El autor, de tendencia izquierdista pero menos pragmático, siempre ocultó la verdadera razón que hacían obrar violentamente a Boogie pues de hacerlo habría caído en el sermoneo barato. Boogie el Aceitoso es un mercenario que piensa que engrandece a su país comerciando armas a sus amigos y enemigos. Darle otra personalidad es borrar la esencia del personaje y confrontar a sus lectores que lo ven no cómo un pretexto para luchar por la reivindicación social sino como un motivo para soltar la carcajada. "Para cagarse de risa", según Fontanarrosa.

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1 comentarios

s_a-sila escribe 11.03.10

BOOGIE EL ACEITOSO ES UNA DE LAS MEJORES TIRAS LATINOAMERICANAS Y SI BIEN ES CIERTO QUE MANEJA MUCHO EL HUMOR NEGRO TAMBIEN ES VERDAD QUE VENÍA A SER UNA DENUNCIA DE LA INJERENCIA GRINGA EN EL RESTO DEL MUNDO, UNA LABOR DE POLICIA QUE HOY ESTAMOS VIENDO EN IRAK Y AFGANISTAN CON TODO Y EL SUPUESTO PACIFISTA OBAMA, EN TAL SENTIDO YO COMPARO A BOOGIE EL ACEITOSO CON EL CUARTO REICH DE PALOMO Y QUE LLEVABA LAS MISMAS INTENCIONES QUE LA TIRA DE FONTANARROSA

 

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