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Papá Simmons

Dentro de la plaga de reality-shows que invade a la TV por cable, la emisión del líder fundador de Kiss se salva y de paso se la pasa bien aparte de ganarse unos dólares extras. Family Values quizá no alcance la popularidad de The Osbournes pero deja ver que en esa barra es posible encontrar cosas rescatables

Family Jewels
A&E Television


MAYO, 2010. Recuerdo que era 1987 cuando en la emisión que tenía Geraldo Rivera aparecieron dos personajes bastante improbables de ver juntos en un escenario pero que ahí platicaron de sus gustos y aficiones. Uno de ellos era Willie Nelson, veterano cantante de country quien sin ambages reconoció que fumaba mariguana con regularidad. El otro invitado era Gene Simmons, el no menos legendario fundador y líder de Kiss. En ese programa Simmons dio la "exclusiva" de que pronto sería papá y que la futura madre era "una playmate". Dijo el nombre pero pasó de largo y no lo pude recordar. Hasta casi medio siglo después: se trata de la canadiense Shannon Tweed (cualquiera puede checar las fotos de ella cuando posó para la revista... un verdadero forro) quien también ha aparecido en algunas películas clase B.

Aquél bebé que Tweed esperaba se ha convertido en un aspirante a músico de blues y quien es, junto con su padre, protagonista de Family Jewels, un reality.show que transmite A&E cada semana desde el 2006. Obviamente inspirado en el éxito de The Osbournes, tiene algunas similitudes, entre ellas una estrella de rock mundialmente reconocida que aparece como un padre de familia preocupado por el futuro de sus hijos, y alguien a quien realmente importa muy poco la losa de fama o la impresión que causa entre quienes los conocen en personas. 

Pero también hay diferencias: mientras Ozzy Osbourne quedó irremediablemente dañado por su consumo de drogas al punto que la única palabra que puede hilar correctamente es "fuck", Simmons ha salido relativamente incólume de aquellos días de excesos; su paso es lento y a ratos simiescos --como el del ex cantante de Black Sabbath-- lo que nos hace preguntar cómo es que era capaz de mantener el equilibrio cuando utilizaba botas de 40 centímetros sobre el escenario. Cerca de su boca es posible ver algunas cicatrices, seguramente ocurridas en aquellos días que arrojaba fuego durante sus presentaciones.

Otro contraste es que mientras los hijos de Osbourne eran casos perdidos (aunque con frecuencia más maduros que su célebre padre), Nick y Sophie, la progenie de Simmons, aparentemente lleva una vida más normal, bueno, dentro de los estándares de las generalmente anormales familias del rock. Como ya se dijo, él quiere convertirse en músico de blues pero se exaspera cuando, primero, su padre decide utilizar sus influencias para apoyarlo, lo que resulta contraproducente, o cuando decide aconsejarlo en sus conquistas, con el agravante de que lo hace frente a las chicas, más impresionadas por estar frente a Gene Simmons que con el hijo de Gene Simmons. Al principio y al final de cada programa Nick debe dar cuentas de su comportamiento a su bella mamá, y no siempre con buen balance.

Como se ve, los padres de Nick son singulares. Después de todo su madre posó sin ropas y apareció dos veces en una revista de circulación internacional, y ni hablar de su padre. A diferencia de otros paterfamilias que suelen decir a sus hijos que en su tiempo eran chicos que se portaban bien, en este caso es imposible; la vida de Gene y de Tweed por años ha estado a la vista de millones de personas.

En The Osbournes Sharon mostró ser una mujer fuerte que le ha aguantado varias a su esposo pero que a su vez puede decirle que le ha salvado la vida. Pero finalmente es una dama de gustos vulgares y rayana en el mal gusto, y para ello podríamos tomar como referencia ese reality.show que actualmente tiene en VH1 y que merece, sin duda, el epíteto de porquería. 

Mamá Shannon es más ecuánime --aunque de repente también se le suelta la boca ante las escapadas de su marido-- porque finalmente este programa es de Gene Simmons, un multimillonario cuya casa tiene su propia sala de cine y quien maneja directamente las ganancias de toda la parafernalia de Kiss, incluido un ataúd con imágenes del grupo, con ganancias anuales estimadas en unos 5 millones de dólares. Y es que Family Values deja en claro que Simmons era el genio de las finanzas de Kiss, alguien capaz de sacar dinero de los lugares más inimaginables y que desquita lo que cobra por cada episodio. Nada mal para este personaje nacido en Israel e hijo de un ex prisionero en un campo de concentración nazi que durante un tiempo se ganó la vida como maestro de primaria.

En ocasiones anteriores hemos enfatizado cómo los reality shows han deteriorado la inteligencia que hasta hace unos años exigíamos de la televisión; emisiones protagonizadas por Paris Hilton, el ex líder de Poison Bret Michaels --quien se recupera de un coma diabético-- Sharon Osbourne y su esposo representan lo peor de esa corriente. Ciertamente que Family Values no proporciona muchos modos de estimular la inteligencia pero es el más soportable de toda la caterva. El demonio del rock de los setenta en realidad resultó, si bien no un angelito, sí un adicto al uso del teléfono celular, que bien podría ser otro protagonista de este programa.

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