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La extrañaremos, Donna Summer

Es imposible describir el legado de la música de los setenta sin esta voz que inició en el góspel, se curtió en la música disco y brincó también al rock. Con una versatilidad que nunca le fue reconocida justamente, Donna Summer dejó en claro que en todos géneros se cuecen leyendas. Descanse en paz esta talentosa figura

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MAYO, 2012. Esta es una de esas ocasiones en que es difícil poner el "falleció" al nombre de una leyenda de la música como lo fue Donna Summer. Para quienes vivimos los setenta pensamos, como rezaba aquella vieja canción "Those were the days", que nunca terminarían. Pero lo hicieron y las canciones de Donna Summer permanecieron entre nosotros como forma de mantener vivos los cachitos que quedaban de nuestra infancia. Muchos de nosotros estábamos bastante lejos de estar en edad para ser admitidos en una discotheque y sin embargo la radio nos permitía el acceso a ese mundo musical que surgía tras el naufragio hippie y un rock con letras cada vez más depresivas. Donna Summer, y el género disco en general, recordaron al mundo que también se valía pasarla bien escuchando música.

Recuerdo la primera vez que escuché a Donna Summer, en 1976. Mi prima Nena poseía una colección de 45's, de ésos que venían en sobrecitos de plástico. Yo era un chiquillo a punto de cumplir 10 años pero al poner en la consola el "Love to Love You" descubrí un mundo más allá de Cri-Cri y las canciones infantiles que desde hace rato me tenían aburrido. La sensualidad del "Loooooove to love you babyyyyyy" hizo que los sobrinos y los tíos más grandes se acercaran a la consola, extrañados. "¿Qué es eso?", preguntó un pariente, con sus cejas mostrando claro disgusto. Conforme avanzaba la canción --que luego supe era la versión larga-- llegó un momento que mi hoy fallecida tía a la orden de un "¡quiten eso!", ella misma se encargó de remover la aguja. De rato mi prima Nena y yo cruzamos sonrisas cómplices: cualquier cosa que chocara a los mayores era digna de ganar crédito. (Ella se hizo años después fan de Juan Gabriel, pero ya es historia aparte).

En otra visita le pedí prestado a Nena ese sencillo y lo grabé de la manera más espantosa posible, de la bocina del tocadiscos a una grabadora portátil con micrófono --le devolví el disco, no me vean cara de confiscador-- y, sin duda, sonaba horrible. Pero ya no hubo manera de separarme de esa voz sensual que la radio también ya comenzaba a transmitir aunque recuerdo que ahí siempre ofrecían la versión "corta", es decir, la que editaba los gemidos solo-para-adultos. Yo comenzaba a descubrir lo que era el sexo por lo que me alarmé meses después cuando mi hermano advirtió que el "Love to Love You" había sido grabado mientras Donna Summer estaba haciendo el amor... bueno, él empleo otras palabras, pero el contexto es el mismo.

Posteriormente llegaron las revistas: Donna Summer era una mujer de raza negra aunque sus rasgos estaban un tanto suavizados ¡y qué sensualidad, señor mío! Detectar ese potencial en una mujer durante la primera pubertad, créanlo, es peor que una descarga eléctrica. Pasaron los meses y siguieron llegando los hits; yo no entendía nada de inglés pero qué importaba. En cierta ocasión la vi mover su rizada cabellera azabache en televisión y me quedé mudo, creo, por 10 minutos.

Cada hit nuevo suyo se topaba con la hormona más encendida, ya fueran "Try Me (I Know we can make it)", "Spring Affair", "Last Dance" --de los títulos me enteré mucho después-- y luego con la película "Gracias a Dios es Viernes" donde salía con The Commodores y aparecía con unos shorts entalladísimos. Durante la adolescencia seguí escuchando a Queen, Kiss (los que por cierto, grababan para Casablanca, donde también lo hacía la Summer), Led Zeppelin, Peter Frampton y Alice Cooper, pero nunca abandoné la música disco la cual me traía memorias de la ciudad en la que vivía, sus calles y cierta chava que me traía loquito por aquellos años; su "Bad Girls" y el "Ring My Bell" de Anita Ward compartían espacio en mis cassettes con Styx, Ted Nugent, los Bee Gees y Chic aunque jamás se me ocurrió pensar que algo había de reprobable en ello.

A finales del 79 mi hermano se asoció con unos amigos para crear un sonido disco. A escondidas sacaba el Bad Girls se su colección y lo escuchaba en cada oportunidad hasta que un día olvidé quitarlo de la tornamesa y mi hermano amenazó con una paliza si el disco estaba rayado. Al final accedió a grabarme unas canciones en cassette a cambio de jamás tocar sus álbumes otra vez.

Recuerdo también que había una revista llamada Sonido la cual comenzó a incluir más artículos de música disco y ello enardeció a la comunidad rockera. A mí no: desde el principio me pareció mejor la sonrisa de una Domma Summer enfundada en un vestido rojo cóctel, que las deprimentes caras de Sid Vicious o Iggy Pop.

Por cierto, el álbum de Bad Girls tenía un sabor más bien de rock que de disco. Por entonces nadie sabía que en su adolescencia Summer formó parte de un grupo llamado Crow y que ella quería ser como Janis Joplin. Como ejemplo, "Hot Stuff" tiene todos los elementos de una buena canción de rock, desde la poderosa batería al inicio hasta el requinto a la mitad mientras Donna dejaba atrás los gemidos y se adelantaba a lo que vendría después, representado en gente como Pat Benatar o Joan Jett. Con el paso del tiempo este disco doble se ha consolidado como una joya, prueba de que la música disco estaba mucho más allá de los prejuicios de los críticos incapaces de ver más allá de sus propios anteojos.

Ya en mis años de prepa, y luego de leer que Donna se había hecho cristiana, renegando así de buena parte de sus hits, en 1983 volvimos a escucharla con canciones como "She Works hard for the money", aunque confieso que jamás me gustó el video. Pero a diferencia de casi todos los artistas disco, ella pudo sobrevivir a la debacle y el injusto rechazo que ese género sufrió durante muchos años. Luego vendrían el Unplugged, un par de álbumes cuyo éxito ya no pudo igualar al de sus años como discodiva.

Hoy leí un comunicado de Elton John con motivo de la muerte de Donna Summer y en él se pregunta por qué el Salón de la Fama del Rock and Roll jamás le dio cabida a la cantante, y agrega que artistas "de mucho menor talento" ya se encuentren ahí (No hace falta que diga quiénes: el legendario músico abiertamente odia todo lo que huela a rap). Tiene razón: si Abba ya lo hizo, no existe argumento válido para haber excluido a Donna Summer.

La extrañaremos, indudablemente. Con ella se fue un pedazo de nuestras memorias musicales, y de cómo vivimos nuestras vidas aquellos años. Dondequiera que esté hoy, esperamos que reciba nuestro agradecimiento y cariño. Fue una de las grandes.

Foto: abc.com

 

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1 comentarios

pablo_more escribe 18.05.12

Recuerdo como en aquellos años la moda disco pegó con tubo y había hasta concursos de baile en la tele como fiebre del 2. muchos de nosotros llegamos a la adolescencia en los setenta e igualmente nos enamoramos de Donna Summer no solo por su voz sino por sus looks, era bastante guapa, descanse en paz esta gran cantante que nos hizo pasar grandes momentos y que hizo que nuestra adolescencia fuera menos dura gracias a sus canciones

 

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