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CINE
Échele tierra y luego
olvídese de este bodrio
Si usted busca al Will
Smith carismático, ocurrente y agradable encontrará todo lo opuesto.
Pero ese es un mal menor: lo que aquí tenemos es un desastre, un
menjurje lleno de malas actuaciones, propaganda ecologista barata y un
guión escandalosamente predecible. Peor aún: su director alguna vez
fue considerado el nuevo maestro del suspense. Evítela en lo posible
After Earth
Jaden Smith, Will Smith, Sophie Okonedo, Zoë Kravitz
Dirigida por M. Night Shyamalan
Columbia Pictures/2013
JUNIO, 2013. Hace algunos meses apareció una nota donde se aseguraba que entre los nuevos miembros de la
cienciología
en Hollywood se encontraba Will Smith, el ex rappero quien luego de saltar al cine se convirtió en taquilla segura en cintas como
Independence Day y Men in
Black. Es un actor carismático aunque carga con el síndrome Bruce Willis, esto es, que en cada película donde aparece no puede sacudirse el sarcástico humor del teniente McLane. Smith suele aderezar sus diálogos con ocurrencias que
disfruta el público, sobre todo el infantil, que lo sigue mucho.
Pues bien, en esta ocasión Smith se fue al otro extremo: ni una sola vez sonríe en esta película, su voz adquiere un tono más grave y, bueno, quiere ser actor serio: no que lo haya sido anteriormente --con su caracterización de Mohammed Ali quedaban el claro sus intenciones de coquetear con el oscarín-- pero esta vez aparece, quizá desde la igualmente pésima
The Adventures of Jim West, como alguien aburrido, cansado, quizá por estar sometido a las largas sesiones de cienciología o tal vez en lo más profundo de su persona percibía que estaba participando en un bodrio. Palabreja que, por cierto, hasta hace algunos años parecía imposible adjudicarle al director hindú M. Night Shyamalan, quien ya desde hace rato iba en línea recta hacia la ignominia como director. Con
After Earth, lo aseguramos, Shyamalan por fin ha llegado a su destino.
Lo que aquí tenemos es una película horrible, pretenciosa y que, para colmo, insiste en darnos sermones ecologistas. Esta es una mezcla confusa de
Avatar, de
Perdidos en el Espacio (la película de 1997, no la serie), de Tarzán y de
Star Wars. Pero lo increíble es que también haya aquí claras referencias a
Battelfield Earth, esa superlativa porquería protagonizada por John Travolta y que ostenta un altísimo sitio entre los filmes más desastrosos de todos los tiempos: es como si el día de mañana a Disney, los nuevos dueños de Lucasfilm, se les ocurre estrenar una pelicula con Jar Jar Binks como estelar. Que Smith esté hoy muy feliz como cienciólogo es muy su asunto privado, pero tampoco se vale que con ello quiera poner en riesgo a unos estudios cinematográficos, que apenas han recuperado 27 millones de los 58 que costó la cinta, y ya ni digamos de su prestigio como actor.
Ha pasado un milenio desde que la Tierra fue abandonada por la especie humana, que contaminó al planeta al grado de hacerlo inhabitable. Los supervivientes han iniciado una nueva vida en Nova Prima, donde existen altas regulaciones para evitar que se rompa el frágil equilibrio de la vida. Esta es una sociedad en la que el hombre blanco es minoría y donde casi todos los protagonistas son afroamericanos, mulatos o morenos, idea de que seguramente será la sociedad de lo que hoy es Estados Unidos. Chyper Raige (Smith) es un buen piloto que con frecuencia realiza labores de reconocimiento en otras áreas de la galaxia. Suele acompañarlo su hijo Kitai (Jade Smith), un adolescente a veces impetuoso que debe aprender a respetar las reglas.
En una de esas misiones la nave entra en una tormenta y se pierde contacto con Nova Prima. La única posibilidad de sobrevivir es entrar a la atmósfera de un planeta considerado
"hóstil" el cual, naturalmente, es la tierra. Tras caer en una área selvática Chyper advierte a su hijo que
aquí hay animales "que odian al hombre y quieren liquidarlo", lo que es una increíble pifia argumental: ¿cómo puede eso ser posible si por lo menos en mil años no ha habido humanos y las bestias salvajes jamás los han visto? Se supone que la cantidad de oxígeno es muy limitada en la
atmósfera ¿entonces cómo explicar que a padre e hijo jamás se les vea padecer esos síntomas, más aún en Chyper, quien con el percance se fracturó ambas
piernas? Ahora lo importante será sobrevivir en un territorio donde antes el hombre hacia lo que se le pegaba en gana y ahora son los agresivos seres que hoy la pueblan quienes han convertido al perseguidor en perseguido.
Mención deshonorífica merece Jade Smith, a quien Will procreó con la bella Jada Pinkett. El chico ratifica aquí lo que temíamos cuando estelarizó
The Karate
Kid: no sabe actuar, trastabillea con los diálogos y en muchas secuencias se le nota muy fingido al punto que en lugar de terror al enfrentarse a las enormes bestias lo que vemos es cara de sorpresa. Por lo que toca al director Shyamalan, apenas cabe concebir su tremendo declive, al que algunos atribuyen a que el ego ya no le cabe en la caja torácica. Pero cuando alguien es bueno, lo demuestra. Podría usarse como
justificación que esta es la primera vez que Shyamalan utiliza un guión ajeno, pero da lo mismo: desde
Signs, quien alguna vez se autonombró "el sucesor natural de
Hitchcock", lo que hemos visto son tropiezos, y After Earth viene a ser el más aparatoso de todos. La prueba más clara es que, al contrario de sus otras películas donde había un toque inesperado, esta cinta es absolutamente predecible.
Ojalá que para la otra, los participantes en cintas como ésta se pongan las pilas y dejen las enseñanzas de la cienciología para sus muy privados ratos libres... a menos que tengan como aviesa intención hundir a los estudios y alejar al público de las salas. Algo que los espectadores no tenemos culpa alguna.
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