CINE: Clint Eastwood se anota un triple

El beisbol como una lección de vida, el instinto humano sobre las computadoras y el restañar una relación siempre tirante, son aspectos que hacen de esta película otro gran momento de alguien que había prometido ya no ser actor. Qué bueno, la verdad, que faltó a su palabra

Trouble With the Curve
Clint Eastwood, Amy Adams, Robert Patrick, Justin Timberlake, John Goodman
Dirigida por Robert Lorenz
Warner Brothers/2012

ENERO, 2013. Con todo y los escándalos en el abuso de esteroides y el reciente rechazo a tres peloteros legendarios para que entraran al Salón de la Fama, el llegar a las Ligas Mayores sigue siendo el sueño para millones de jóvenes norteamericanos. Y cómo no, si ya con entrar al circuito, el salario mínimo que el pelotero recibirá por temporada, y que suele ser mucho más que eso, oscila en los 890 mil dólares. Muchos son los que tienen posibilidades y pocos son los que realmente llegan, una oportunidad en la cual se requiere realmente ser un superdotado. Por supuesto que los jugadores no llegan a tocar las puertas de los clubes y éstos gustosos les abren las puertas; el proceso requiere de expertos quienes saben que una decisión equivocada podría costarles millones de dólares en pérdidas de modo que la depuración considera que, de 200 prospectos, únicamente 3 llegarán a la tierra prometida.

Lo que es también cierto es que el beisbol continúa siendo el deporte favorito de Estados Unidos pese a la acechanza del soccer. Decenas de ciudades de pequeño y mediano tamaño de ese país cuentan con sus equipos de ligas menores, ligas interestatales o que cubren una pequeña zona de poblados. Y es ahí donde saldrán las futuras estrellas, pero para ello hay que buscarlas para llevarlas a las Mayores. Y tal es precisamente el trabajo de Gus Lobel (Eastwood), un buscador de talentos que trabaja para los Bravos de Atlanta. Durante décadas Lobel ha gozado del respaldo del club aunque se acerca su edad de retiro y los más jóvenes en la organización piensan que es un dinosaurio, sobre todo porque evita utilizar métodos computarizados para encontrar talento en bruto. Hay otro problema, su visión, elemento indispensable para su trabajo, ha empezado a fallarle pero no puede decírselo a nadie a riesgo de ser despedido: va con un oculista amigo y al comunicarle que necesita más exámenes Lobel se aleja, fúrico. Es, además, un hombre sobrado de sí mismo, acostumbrado a salirse con la suya.

Esta situación resulta en que la relación con su hija Mickey (Adams) sea ríspida y distante. Mickey es una brillante abogada que está a punto de obtener un jugosísimo ascenso cuando, a petición de Pete Klein (el gran John Goodman), viejo amigo de Lobel, le pide que le haga una visita pues piensa que el buscador de talentos está escondiendo algo. En el camino Amy se topará no solo con el duro ambiente en que convive su padre sino que conocerá a Johnny (Justin Timberlake) un prospecto a pelotero descubierto por Lobel y que perdió la gran oportunidad y ahora también busca a jugadores con enorme potencial. Los dos están detrás de Bo Gentry (Massingly), un toletero que aún no llega a las Mayores y ya es un auténtico hígado que asegura se acostará con las actrices de Desperate Housewives en cuanto se haga profesional. Pero Lobel la ha encontrado un punto débil que sus compañeros de trabajo, armados de computadoras, no han detectado.

La cinta, fiel a las historias que Clint Eastwood suele entrelazar --aunque está vez no escribió el guión-- traen consigo el choque generacional tanto entre la relación de Lobel con su hija, una chica inteligente y que prácticamente creció sin su padre a su lado una vez que murió su madre, y del "instinto" de los viejos frente a los jóvenes quienes han crecido dentro del rigorismo de los chips y no no pueden concebir confiar también en su instinto como seres humanos.

La cinta también se asoma a ese mundo debajo de la que el "Mago" Septién llama "la Carpa Grande" y donde un mal día puede arruinar las expectativas de los prospectos. Trouble With The Curve (acá le pusieron Curvas de la Vida) también pide a los norteamericanos asomarse al beisbol, deporte que como pocos resume al espíritu norteamericano, pero no tanto a las Ligas Mayores sino a las miniligas. Cualquier historiador de sorprendería de saber cuántos magníficos peloteros norteamericanos han salido de esos sitios.

Como siempre, la actuación de Eastwood es magnífica; el hombre se encuentra ern condición envidiable, la maner afilada y sarcástica en que maneja sus diálogos continúa impecable, por lo que toca a Adams, a quien recordamos en Catch Me If You Can, realiza un papel bastante bueno de alguien que ha heredado el tipo duro de su padre, de John Goodman qué agregar, máxime porque él mismo tuvo oportunidad de personificar a Babe Ruth y del ex N Sync Justin Timberlake podemos decir que como actor está resultando mejor; este es uno de sus mejores papeles.

La película tiene un desarrollo bastante ágil y atraerá incluso a aquellos que no están frecuentemente relacionados con el beisbol, los cazatalentos y el cómo se contrata a los peloteros. Quizá al final hay algunas fallas o stuaciones poco verosímiles: ¿que Mickey perdone a Johnny con una trivia de beisbol después de lo que le hizo? ¿Un lanzador que ni siquiera estaba contemplado llega de súbito a las mayores sin los extenuantes análisis que se aplican antes de contratar a un pelotero?

Por lo demás, Trouble With The Curve es una magnífica película sobre el beisbol como reflejo del modo en que se maneja la vida y las expectativas que deben aprovecharse y cumplirse antes que el paso del tiempo termine por devorarlas. Por ese solo motivo tenemos aquí una película recomendable. Quizá esté lejos de trabajos ulteriores de Eastwood como Unforgiven y aun Gran Torino, pero indudablemente apunta a estándares altos. Véala y presencie un limpio triple del otrora Sucio Harry.

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