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A propósito de la Lady Profeco

Un millonario, preocupado porque sus tres hijos no saben ganarse la vida, idea un plan para que aprendan a ser útiles a la sociedad. Esta película es ya la más taquillera en la historia del cine nacional, y deberá dar, asimismo, una lección a los productores que insisten en darnos cintas deprimentes y pretenciosas. Bien por Gonzalo Vega y el resto del elenco

Nosotros los Nobles
Gonzalo Vega, Karla Souza, Luis Gerardo Méndez, Juan Pablo Gil, Ianis Guerrero 
Dirigida por Gary Alazraki
Alazraki Films/2013

MAYO, 2013. Para quienes gustan de hacer conjeturas sobre porqué a poca gente le gusta ver cine mexicano, Nosotros los Nobles, obvia referencia a la clásica Nosotros los Pobres, de Ismael Rodríguez. ofrece dos explicaciones. Una: cuando le gente acude a la sala a ver películas mexicanas, lo hace por recomendación y no tanto porque ahí aparezca el galán o la muchachona de moda; y dos: los espectadores están hartos del cine mexicano deprimente, lleno de violencia y profundamente pretencioso. En vez de ello, lo que busca son temas que lo entretengan y estén mas relacionados con su entorno. Hace algunos años tuvimos otro taquillazo con No Eres Tu, estelarizada por Eugenio Derbez, que también era un cine urbano, clasemediero y accesible, lejos de las tonterías conceptistas, seudointelectuales, sermoneras y patrioteras, males endémicos de la cinematografía nacional.

Hasta el momento, esta comedia mantiene la marca como la cinta más taquillera en la historia del cine mexicano. Ojalá el mensaje quede claro tanto para productores como para guionistas. También cuenta la presencia de Gonzalo Vega, uno de los actores más versátiles y talentosos de México, quien hace unos años protagonizó La Señora Presidenta, una jocosa obra teatral.

Vayamos a la trama: Germán Noble (Vega) es un millonario industrial que recientemente ha enviudado. La tensión de su trabajo lo hace sufrir un leve ataque cardiaco por lo que su médico le recomienda reposo. Otra razón de los corajes de Germán son sus tres hijos Javi (Méndez), Cha (Gil) y Bárbara (Souza) quienes se han convertido en pirruris prepotentes sin un futuro que pueda garantizar la subsistencia de la empresa familiar en caso que Germán llegue a faltar. Una constante de muchos magnates mexicanos ha sido ver cómo el emporio se derrumba cuando los hijos, carentes del talento para los negocios de sus padres, toman el control. La idea, por supuesto, aterra a Germán y a sus socios. 

De nada han servido los consejos para que los hijos, que gastan dinero a carretonadas y son prepotentes (hagan de cuenta Lady Profeco) entren en razón de modo que Germán decide darles una lección. Tras acordarlo con sus socios, Germán idea un plan para que sus vástagos aprenden a ser más responsables. Les manda hablar y les comunica que la empresa ha quebrado y no solo eso, sus antiguos socios lo acusan de fraude por lo que deberán huir y esconderse en la casa de su abuelo (nuestro protagonista es un self-made man), ubicado en uno de los sectores más pobres de la ciudad de México. Por tanto, se han terminado las fiestas y el dispendio; "el que no trabaje no come", les advierte. En lo subsecuente deberán conseguirse un empleo y luego repartirse los sueldos entre todos. El problema es que los tres hijos no saben hacer nada y lo comprobarán en trabajos relativamente sencillos como chofer de autobús, auxiliar de contabilidad en un banco y de mesera.

Al enterarse de su súbita pobreza, los "amigos" pirruris los humillan y los tratan como poca cosa, y van a sus sitios de trabajo a burlarse de ellos. Pero en un país donde el chisme es soberano indiscutible, el novio de Barbara, llamado Peter, un tipo pedante, se entera del plan y advierte a Germán que, a menos que se "moche con una lana" --esto es, la parte de la herencia que le toca a la chica, con quien quiere casarse-- revelará la verdad a sus hijos. ¿Cederá Germán a las pretensiones de su yerno en potencia, con lo cual mandaría a su hija a una vida de pobreza, ahora sí que real, u optará por revelarles todo pese a las consecuencias del engaño?

Nosotros los Nobles se mete en los vericuetos de la clase alta mexicana, donde no todos son villanos insensibles, aunque también critica ese mundo falso, donde muchos "júniors" y pirruris solo viven de las apariencias pues las fortunas de sus padres están hipotecadas de modo que subsisten "de prestado" como otros miles de clasemedieros. También es una lección de que la mejor manera de apreciar el dinero es ganándolo con el propio sudor, y que cuando se recibe sin esfuerzo es derrochado en gastos tan inútiles como idiotas.

Con la previsible excepción de Vega, algunos actores llegan a caer en el acartonamiento y en varios diálogos fingidos, pero se salvan de la caricaturización, otro lugar común en el que suele tropezar el cine mexicano. Pero Nosotros los Nobles es un buen trabajo, ciertamente muy lejos de la perfección, pero bien iluminado y ¡vaya! con buen audio que permite escuchar claramente los parlamentos. Es una cinta para pasársele bien por hora y media, y si en tal sentido cumple su premisa, ¿que objeción podemos darle?

La verdad, ninguna. Ojalá tengamos más cine de este tipo en las salas nacionales. La taquilla ha demostrado que es el una abrumadora mayoría del público quiere ver.


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