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A lo mejor se acuerda: golpe de Estado a Impacto

Planeado por un ex secretario de Estado que hoy solo ofrece lástimas, este abierto atentado a la libertad de expresión amparado en la supuesta renovación moral de un sexenio, fue una muestra contundente de hasta dónde llegaba el autoritarismo priísta. La historia en breve del golpe delamadridista contra la revista Impacto

ABRIL, 2016. Todos los sexenios priístas han mostrado su lado totalitario hacia los medios de comunicación, pero quizá uno de los que registró mayores incidentes fue el de Miguel de la Madrid. Es curioso dado que se trató de uno de los presidentes más opacos e inanes que ha tenido México. Recordamos, como claro ejemplo de ello, el asesinato de Manuel Buendía el 30 de abril de 1984 y el de una reportera en Tamaulipas del cual nunca se aclaró el atentado. Y fue un sexenio que desde el principio anunció su totalitarismo pues a unos días de arrancado se anunció la creación de una ley que exigía la indemnización "por daño moral" hacia políticos y altos funcionarios que fueran exhibidos por sus corruptelas. Posteriormente ese documento fue conocido como "Ley Mordaza" el cual gracias a la presión de los medios se logró detener su aprobación. Pero el principio totalitario de ese gobierno quedó en claro ante una prensa que se mostraba cada día más crítica y menos pasiva.

Ese afán tenía un claro responsable en Manuel Bartlett Díaz, un afanoso funcionario que había comenzado a escalar escaños desde el echeverrismo. Cuando De la Madrid fue destapado para la presidencia, la suerte de Bartlett cambió al ser designado secretario de Gobernación, un puesto para el cual se requiere tener carácter fuerte el cual suele confundirse con el asumir una actitud cerrada y totalitaria. Bartlett cayó en el éste último casillero y lo demostró hacia una publicación que en su momento vendía semanalmente más de 100 mil ejemplares, todo un récord para un país donde la mayoría de sus lectores son funcionales y muy contados son lectores analíticos.

Y como forma de disimular el golpe --el haber sido tan directo con Excélsior le había costado la crítica internacional al ex presidente Echeverría-- el gobierno delamadridista decidió emplear una jugada más sutil. Todo comenzó con una campaña hacia la revista ALARMA! especializada en cubrir la nota roja con fotografías bastante explícitas. ALARMA! fue fundada en 1950 y desde el primer ejemplar tuvo altísimas ventas que nunca se vieron afectadas con la salida de burdas imitaciones.

Impacto nació financiada por ALARMA! y apareció por primera vez en 1952. De pasquín que reportaba actividades sociales de altos funcionarios de gobierno y columnas redactadas por lambiscones, Impacto fue adquiriendo un tono más crítico a mediados de los 60; se convirtió en una vaga versión del Playboy al incluir imágenes de las vedettes de moda con ropas sugerentes y artículos enviados por agencias internacionales. Durante la década de los 70, Impacto llegó incluso a colocarse en el mercado sudamericano al tiempo en que su tendencia ideológica se fue moviendo al centro hasta llegar a la derecha, algo insólito en las publicaciones mexicanas. (De hecho, por varios años la gente solía distinguir dos sopas periodísticas en el país: a Proceso como "de izquierda" y a Impacto como "de derecha").

Impacto llegó a ser uno de los medios más feroces en contra del sexenio de José López Portillo y pintaba del mismo modo hacia Miguel de la Madrid. Por ello se fue planeando desde Los Pinos el golpe hacia una publicación "de derecha", aunque se manejó públicamente contra ALARMA!, su revista hermana, dentro de la acusación de atentar contra la "moral" y las "buenas costumbres". Esto por parte de un sistema político que había financiado cabarets y películas de ficheras en los setenta, sonaba a abierta burla.

Dentro de una facultad que le otorgaba la Ley de Medios Impresos, la Secretaría de Gobernación, es decir Bartlett, ordenó el cese de ALARMA! a menos que "bajara el tono", algo a lo que su director se opuso. Y éste era Mario Sojo Acosta, quien a su vez era director de Impacto. Así pues, después de suprimir la circulación de ALARMA!, Gobernación cerró la segunda publicación mediante un golpe interno que destituyó a Sojo Acosta y calcado de lo ocurrido al periódico Excélsior en 1976.

Buena parte de su colaboradores abandonó la revista pero otros --casualmente, los que habían seguido una línea oficialista-- permanecieron en la nómina.

Naturalmente que el jab a ALARMA! tenía poco que ver con la defensa de las "buenas costumbres": en sus páginas con frecuencia aparecían reportajes que denunciaban las corruptelas de caciques, presidentes municipales y comisariados ejidales en pequeñas comunidades, sobre todo del sur del país. Esos textos le representaban una molestia al gobierno federal de modo que había que utilizarse la sutileza de la "moral" para deshacerse de esas críticas.

Impacto continuó en circulación pero su tiraje se desplomó. De casi 150 mil ejemplares semanales que vendía hasta 1986, la cifra se desplomó hasta 25 mil copias. Pero qué importa cuando ya se han logrado jugosos contratos publicitarios con los gobiernos tanto federal como estatal; durante los años de Impacto con Sojo Acosta también había varias páginas con publicidad oficial pero tras su salida y de acuerdo a un ejemplar de 1987 en nuestro poder, ese tipo de propaganda acaparaba el 85 por ciento del total.

Como muestra del reducción de lectores, Impacto recortó el tamaño de sus ejemplares a tamaño tabloide y después casi a tamaño carta. La revista aún existe pero es prácticamente invisible tanto en credibilidad como en influencia en la vida política nacional. ALARMA!, por su parte, resucitó hace algunos años pero no ha sido capaz de retomar los años en que su circulación se agotaba en en cuestión de días.

Y sería imperdonable cerrar este texto sobre el golpe a Impacto sin mencionar la absoluta desvergüenza de Manuel Bartlett. Tras haber sido gobernador de Puebla, y de conseguir una curul en el Senado, súbitamente el señor se dio cuenta que al interior del PRI no había democracia, la misma que él con tanto afán se empeñó en pisotear como secretario de Gobernación, brincó al PRD y hasta hoy sigue saltando entre los partidos moralla mientras de éstos siga saliendo jugo del presupuesto público.

 

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1 comentarios

manny_dominguez escribe 26.04-14

La desfachatez de Manuel Bartlett es de dar asco, cuando exige democracia cree que los mexicanos somos unos idiotas que ya olvidamós cómo el se encargó de la operación caída del sistema para imponer al pelón Salinas en la presidencia en 1988. Y el hecho que la izquierda de este país haya acogido a Bartlett la hace cómplice de este alarmante contrasentido, pero al final que se puede esperar si también años atrás le abrió las puertas a Porfirio Muñoz Ledo, otro político sin convicciones que nomás le quitaron el hueso y se dio cuenta que el PRI era un partido antidemocrático.

 

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