Villa de la provincia de Huelva, partido judicial
de Ayamonte, a 46,7 km. de la capital, situada a 231 m. de altitud,
con 2.389 habitantes de hecho. Municipio: 2.809 habitantes de derecho
y 241,9 km2 de superficie.
Esta villa se encuentra situada al O. de la provincia de Huelva, entre
los varios pueblos próximos a la frontera de Portugal, dorninando
un vasto plano inclinado a la caída de la sierra del Andévalo.
Pertenecen los terrenos de este término al periodo Carbornífero
Inferior (culminación), periodo 4º de la Era Primaria o
Paleozoica.
Las primeras noticias o antecedentes del pueblo se remontan al periodo
de la dominación romana en España. En los Itinearios de
la antigua Bética ya estaba marcado este lugar corno sitio de
descanso y aprovisionamiento de las legiones que desembarcaban en Ayamonte
y se dirigían por el camino Real Mérida.
La etimología de su nombre la tomó de pequeñas
fortalezas o castilluelos que existieron en su contorno en los alrededores
del castillo principal, situado en una colina llamada en tiempos de
los romanos Praesidium hoy Pie del Castillo, plaza de armas y primera
de las mansiones militares que había en el camino de Ayamonte
a Mérida, marcado en los Itinerarios de la antigua Bética.
La nueva villa de Castillejos se erigió algún tiempo después,
a principios del s. XV. Debió su origen a la ilustre Casa de
los Duques de Béjar, de la que se segregó luego. al crearse
el Marquesado,t de Gibraleón.
Al fundarse la villa se dio la particular coinciden-cia de que además
de llamarse el sitio los Castillejos, uno de los personajes de aquella
familia enlazado con la nobleza española tenía, entre
otros, el apellido de Castillejos de Mompián, y por ambos conceptos
se le impuso a la población su actual nombre.
El 22 de julio de 1631 y por medio de Carta Real de Felipe IV se le
concedió el título de Villa. Durante la Guerra de la Independencia
esta población fue lugar de aprovisionamiento de los ejércitos
nacionales, ocurriendo en ella célebres hechos de armas, entre
los que merece citarse el porfiado y honroso combate sostenido el 25
de enero de 1811 por las tropas del general Ballesteros contra los generales
franceses Gazan y Remond, causándoles grandes bajas y venciéndoles
definitivamente en La Palma del Condado una vez remontado el Tinto.
Como acción dle gracias por la victoria contra los franceses
se conmemora desde entonces todos los 24 de septiembre Ia Misa de la
Paz en la ermita de la Patrona Nuestra Señora de Piedras Albas,
yendo el pue-blo de romería.
La iglesia parroquial es de una sola nave de cruz latina, con dos torres
truncadas a los lados de la fachada. Se comenzó en 1795 y tras
varias interrupciones, el Cardenal Ilundain decretó su continuación
hasta su terminación. Se abrió al culto el 29 de septiembre
de 1929.
El retablo mayor, inaugurado en 1950, tiene 15 m. de alto por 12 m.
de ancho, todo en oro (unos 200 m2 de oro de 23 quilates) y tallado
en estilo neoclásico.
A uno y otro lado del crucero existen dos retablos ambos de estilo plateresco,
uno dorado y policromado y por dorar el otro. El tabernáculo
es de plata tallada, de estilo románico.
En imaginería esta iglesia posee un son Francisco de Asís,
un san Francisco de Paula y un san Juan Bautista, todas ellas tallas
de gran mérito y belleza. Aunque el primero esté influenciado
por las características clásicas del Renacimiento, las
tres obras pertenecen al más puro Barroco andaluz.
Posee también un Crucificado del XVI, la Virgen del Rosario con
la imagen del divino Niño, tallada en la madera de la figura
principal (for man una sola pieza) de gran valor y un lienzo de la Divina
Pastora, quizás de Villavicencio.
El campo es su principal fuente de riqueza juntamente con la ganadería.
Su industria es muy modesta, con alguna fábrica de harinas y
tortas, así como la artesanía de sus hoces, que en otra
época fueron de prestigio regional.
Historia pasada de Castillejos
Como en todo el Andévalo en la zona se
han encontrado restos del ser humano en la época prehistórica.
El territorio que ocupa la población actual estuvo en primer
lugar habitado por los Celtas Beturienses. Durante la romanización
de esta zona, la cual se realizó hacia el año 194 a. C.,
el territorio estaba formado por pequeñas casas fortificadas
o castilluelos que servían de auxiliares al castillo principal
o Praesidium. Estos eran unas casas militares o de descanso que existían
a ciertas distancias y donde se encontraban los almacenes para proveer
a los ejércitos transeúntes del camino que iba desde la
desembocadura del Guadiana hasta la ciudad de Mérida.
En la época musulmana, el lugar pertenecía
a la Cora de Niebla, tras la Reconquista, pasó a formar parte
de la casa de los duques de Béjar, segregándose después
en el marquesado de Gibraleón, por entonces el lugar era conocido
como el Lugar de los Castillejos.
El 22 de Julio de 1631 por medio de Carta Real, S.M. Felipe IV, concede
al Lugar de los Castillejos el título de Villa, y con él
una serie de privilegios a sus habitantes.
La Villa en el s. XIX sufrió como poca la invasión de
las tropas napoleónicas con su efecto devastador tanto en la
población como en las cosechas. El vecindario quedó destrozado,
casas y cosechas arrasadas, se llevaron el ganado,... este estado en
que quedó la Villa de los Castillejos se debió al hecho
de que el cuartel general de las tropas francesas se encontraba en la
propia villa.
Terminada la Guerra de Independencia el municipio volvió a resurgir
poco a poco dedicándose la población a cuidar sus escasas
tierras y a trabajar la dehesa. En el s. XX el municipio sufre un retroceso
geográfico, sobre todo en los años sesenta debido al éxodo
rural hacia la capital.
Lugares de Interés
Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción
El terremoto que asoló a Villanueva de los Castillejos, allá
por el 1755 (el mismo que destruyese gran parte de la ciudad de Lisboa)
dejó a esta localidad sin sus dos principales monumentos: el
Ayuntamiento y la Iglesia Parroquial, de la que sobrevivieron sólo
algunos muros semiderruidos. Desde este momento se inicia un largo y
penoso proceso de reconstrucción a causa de la falta de fondos
que se extenderá hasta el año 1929, fecha en la que se
dan por concluida las obras de la Iglesia gracias al apoyo del Cardenal
Ilundaim, Arzobispo de Sevilla.
Ermita de Ntra. Sra. de Piedras-Alba
(Ermita situada en territorio de El Almendro pero perteneciente a ambos
municipios)
Fiestas Populares
Romería de Piedras-Alba El Domingo de Resurrección comienza
la romería en honor a Nuestra Señora la Virgen de Piedras-Alba,
prolongándose al lunes y martes. La Romería se celebra
en un lugar conocido como Prado de Osma. Es una celebración conjunta
entre los pueblos de Villanueva de los Castillejos y nuestros vecinos
de El Almendro, durante la cual se procesiona la imagen de Nuestra Señora,
acompañada por la danza de los Cirochos típica de los
dos pueblos, finalizando el Martes de Romería con la procesión
y la toma de pendones por los nuevos mayordomos. Es una celebración
en la cual participan activamente los habitantes de El Almendro y Castillejos,
los cuales se atavían con los trajes de flamenco y de gitana,
habiendo gran cantidad de romeros montados a caballo y en manolas.
Feria y Velada El último fin de semana
del mes de Julio se celebra en nuestra localidad la FERIA Y VELADA,
teniendo su origen en una feria ganadera. Durante estos días
las actividades son muy diversas, por el día: pruebas deportivas,
tirada al plato, exhibición de caballos y monta a la vaquera,
carrera de cintas a caballo, carreras de motocross, conciertos juveniles,
etc, a la llegada de la noche comienza la VELADA, con la instalación
de atracciones feriales para los más jóvenes, carpas musicales,
castillo de fuegos artificiales y la celebración de un baile
en la Caseta Municipal, que finaliza con la salida del sol, tras la
cual, los vecinos se dirigen a tomar el típico chocolate con
churros, llamados aquí tejeringos. En estos días de FERIA
Y VELADA el municipio de Villanueva de los Castillejos se ve amenizado
por los conciertos y pasacalles de la Banda Municipal de Música,
así como otras bandas musicales traídas de pueblos vecinos.
Gastronomía
Merengues: Se bate la clara de huevo, cuando esté punto de nieve
se incorpora el azucar, hasta que está a punto de bolo. Se le
añade raspadura de limón y azucar lustre, se vierten sobre
una tabla de madera y se cuece a fuego lento.
Yemas de huevo: Se baten las yemas de huevo con
azucar y se llevan a punto de bolo. se cuecen al baño maría
sin dejar de remover hasta que cuaje. con la masa resultante se forman
pequeñas bolitas que se cubren con caramelo líquido. posteriormente
se deposita sobre un marmol cubierto con aceite para que no se peguen.
El piñonate: Se mezcla el azucar con el
cremo tartaro y se pone a hervir. mientras hierve se le añaden
las almendras hasta que esten al punto de caramelo. se vierten sobre
un molde de marmol untado con aceite. Se parte en trocitos antes de
dejarlo enfriar.