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MEDIOS/Revistas
RIP a Contenido, crónica de
una muerte inducida
A
apenas dos años de cumplir seis décadas en circulación, la que fuera
una de las revistas más leídas de México salió de circulación,
primero ante la irremplazable ausencia de su fundador y luego por
las pésimas decisiones de sus editores y directores. Un repaso de
memorias a Contenido, revista que nos inspiró a crear proyectos como
este sitio
Versión impresión
JUNIO, 2021. Aunque se veía como un hecho,
ciertamente cayó de sorpresa la desaparición oficial de la revista
Contenido el pasado mes de marzo. El que hasta hoy nos
venimos enterando es claro signo del poco interés que nos despertaba
hoy esa publicación que fue adquirida por el grupo Carso hará unos
15 años.
Sin embargo ese sentimiento de pérdida no se refiere
tanto al pasado reciente de Contenido, sino lo que alguna vez
llegó a representar esa revista en nuestras vidas.
Gracias a mi padre, ávido lector, fue como en casa
supe de la existencia de Contenido. Eran los finales de los
70 aunque en casa luego llegué a encontrar ejemplares de 1973, quizá
porque mi progenitor procuró tener la publicación fuera de nuestro
alcance dado que en casa éramos unos niños y muchos de los temas
abordados por Contenido no eran precisamente infantiles.
De cualquier modo, recuerdo perfectamente cómo para
mediados de 1978 y cuando tendría yo unos 11 ó 12 años, me hice
igualmente lector asiduo de Contenido. Entre algunas portadas
de aquel entonces recuerdo una titulada "La naquiza se travoltiza"
donde hablaba del auge de las discotheques en la ciudad de México y
cómo esa moda había pegado en el país de manera tal que hasta
Televisa, reacia a las corrientes de "música extranjerizante"
--según
Raúl
Velasco-- llegó incluso a tener su propio programa
titulado
Fiebre del 2. Recuerdo
asimismo otros artículos, éstos más adelante en el tiempo, cómo
cuando se advertía del peligro, esto en 1980, de lo que
representaría para México una petrolización, factor que dos años más
tarde nos llevaría a una crisis económica sin precedentes.
Lo que hacía más que degustable a Contenido
era su sabor periodístico único en México. Cierto, su formato y su
concepto eran una copia del Selecciones del Reader's Digest,
que también leíamos en casa. Pero mientras esta publicación rara vez
publicaba temas sobre México --como notable excepción, una
entrevista, por demás vergonzosa, con el entonces presidente José
López Portillo-- Contenido abordaba temas no solo de la
farándula, ciencia, tecnología, moda e historia, sino de política,
pero con un tono muy diferente al que existía entre los columnistas
y editorialistas donde solo había de dos sopas, los oficialistas y
los de tendencia socialista/comunista.
Contenido no estaba en el mismo espectro de la
derecha como estaba, por ejemplo,
Impacto,
la cual años después Bartlett se encargó de hundir al promover un
golpe de Estado a su consejo de administración. Pero tampoco era de
esa izquierda que lleva décadas monopolizando el periodismo
latinoamericano.
Una de los artículos que publicó Contenido que me ayudó a
abrir los ojos sobre lo que realmente representaba el socialismo fue
"Como viven los cubanos bajo Fidel Castro", publicado en 1976. No
era un texto que hubiera alegrado mucho a esos anticastristas
radicales que entonces pululaban en Miami, pero tampoco a esos tipos
que en ese entonces le encendían velitas al barbudo líder. De hecho,
el autor entrevistó no solo a gente opuesta al régimen, sino también
recopiló la opinión de varios castristas para quienes,
indudablemente, la revolución cubana le cayó como bálsamo a sus
vidas. (De hecho, todavía en ese momento no todo era malo en la
isla; el castrismo terminó por convertirse en una tiranía completa
hacia fines de esa década).
El director y fundador de Contenido fue Armando Ayala
Anguiano, un genuino aventurero que estudió en California y en La
Sorbona, viajó por medio mundo y más tarde se dedicó al periodismo
lo que más tarde lo llevó a fundar su propia revista, como ya
dijimos, inspirada en el Selecciones. Ayala Anguiano
necesitaba de inversionistas poderosos y los encontró en Rómulo
O'Farrill, director del desaparecido diario Novedades; más tarde se
unirían a la aventura Miguel Alemán Velasco, hijo del ex presidente,
y Fernando Canales.
Desde su primer número en 1963 y rápido fue un éxito editorial al
punto que a mediados de los 60, Contenido vendía en promedio
entre 40 y 60 mil ejemplares. "Contenido llenó ese espacio de
electores a quienes el Selecciones no les decía nada y
buscaban información más en relación con el entorno más mexicano
que, al mismo tiempo, la prensa oficialista de ese tiempo no les
proporcionaba", señala el especialista en medios Ayala, "al mismo
tiempo Ayala Anguiano proporcionaba textos de información
internacional, enfocada en nuestros vecinos sudamericanos, lo cual
le abrió mercado por allá, aunque relativamente pequeño. Esto le dio
enorme proyección a una publicación que sus críticos pronosticaban
solo duraría un par de años. Contenido dejó en claro que, con una
buena idea, un pequeña publicación puede competir con esos gigantes
que invierten millones de dólares".
60 mil ejemplares era muchísimo para un país donde
supuestamente no había lectores, a lo que Ayala Anguiano refirió en
una ocasión: "Ese tipo de afirmaciones insultan la inteligencia de
los mexicanos, la prueba está en que desde el primer ejemplar,
Contenido trabajó con números negros... de no haber habido
lectores, las crisis económicas de 1982, 1988 y 1994 nos habrían
sacado de circulación". A ello se añadía un hecho pocas veces
contemplado en el campo de la publicidad, dice Javier Ayala: "Está
no solo el lector que compra la revista sino su cónyuge, los hijos y
hasta los hermanos que también leían Contenido al verla en la
casa, sus lectores mensuales quizá superaban los 80 mil lectores".
Para fines de los sesenta Contenido dio dos giros decisivos.
Uno, lo ocurrido en Tlatelolco, algo que Ayala Anguiano reconoció la
revista optó por no cubrir dado que muchos anunciantes temían
represalias por parte del gobierno federal y advirtieron que
dejarían de publicar si en la revista si salía algún artículo
crítico, y dos, al asociación con Editorial Novaro para lanzar la
Librería Contenido, que incluyó obras de, entre otros, Marco A.
Almazán y demás autores contemporáneos. Sin embargo, una vez pasado
el trago de
Tlatetolco y aprovechando la supuesta "apertura"
del echeverrismo, Contenido comenzó a publicar más artículos
de crítica política, algo que hizo que las ventas se incrementaran
aún más.
Un texto de Ayala Anguiano que cimbró a ese sexenio fue su
aseveración de que los Niños Héroes eran "un mito"; si bien los seis
cadetes habían existido, escribió Ayala, la heroicidad que se les
atribuye carece de fundamento histórico y posiblemente los restos
que luego el oficialismo afirmó eran de los "Niños" ("en realidad
adolescentes, el más joven pasaba de los 12 años de edad")
pertenecían a huesos de soldados norteamericanos muertos en el
combate. Los Niños Héroes desaparecieron temporalmente de los libros
de texto pero luego, por presiones de la Secretaría de Defensa, los
cadetes "reaparecieron" con loas agregadas, sin duda por lo
encrispada que se encontraba la relación entre
Echeverría
y el ejército cuando el presidente dejó el poder el diciembre de
1976.
La historia de la tensa relación Contenido-Estado es muy
larga pero uno de sus más duros encontronazos se dio cuando la
revista publicó varias fotografías del nefasto
José López
Portillo en actitudes que demostraban excesiva
virilidad. El mandatario estalló en cólera y ordenó que dejara de
publicar textos sobre política. Cuando O´Farrill y Alemán, ambos muy
conectados al gobierno priísta, lanzaron la advertencia a Ayala, en
protesta éste dejó la dirección del modo que al siguiente mes
Contenido no estuvo en circulación. Los inversionistas optaron
por dejar al editor en paz.
Hubo muchos otros logros, ente ellos el serial
México de Carne y Hueso que incluía la biografía de héroes de la
historia oficial o de presidentes y en donde se les revelaba
como seres humanos más que como "estampitas", según llegó a decir
Ayala Anguiano. Sin embargo, la labor del incansable periodista se
detuvo tras sufrir una apoplejía en el 2006 seguida de una
complicación por diabetes. La revista pasó a ser propiedad de Grupo
Carso, afiliado al multimillonario Carlos Slim.
Previsiblemente, el colmillo de crítica política de Contenido
le fue extraído con la ausencia de Ayala. La dirección fue asumida
por Jimena Cárdenas, quien trató de darle una imagen más "cool" a la
revista, incluida la portada de una niña "millenial" vestida con
ropas de dominatrix. Curiosamente, y debido a las protestas y
cancelaciones de suscriptores, la sección "Opinión de los lectores"
desapareció definitivamente.
Hubo varias pifias durante la historia de Contenido, como
cuando se optó por pasar del formato de bolsillo al tamaño tabloide,
situación que por fortuna duró un año pero causó un daño en ventas.
Ayala Anguiano falleció en el 2013 a los 85 años, y sin duda para
nada le daría gusto ver el rumbo que tomó Contenido los
siguientes años, en especial por la inclusión de columnistas
deportivos, como André Marín, dado que la información sobre una
temporada de futbol no tendrá utilidad informativa meses más
adelante. Hoy es posible leer artículos de Contenido publicados hace
décadas y aún resuman actualidad.
Mucho menos le habría parecido la portada de julio del 2018 donde se
le rinden flores desmedidas a López Obrador. Enemigo jurado de la
izquierda demagoga y de todo lo que huela a lopezobradorismo, Ayala
Anguiano habría anunciado el fin de Contenido si alguien lo
hubiera obligado a publicar basura propagandística como ésa, igual
que otro artículo donde Peña Nieto aseguraba muy orondo que "no
gobierno pensando en el 2012", un texto lleno de lisonjas hacia Peña
Nieto que más bien apestaba a inserción pagada.
Pero de acuerdo con en también analista de medios
Antonio
Felius, mucho tuvo que ver en la debacle de
Contenido el que Grupo Carso hubiera puesto en la dirección a
"Jimena Cárdenas Estandía, cuya familia ya había quebrado a El
Financiero y ella repitió la misma hazaña con Contenido:
no vendió nada a pesar de contar con uno de los mejores y más
competitivos productos del mercado mexicano", y posteriormente a
Paulina Veitez, quien "intentó editar una revista de publicidad, de
la que incluso se editaron 10-12 números en tamaño tabloide, pero
que al final quebró por la impericia de Doña Paulina que dizque era
'la directora'".
En conclusión, Contenido fue de esas
publicaciones, como
Playboy
--que hoy vive en estado vegetativo..- que no pueden sobrevivir sin
el genio ni la tenacidad de su creador. Muchos de sus ejemplares
siguen siendo hoy de consulta obligada. Y aunque por lo menos va par
dos años que no nos asomábamos a sus páginas, queda claro que
Contenido solo prolongó su agonía y hoy es otro capítulo cerrado
dentro del periodismo mexicano, pero el de las páginas que dan
brillo y orgullo a esa profesión.
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