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A la revista Contenido se le acaba el ídem

Una serie de malas decisiones, el retiro de su fundador y artículos que nada tienen que ver con su perfil original tienen a esta revista en la sala de cuidados intensivos; cualquiera de sus lectores veteranos puede comprobarlo, sin que le digan ni le cuenten

FEBRERO, 2010. Debido a que he sido su lector por casi 30 años, considero pertinente en esta ocasión referirme en primera persona a la revista Contenido y su clara decadencia. El cariño que le tengo a esta revista, de la cual he aprendido tantas cosas y me impulsó a explorar el deleite de la escritura, hace inevitable apuntar que Contenido se encuentra en este momento en la sala de cuidados intensivos. Obviamente esto no es mencionado en sus páginas pero cualquier lector veterano --e incluso algunos nuevos-- pueden percibirlo. La portada más reciente lo demuestra. Y en ella nos enfocaremos antes de irnos sobre las posibles causas.

En el ejemplar aún en circulación, el 560, aparece en portada el actual gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto con el encabezado de "habla del 2012, de sus logros, pendientes y el secreto de su popularidad". Fue aquí donde por primera vez hice algo, creo, que no había hecho en las casi dos décadas que tengo de leer la revista, esto es, saltarme por completo todo el "reportaje", que en este caso abarcó 16 páginas. La verdad ¿para qué perder el tiempo si ya sabemos lo que el señor nos va a a decir, las preguntas que se le harán y la falsa modestia con que responderá a éstas? Solamente leí el título de uno de esos textos donde Peña Nieto señala "No gobierno pensando en el 2012". Los publicistas del gobernador, o él mismo, han de creer que los lectores de Contenido somos estúpidos. ¿Si no tiene puesta la vista en la nominación presidencial entonces para que aparece muy sonriente en una revista de circulación nacional?

La idea de que se trataba de un abierto publirreportaje --algo que no recuerdo haber visto tan descaradamente en los años que he leído la revista-- quedó de manifiesto pues en ningún momento se le cuestiona sobre su incompetencia del pasado noviembre cuando medio centenar de sectores del Edomex quedaron inundados al desbordarse un canal y a Peña Nieto los vecinos lo recibieron con abucheos.

(Y ahora sí que entre paréntesis: México es de los pocos países que se autoasumen democráticos donde los contendientes juran que no buscan la candidatura, con lo que ya están mintiendo al pueblo desde antes de llegar al poder. Que yo recuerde, desde un par de años antes Barack Obama, Hillary Clinton y Michelle Bachelet ya habían manifestado sus aspiraciones; el presidente colombiano Álvaro Uribe ha anunciado su decisión de reelegirse por tercera ocasión, mínimo, desde el 2007).

Esta trastada de Peña Nieto hacia Contenido es insólita, en primer lugar porque la revista ha mostrado prácticamente desde su nacimiento una tendencia conservadora afín a la línea del Partido Acción Nacional; es de hecho, una de las pocas publicaciones nacionales que no es de centro-izquierda, mientras que la inclusión de anuncios pagados por el gobierno federal o los estatales se había manejado con discreción, algo que no ha variado aun con la llegada de dos presidente blanquiazules.

Es una trastada que su fundador, Armando Ayala Anguiano, jamás habría permitido. De hecho en algunos foros de la red se maneja el rumor del porqué de este extraño giro de Contenido: Don Armando, uno de los intelectuales más valiosos que México dio en el siglo XX --fue de los primeros en mostrar a sus lectores cómo la historia oficial estaba llena de falsedades, además de haber comprobado que la gesta de los Niños Héroes carece de fundamento-- optó por el retiro en el 2007, aquejado por la diabetes y deseoso de descansar. La revista había resentido una baja de lectores ante el embate de la red y la crisis económica pero todo parecía manejable hasta que una serie de malas decisiones administrativas hicieron naufragar el proyecto a mediados de ese año, aunque al final se conformó una dirección cuyo objetivo era elevar las ventas.

Según el rumor, a don Armando no le pareció que, con el fin de elevar las ventas, en abril del 2008 apareciera en portada y en interiores una chica enfundada en ropas diminutas para ilustrar un reportaje sobre las perversiones sexuales, e incluso hubo lectores que escribieron indignadas cartas en la sección de correspondencia, además de preguntar el por qué de la ausencia de don Armando. En marzo del año pasado ocurrió algo igualmente insólito pues Ayala aparecía en portada en calidad de entrevistado, con lo cual se daba a entender que ya no formaba parte de la revista. Y es que a diferencia de Hugh Hefner, del que siempre aparecerán fotos suyas en todo ejemplar de Playboy, el fundador de Contenido había sido enemigo de aparecer en público; a excepción de una serie de mesas redondas televisadas en los años setenta, don Armando prefirió que sus textos hablaran más que su rostro.

En noviembre del año pasado Ayala Anguiano volvió a publicar un texto donde hablaba de la experiencia que le había dado haber fundado Contenido, y además desmintió las habladurías en el sentido que había muerto. Era una manera de zanjar las diferencias internas pese a que la línea de los nuevos directores terminó por imponerse. En principio y sin escuchar las protestas, se mantuvieron las colaboraciones de André Marín, periodista especializado en futbol que trabaja para TV Azteca. Y es que como bien lo estableció un lector, "el perfil del señor Marín no va con el de la revista, cuya información puede ser consultada posteriormente. En cambio, a menos que se trate de un Pelé, los temas futboleros pasan al olvido en apenas unos meses, incluso días".

Hubo otro aspecto sospechoso pues de repente comenzaron a aparecer publirreportajes de Telmex hasta que cayó el velo y su propietario Carlos Slim salió en portada con una receta "para salir de la crisis". En determinado momento los temas dedicados a Telmex y a su fundación (sin hablar de la publicidad abierta) cubrieron hasta el 30 por ciento del contenido de Contenido. Esto tampoco pasó inadvertido para los lectores aunque la mayoría optaron por darle otra oportunidad a la revista dado que se encontraba en un proceso de transición. Pero hasta hoy los resultados distan de ser optimistas.

Los reportajes de fondo sobre el sucio mundo de la política mexicana son cada vez más escasos. Ello podría atribuirse a que Contenido sufrió del mismo síndrome de publicaciones "liberales" de Estados Unidos como The New York Times, Newsweek o TIME, que optan por apagar la pólvora y la cambian por elogios cuando un demócrata habita en la Casa Blanca. Pero Ayala Anguiano supo manejar este trance en el 2000 cuando Vicnete Fox terminó con 71 años ininterrumpidos de presidentes priístas e incluso llegó a criticarlo por su falta de acción, e incluso mencionó los defectos de Felipe Calderón en el 2006, a quien llamó "presidente" en agosto, cuando aún se estaban contabilizando los votos a petición de un iracundo López Obrador.

Lo que aquí se ve es que Contenido consiguió un importante patrocinio de Telmex lo que le ha costado cierta independencia editorial. Eso por un lado pues por el otro ha habido cambios desconcertantes: desapareció la sección de El Libro Condensado y en su lugar se incluye una brevísima reseña digna de un tríptico; la sección "Señoras y Señores", que hasta hace unos años abarcaba unas 20 páginas, se ha extendido a otros artículos que llevan otro nombre al punto que el ejemplar parece haber sido diseñado como un compendio de superación personal. También se eliminaron algunas efemérides, las excelente columna "Que no le digan, que no le cuenten" que desenmascaraba a esos charlatanes que lucran con las "pulseras eólicas", "agua de sanaeamiento" y otras tonterías así como la colaboración de Luis González y González titulada "Un vaso de agua". Del Contenido anterior sólo quedan la sección de La Tía Alma --aunque sus chistes son refritos publicados hace muchos años atrás-- y del lúcido Gabriel Zaid, y a ver por cuánto.

¿Estará cercano el día en que a Contenido se le termine el ídem? Quizá no, aunque los lectores que está perdiendo --posibilidad que considero con mayor fuerza cada mes-- pronto dejarán en cascarón a la que por muchos años fue una de las mejores revistas de México, la única que competió directamente con Selecciones del Reader's Digest. Sería una lástima, pero por otro lado, ¿qué caso tendría comprar una revista que por convencional terminaría siendo parte del montón? Ese es el desafortunado camino al que se lleva a Contenido. Ojalá que pronto vuelva a levantar el pico.

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