¿QUÉ HACER?

Flavio Cocho Gil

Libros

* Metapocatástasis de Civilización
- La Revolución Francesa y sus Falsificaciones
- Tópicos Eclécticos
- Crítica a los Críticos
- Biografía de un Psicópata

Artículos sobre:
¿Qué hacer?

- Propuesta frente al neoliberalismo
- ¿Qué hacer?
- Universidad y Cultura
- Algunos tópicos sobre lo formal y lo informal en la universidad contemporánea
- Sobre los Procesos de Incomunicación en la huelga de la UNAM 1999-2000
- Sobre el ¿Qué hacer?
- La educación media superior unamita: contexto y propuestas
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i- 15.jul.05


La civilización capitalista es la encarnación histórica del culto irrestricto al triple principio “Tener, Ser y Poder” como dogma que debiera gobernar las acciones del ser humano su evolución futura. “Si Tengo bienes y riquezas sin medida Seré, entonces Tendré Poder sobre los demás a mi antojo”, ¡habré triunfado en la vida! Lo anterior genera mil atropellos e injusticias sociales, en última instancia infinidad de sufrimientos de la gran mayoría, todo ello para satisfacer y proteger los intereses creados de una ínfima minoría, los amos de la civilización actual. Ampliamente ha sido documentado lo anterior por múltiples estudios y autores, el escrito colectivo El Seminario de los Frailes que se incluye en este libro es, por ejemplo, una contribución documentada más en el sentido anterior.

El caso es que una civilización así no puede permitir coexistan en su seno alternativas sociales que preconicen e intenten configurar una nueva civilización que proclame como primordiales valores existenciales al ser humano y a su bienestar y felicidad de todos y cada uno de los seres humanos. ¿Cómo decirlo?, “la civilización capitalista es una enfermedad infecciosa que no puede permitir en su seno antibióticos sociales que la combatan”. Dicho aún de otra forma, “no existe el capitalismo con rostro humano”, el humanismo no reza ni ha rezado jamás con esa civilización... los que han hablado y hablan de esa posibilidad sólo son trásfugas de una lucha por un mundo mejor, que abandonaron la batalla social, sea porque los embargó el miedo a la represión social de los amos, o bien porque “no se puede ser héroe toda la vida, por lo que conviene madurar en un servir ya los propios intereses particulares”; miedo y egoísmo a fin de cuentas. Los ejemplos sobran, es el caso típico de los que navegan demagógicamente con bandera de “izquierda moderada y realista, sin locuras”, pero que finalmente sirven objetivamente los intereses de los amos sociales, suelen ser políticos o supuestos líderes sociales de diverso pelaje. ¡Se dan como la hierba!, y México no es la excepción, ese tipo de hierba infecta organismos del Estado, partidos políticos, direcciones sindicales e incluso las estructuras universitarias en los diversos niveles de autoridades académico-administrativas. Y, claro está, quienes no se prestan a lo anterior son reprimidos de múltiples formas; ya en este libro en una parte anterior se exhibió, por ejemplo, como funciona la represión en el caso de las universidades públicas, en particular en la UNAM .

En consecuencia de lo anterior es cuestión de principio tener claro que el camino que algún día nos lleve y desemboque en una nueva civilización no pasa de manera alguna por asimilar como propios los “valores existenciales” de la civilización capitalista ni tampoco por contemporizar con ellos. En lo anterior no puede haber concesión alguna. Aquellos que, por lo contrario, piensan (y practican) que para construir el futuro conviene, en aras del “realismo político”, acceder a la cima de la civilización actual siguiendo sus métodos y reglas para, “desde arriba”, cambiar todo... finalmente siempre terminaron siendo los mejores y más serviles administradores del capitalismo. Los ejemplos sobran desgraciadamente en demasía, en el mundo, en América Latina, en México ayer... y hoy.

Todo lo anterior plantea un muy complicado problema: si bien para llegar al futuro tenemos no sólo que preconizarlo sino irlo configurando ya... por otra parte estamos inmersos en la civilización capitalista y con esa realidad, “condiciones a la frontera” diría un matemático, tenemos que hacer las cuentas. Quizá una analogía médica explica mejor lo anterior: “inmersos en la enfermedad tenemos que transformarla en salud”, un desafío dialéctico nada fácil de resolver.

Sin embargo, la manera de buscar solución al desafío es recordando que principio básico de la existencia de la vida es “la unidad en la diversidad”, diversidad que presenta el heterogéneo conglomerado humano en donde coexisten diferentes agrupaciones humanas con estructuras sociales, tradiciones, experiencias y saberes culturales distintos entre sí... y la unidad aquí la hace el que coincidan todas las agrupaciones en muy pocos y sencillos principios, sí, pero que todos ellos expresen explícitamente el repudio total a la civilización capitalista. ¿Qué implica eso?, implica que lo que podríamos llamar “la conciencia anticapitalista que posean todos” debe de ser realizada y detallada en la práctica concreta con todos los matices que sean necesarios según cada agrupación humana de acuerdo a sus condiciones existenciales, saberes particulares y problemas específicos que enfrentan. Esto es como decir “a la civilización capitalista hay que combatirla en la propia casa”, que es la mejor manera de contribuir a combatirla en todos los sitios. Ese es un principio básico de la lucha social, accionar en nuestro propio medio que conocemos bien es la mejor manera de solidarizarse con otras luchas sociales de otros medios. Claro está, para proceder así hay que conocer en profundidad “la vida y milagros” del medio local social que se habita, esto es, las formas y manifestaciones particulares que toma la civilización capitalista en nuestro medio local en el que estamos inmersos.

Teniendo ahora en mente todas las ideas anteriores pasemos a intentar contestar la pregunta ¿QUÉ HACER? en el caso abordado en este libro, en particular en la UNAM... ¿qué hacer en la UNAM para que ésta contribuya, por un lado, a enviar al basurero de la historia a la civilización dominante actual y, por otro lado, nos impulse hacia la creación de una mejor civilización, a la medida del bienestar y la felicidad de todos? Es una pregunta específicamente dirigida al estudiantado, al futuro movimiento estudiantil que puede y debe crear.

Vamos ahora al intento de respuesta :


Parte I: Conocer la Propia Realidad

  1. Hay que hacer una AUDITORÍA SOCIO-ECONÓMICA en todos los sectores y a todos los niveles de la UNAM: sueldos, cargos académicos y administrativos, sus prerrogativas, presupuestos, su origen externo o interno, su orientación y distribución y criterios para ello.

  2. Hay que hacer una AUDITORÍA INFORMÁTICA que exhiba de manera detallada y precisa “qué, cómo, cuándo y por qué” circula y se distribuye la información tanto al interior de la UNAM como en conexión con el exterior.

  3. Hay que hacer una AUDITORÍA POLÍTICA que haga particular énfasis en los métodos y mecanismos de represión existentes en la UNAM contra los movimientos contestatarios y el pensamiento crítico porque los consideran una amenaza a las prerrogativas e intereses corporativos de las “élites” académico-administrativas universitarias: son estas autonombradas “autoridades unipersonales” que expulsan estudiantes, también a profesores, inducen a “comités y consejos de análisis y promoción académica” a impedir se acepten tesis de licenciatura y doctorado si los que las sustentas son “manzanas podridas”, tienen “un nefasto historial izquierdista”, y así.

  4. Hay que hacer una AUDITORÍA CULTURAL Y ACADÉMICA ...quizá aquí es donde reside el problema más grave , aun siendo el menos transparente, en la UNAM. La cultura, si es digna de ese nombre, ha de ser polifacética, multidimensional, pluridisciplinaria, basarse en conocimientos en profundidad, no creer en dogmas y, por supuesto, tener conciencia social, conciencia de que tiene que servir para crear un mundo mejor.

    Pero como los valores culturales no cotizan en la Bolsa de Valores para la civilización capitalista entonces minimiza su importancia hasta casi reducirla a cero... y ello se refleja de diversas formas en la UNAM. Se refleja en la decreciente importancia que se concede a los estudios de Humanidades y Ciencias Sociales afectando presupuestos y planes de estudio. Se refleja en la paulatina desaparición de estudios multidisciplinarios (sobre todo vetando la presencia de los aspectos humanísticos y sociales de la cultura) en las Escuelas y Facultades Técnicas y Científicas. Se refleja, en fin, por sólo citar un caso más, en la eliminación del conocimiento científico básico en los programas y planes científicos, por ejemplo cómo se viene reduciendo la enseñanza de ciertas disciplinas fundamentales en matemáticas hasta límites que en ocasiones se antoja una burla en Escuelas y Facultades Técnicas y Científicas ...a lo que se tiende así, objetivamente, de seguir así las cosas, es a formar técnicos medios acríticos, “muy dúctiles y obedientes”, que encajen en las empresas transnacionales que invaden el país sin cesar.

  5. Como corolario del punto inmediato anterior hay que hacer una AUDITORÍA SOBRE LA DIFUSIÓN CULTURAL Y EXTENSIÓN ACADÉMICA. Sucede que, a pesar de que en la UNAM se desarrollan múltiples actividades en los dos renglones anteriores hay aspectos que indican que no todo marcha bien. Por ejemplo, gran parte de la difusión cultural es de autoconsumo universitario y con cierto carácter elitista, no hay proyección cultural hacia el pueblo, definida en función de sus necesidades y buscando contribuir a resolverlas. Por ejemplo, aun limitados al caso de la difusión cultural, el presupuesto universitario dedicado a este renglón está totalmente manejado por la administración central por lo que las escuelas y facultades no poseen institucionalmente presupuesto o es sumamente raquítico... y si a pesar de eso hay actividades culturales diversas, se debe al ingenio del estudiantado y otros miembros de esas escuelas y facultades y a la solidaridad externa (artistas que no cobran y así). Quiere decirse que la auditoria que se propone en este inciso deberá responder a interrogantes que ya planteara en la antigüedad el retórico latino Quintiliano: ¿qué se hace?, ¿por qué?, ¿cuándo?, ¿para qué?, ¿con qué medios?, ¿a favor de quiénes?... De hecho, estas interrogantes de Quintiliano las debemos incluir como metodología obligada en todas las auditorias ya propuestas.

Es por todo lo anterior que se vuelve imprescindible una auditoría cultural y académica en la UNAM, y como continuación obligada también en difusión cultural y extensión académica.

Todas las tareas anteriores exigen la instalación (por parte del movimiento estudiantil) de COLECTIVOS DE ESTUDIO Y ANÁLISIS en cada escuela y facultad, y tanto en la Enseñanza Superior como en la Enseñanza Media Superior.

Parte II: Ir Cambiando la realidad

  1. En los ya citados Colectivos de Estudio y Análisis el estudiantado debe de ser no solamente crítico sino precisamente por ello también PROPOSITIVO: presentar alternativas de nuevos planes y programas de estudio y metodologías de enseñanza, tal que:

    • se profundice en los conocimientos básicos culturales,

    • se impulse la multidisciplina,

    • se exhiban los diversos aspectos sociales de todo conocimiento cultural, sea humanístico o científico... hay aquí que recomendar se recuerde lo que respecto a lo que es una “concepción cultural” se dijo en la parte de este libro dedicada a El Seminario de los Frailes,

    • se conecte el aprendizaje académico anterior con su aplicación práctica a la resolución de los problemas sociales de tal suerte que mejoren las condiciones de vida del pueblo. La realización de Tesis y la Extensión Académica y la Difusión Cultural debieran servir para eso.


  2. Lo anterior debe ser realizado en colectivos académicos en donde el profesor de antaño se transforme en un coordinador de la participación activa del estudiantado. Y es que hay que romper la tradicional estructura clasista y jerárquica de la enseñanza de antaño en donde el profesor era un “modelo social” a imitar y el estudiantado un ente pasivo.

  3. Estructura y funciones no son separables en un organismo vivo y la Universidad lo es en tanto que entidad social que cambia con el tiempo. Quiere decirse que si ha de construirse una nueva Universidad que vaya siendo coherente con la civilización que en el futuro deseamos sus estructuras tienen que ir cambiando acordes con ese proceso. Implica la necesidad de cambiar radicalmente las actuales estructuras académico-administrativas de autoridad, por ser jerárquicas, autoritarias incluso a veces despóticas y, en última instancia, clasistas. Una lucha muy difícil, primero, porque se choca contra infinidad de intereses creados y, segundo, porque no basta decir “no queremos esto”... hay que añadir a esa frase las alternativas concretas de nuevas estructuras universitarias... e imponerlas. Es por ello que el estudiantado ha de ser “contestatario” además de “propositivo”.



Parte III: La Solidaridad obligada

Puede afirmarse que la Universidad es la conciencia cultural de un pueblo, pero por ello mismo es además parte del pueblo. En esa medida lo que acontece al interior de la Universidad repercute fuera de ella, y viceversa. De allí que los dolores, sufrimientos e injusticias que sufra el pueblo está la Universidad obligada a sentirlos como propios... en consecuencia de lo cual debe la Universidad solidarizarse con las luchas populares por un futuro mejor. O, aun respetando nuestras propias diferencias locales, vamos todos unidos en la lucha por un mejor mundo para todos... o no cambiaremos de civilización. Aquí no hay que insistir más, basta decir LA SOLIDARIDAD ES OBLIGATORIA, es cuestión de supervivencia. Pero hay que ser precisos en este renglón: la labor de solidaridad debe tener como objeto mayor y fundamental contribuir a organizar por la base a todo el pueblo, al margen de las estructuras formales que en aras de su mejor beneficio impone la civilización capitalista.


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oximoron, diciembre 2005
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