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Cualquier animal en condiciones de ser montado puede participar en una
carrera, desde elefantes hasta avestruces. Algunos, como los perros y las
palomas, pueden ser entrenados para competir entre ellos, pero el caballo
siempre ha sido el compañero favorito en los deportes. En los países del
norte de Europa son comunes las carreras con renos y huskies siberianos
arrastrando trineos.
POLO |
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El pato
es un deporte hípico de cancha de cuatro jugadores por equipo que se juega
tradicionalmente en Argentina.El campo de juego mide de 180 a 220 m. de largo por 80 a 90 m. de ancho. En el medio de cada línea de fondo se encuentran las porterías o cestas, consistentes en un poste con un aro metálico de un 1 m. de diámetro a una altura de 2,5 m. Del aro cuelga una red. El juego es controlado por dos árbitros a caballo dentro del terreno y otro más fuera del mismo; comprende seis periodos de 8 minutos, con intervalos de 4 minutos para cambiar de monturas. Como en el polo, los jugadores llevan camisas de colores, pantalones y botas de montar. El caballo más utilizado es el llamado criollo de patas cortas, que es una raza descendiente de los caballos utilizados por los españoles en la conquista de Sudamérica. El pato es una esfera de cuero de 69 a 71 cm. de circunferencia con 6 asas de cuero. El objetivo del juego es anotar la mayor cantidad de puntos pasando el pato a través del aro de los oponentes. El juego comienza con el lanzamiento del pato -por parte de un árbitro- al terreno de juego. Los jugadores, entonces, se pasan el pato unos a otros lanzándolo o golpeándolo. El jugador que está en posesión del pato tiene la obligación de ofrecerse a los oponentes, lo que se hace manteniendo el pato con el brazo extendido en ángulo recto respecto a su cuerpo. Si un jugador contrario lo toma por una de las asas se lucha por la posesión, pero sólo se permite permaneciendo de pie sobre los estribos y sin apoyarse en la montura o en el cuerpo del caballo. No está permitido cabalgar a través de la línea de paso de un jinete, pero sí lo está empujar al caballo de un oponente. Cuando el pato cae al suelo sólo se puede recuperar si el jugador va a un mínimo de velocidad. Debe inclinarse por fuera de la montura y levantarlo hacia arriba. Las faltas se penalizan con tiros libres.
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Las carreras
de
galgos
son una competición en la que estos perros persiguen a una liebre
mecánica, controlada eléctricamente, alrededor de una pista de forma
circular u ovalada (aunque también existen pistas en línea recta).Este tipo de carreras evolucionaron a partir del antiguo deporte de la caza. Cada perro tiene una identificación o pasaporte (en algunos países es una tarjeta especial) en la que constan su fecha de nacimiento, el nombre de sus padres, sus medidas exactas, su color, sus marcas distintivas y sus registros en carrera. Otra información recoge el nombre de su entrenador, detalles sobre su salud y cuidados, época de celo y camadas paridas. También hay datos sobre todas las pruebas en que ha participado (carreras, abandonos y descalificaciones). Las pistas de carreras de galgos tienen una circunferencia de 366 a 493 m. Las distancias de las carreras varían considerablemente pero la mínima es de unos 210 m. para una carrera de velocidad, y hasta 1.097 m. para las de fondo. Las carreras pueden ser con vallas o sin ellas. Las categorías de las carreras varían de un país a otro; en algunos existe un sistema gradual, de modo que la competencia se desarrolla entre galgos del mismo grado y si los vencedores avanzan un grado, los derrotados retroceden otro. Hay países cuyo sistema se basa en carreras abiertas para perros al cuidado de entrenadores con licencia, por entrenadores de las pistas donde se corre, y carreras para perros entrenados en pistas con el mismo administrador. La mayoría de las pistas tienen cajones numerados del uno al ocho, desde el cajón interior hasta el exterior. En algunos países hay nueve cajones. Cada perro lleva el número del cajón en el que está situado y es el número que figura en la tarjeta de carrera. Cada perro lleva un chaleco de carrera con su número a ambos lados. El número y el color de los chalecos denotan el orden en la pista. Los colores para los diferentes números y posiciones varían según el país. Los jueces que controlan una carrera son el director de carrera o el secretario, el administrador, el juez o los jueces, los administradores de paddock (o corrales), el empleado de pesaje, el cronometrador, el juez de salida, el operador de liebre y el veterinario. Al llegar a la pista se coloca a los galgos en perreras especiales. Antes de la primera carrera son reconocidos oficialmente a través de sus pasaportes y después se pesan. Una vez concluida la inspección del veterinario se los mete en jaulas individuales. Si es necesario pueden ser encerrados bajo llave para prevenir prácticas como el dopaje. 
Justo antes de comenzar la carrera los perros se sacan de las perreras
para volver a identificarlos. Entonces se les pone sus chalecos y bozales;
los bozales impiden los mordiscos durante la carrera. Después de ponerles
los chalecos vuelven a ser examinados por el veterinario. Se les pasea
ante el público en los lugares cerrados diseñados para tal efecto y se les
lleva desde el paddock hasta los cajones de salida donde son introducidos.
Cuando todos los perros han sido colocados dentro de los cajones, sólo el
juez de salida y su ayudante pueden permanecer allí; una señal indica que
se suelte a la liebre mecánica. Los cajones se abren por completo (por un mecanismo conectado con la liebre) cuando la liebre está a unos 11 m. de los cajones. Los perros saltan de los cajones y en pocos segundos se mueven a velocidades entre 56,32 y 64,37 km/h. El juez está situado frente al poste de meta y cuenta con un mecanismo de asistencia fotoeléctrica para llegadas muy igualadas. La primera carrera de galgos se celebró en Hendon (Londres) en septiembre de 1876, con una liebre artificial montada sobre una especie de patín y arrastrada sobre un riel por un torno. El ingenio funcionó pero tuvo poco interés debido a que la carrera era en línea recta y sólo era una prueba de velocidad entre galgos. Después de experimentar con liebres vivas en una pista circular en Estados Unidos, el estadounidense Owen Patrick Smith perfeccionó en 1919 una liebre mecánica. Smith se hizo socio de George Sawyer y formaron en 1920, en Tulsa (Oklahoma), la Asociación de Carreras de Galgos. La sociedad Smith-Sawyer prosperó y la colaboración dio como resultado la formación de la Asociación de Carreras de Galgos. En Europa se celebran carreras en España, Francia, Bélgica, Países Bajos, Finlandia, Italia y Suecia.
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El pato se originó como deporte informal probablemente en el siglo XVI.
Las granjas vecinas o ranchos competían entre ellos y el terreno de juego,
que era el área de separación entre propiedades, podía llegar a ocupar
varios kilómetros cuadrados. No había límite para el número de jugadores y
la pelota era una cesta con un pato vivo en su interior (de aquí el nombre
de pato). El objetivo del juego era llevar la cesta, con el pato dentro,
de vuelta a la granja o rancho propio. Sólo existían algunas reglas como
las que señalaban que los jugadores podían atraparse unos a otros, con una
cuerda o lazo y debían llevar la cesta a la longitud del brazo. La Iglesia
católica hizo varios esfuerzos para suprimir el deporte y fue
temporalmente prohibido por ley en 1822. En 1937 fue restaurado por
Alberto del Castillo Posse, que redactó nuevas reglas y reemplazó la cesta
con el pato por la pelota actual. En 1938 la provincia de Buenos Aires
levantó la prohibición y en 1941 se dotó al deporte de un órgano rector,
la Federación Argentina de Pato. Se creó un núcleo de 40 clubes con 300
jugadores. En septiembre de 1953, en mérito a su tradición y arraigo, el
decreto 17.468 firmado por el presidente Juan D. Perón lo declaró deporte
nacional argentino. A partir de las giras promocionales que la Federación
Argentina hizo desde la década del '70, el juego prendió fuerte en Europa
-principalmente en Francia, para luego difundirse por España, Portugal,
Italia, Alemania, Austria y Bélgica-, donde fue adaptado hasta convertirse
en horseball.