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RAMÓN J.
VELÁSQUEZ:
LA RED
DE LIBERALES Y SOCIALDEMÓCRATAS
Edgar C. Otálvora
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Política y periodismo
Los primeros años sesenta sirvieron a Velásquez agregar
nuevas amistades y fortalecer sus relaciones con el periodismo colombiano.
En 1960 Alfonso López Michelsen, junto a liberales como
Indalecio Liévano Aguirre y Alvaro Uribe Rueda forman el Movimiento
Revolucionario Liberal MRL, disidente al Partido Liberal y en oposición al
pacto bipartidista del Frente Nacional. En algún viaje a Bogotá, amigos
liberales llevaron a Velásquez a casa de Uribe para conocer a López, quien
planificaba lanzar su candidatura presidencial disidente en las elecciones
de 1962.
En mayo de 1962, Velásquez editó en Caracas el libro
El Recuerdo de los Días, obra de su padre Ramón Velásquez. En ella se
rememora el éxodo que emprendió Valentín Velásquez Arvelo “con su esposa,
sus hijos, los criados adictos y lo que de su fortuna pudo salvar” desde
Barinas hasta Boyacá, tras la Batalla de Santa Inés en diciembre de 1859
(Velásquez, 1962, 88-96). Uno de aquellos hijos, Juan Jacobo Velásquez “que
iniciaba la experiencia de la vida recorriendo los caminos del destierro”,
participaría luego en la guerra civil colombiana de 1886. Roberto García
Peña, director de El Tiempo, al conocer el libro de reminiscencias
santandereanas de Ramón Velásquez padre, decidió reeditarlo en varias
entregas dentro del suplemento literario del periódico.
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El lunes 01 de abril de 1964 el diario El Nacional
de Caracas amaneció con Ramón J. Velásquez como su nuevo director. Junto a
Miguel Otero Silva, comenzaría a diseñar y promocionar el proyecto de crear
una red con los principales diarios de los países andinos. Con el proyecto
en la mano, Velásquez y Otero realizaron diversos viajes a Bogotá, Quito y
Lima. La idea no prosperó pero fue razón para reiterar los vínculos con
Eduardo Santos y Roberto García Peña, así como para conocer al joven abogado
y economista Luis Carlos Galán quien desde 1965 inició su meteórica carrera
como columnista, editorialista y asistente de director en El Tiempo
bajo las alas protectoras de Santos y García Peña.
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En abril de 1966, el director de El Nacional viajó a
Bogotá. Al mediodía del día 05 tiene fijado en su agenda un almuerzo en el
Restauran El Gran Vatel, invitado por Carlos Lleras Restrepo y por el
Embajador de Venezuela en Bogotá, Miguel Angel Burelli Rivas. Aquel
encuentro duró hasta el final de la tarde, tiempo durante el cual Lleras y
Burelli intercambiaron opiniones sobre la necesidad de crear una
organización para la integración económica de los países de la región
andina. En agosto de aquel año, Carlos Lleras asumió la presidencia de
Colombia y dentro de su gobierno adelantó las negociaciones para suscribir
lo que finalmente se conocería como el Acuerdo de Cartagena. Veintisiete
años después, en 1993, Velásquez remitió a Burelli una carta testificando
sobre aquella conversación de sobremesa cuando el Embajador de Venezuela y
el dirigente político colombiano, habían trazado los rasgos básicos del
Pacto Andino
Mientras tanto, Caracas solía ser parte de la ruta del
político conservador, antioqueño y doctor en Derecho y Economía Belisario
Betancur Cuartas. Velásquez recuerda que Betancur como hombre de negocios
financieros a lo largo del continente, en permanente contacto con las
organizaciones socialcristianas, se hizo una figura usual en la vida
política caraqueña:
-- Belisario venía frecuentemente a Caracas como
representante de grupos financieros. Él decía que se había tomado un receso
en su vida política, para construirse una fortuna con la cual regresar
después sin depender de nadie.
La pasantía de Betancur por el mundo privado fue corta.
En 1963 retornó a las funciones públicas, como Ministro del primer gobierno
conservador del Frente Nacional. En 1970 aspiraría por primera vez a la
Presidencia de Colombia y se toparía con un ramón J. Velásquez analista
político desde las páginas de El Nacional.
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