Los amigos presidentes
En 1969 Velásquez fue invitado por Rafael Caldera para
formar parte del primer gobierno socialcristiano del período democrático, en
calidad de Ministerio de Comunicaciones. A mediados de aquel año, atendiendo
la invitación del presidente Carlos Lleras Restrepo, Caldera viajó a
Colombia para participar en la conmemoración del Ciento Cincuenta
Aniversario de la Batalla de Boyacá. Los actos realizados entre el 06 y 08
de agosto, tuvieron lugar en Paipa, Boyacá, hasta donde Caldera viajó con
una delegación que incluía a sus ministros Arístides Calvani y Ramón J.
Velásquez. En aquella oportunidad los dos presidentes suscribieron la
Declaración de Sochagota, mediante la cual acordaron ejecutar un
programa de trabajo bilateral de desarrollo fronterizo (ver: MRE-Venezuela,
1970 y MRE-Colombia, 1993), que continuaba el sentido de cooperación
bilateral de la Declaración de San Cristóbal acordada por los
presidentes Rómulo Betancourt y Guillermo León Valencia en 1963.
Poco después de la visita de Caldera a Colombia, el 18
de diciembre de 1969, se realizaría un nuevo encuentro presidencial. Caldera
y Lleras presidieron el acto de inauguración del Puente Internacional
“General Francisco de Paula Santander” entre Ureña y Cúcuta. El Ministro de
Comunicaciones Ramón J. Velásquez formó parte de la comitiva venezolana que
presenció la apertura de un segundo paso terrestre entre el Táchira y el
Norte de Santander. Aquel día en el avión que condujo de regreso a Caracas a
la delegación venezolana, también viajó el Canciller colombiano Alfonso
López Michelsen acompañado por el ex alcalde de Bogotá Virgilio Barco
Vargas. (MRE-Venezuela, 1970).
Como parte de sus actividades de gobierno, el ministro
Velásquez representó al presidente Caldera en la Semana Bolivariana
organizada para conmemorar el cuadragésimo aniversario de la Academia de la
Historia del departamento de Santander. Aquel viaje lo llevó a Bucaramanga,
Departamento de Santander, lo que sirvió para ir formándose una imagen
directa del clima político que se vivía en el interior de Colombia, previo a
las que serían las últimas elecciones del Frente Nacional.
Llegado el año 1970, el gobierno de Lleras Restrepo
tenía el sol a la espalda y su ministro y embajador, el conservador Misael
Pastrana Borrero, había recibido el apoyo de las convenciones nacionales de
los partidos Conservador y Liberal. La candidatura conservadora de Pastrana,
impulsada por Mariano Ospina, apoyada por Lleras Camargo, tuvo en López
Michelsen a uno de sus “precursores” y a Virgilio Barco como jefe de campaña
en Bogotá (Pastrana, 1995). Un hecho particular hacía de aquellas elecciones
un reto para el pacto bipartidista: la presentación por segunda vez, de la
opción electoral del ex dictador Gustavo Rojas Pinilla. Ya en las elecciones
presidenciales de 1962 Rojas se había postulado bajo las siglas del Partido
Alianza Nacional Popular Anapo, obteniendo un simbólico dos por ciento del
total de votos. Cuatro años después, el candidato de Anapo había logrado el
veintiocho por ciento en las votaciones que había llevado a Lleras Restrepo
a la presidencia. Ahora, Pastrana Borrero debía confrontarse a la poderosa
candidatura de Rojas, quien ganaba aplausos ofreciendo nacionalizar
empresas, expropiar los periódicos liberales El Tiempo y El
Espectador y acabar con el Frente Nacional.
Por su parte, el conservador Belisario Betancur también
presentaba su candidatura disidente para las elecciones de abril de 1970.
Contra toda evidencia y basado en su capacidad para atraer votos liberales,
creía estar en posición de triunfar sobre el candidato oficial de su partido
y sobre la arrolladora fuerza de Rojas (Mendoza, 1991, 191).
El 19 de febrero de 1970, el ministro Ramón J.
Velásquez viajó a Bogotá para sostener reuniones técnicas con el recién
creado Instituto de Transporte de Colombia, así como con las autoridades
postales. A su regreso ofreció una entrevista al diario El Nacional,
publicada el 26 de febrero, en la cual se refirió a la coyuntura política
colombiana. Velásquez predijo que el ganador de las elecciones sería Misael
Pastrana; afirmó que Rojas tenía las masas pero carecía de un equipo
dirigente y le auguró a Belisario Betancur la segunda o tercera posición.
Betancur hizo pública una carta rechazando los
pronósticos de Velásquez, lo cual marcó un distanciamiento de diez años
entre ambos personajes.
Tras el conteo de votos, Pastrana Borrero obtuvo el
cuarenta por ciento, seguido por Rojas Pinilla quien reunió el treinta y
nueve por ciento. Ante los rumores de la llegada a Bogotá de furiosos
rojistas denunciando fraude electoral, Lleras declaró el toque de queda
el martes 21 de abril. La dirigencia de Anapo fue conducida hasta
instalaciones militares y los rojistas de izquierda, en breve,
comenzarían a organizar la guerrilla del M19 (Movimiento 19 de abril) junto
a disidentes de las FARC y del ELN. Belisario Betancur debió aguardar doce
años más antes de lograr la presidencia: ya para entonces la amistad con
Velásquez había superado el malestar causado por los pronósticos electorales
de 1970.
El día de las elecciones presidenciales de mayo de
1974, el candidato liberal Alfonso López Michelsen esperó los resultados en
sus oficinas en el Hotel Hilton de Bogotá. Desde temprano López estuvo
acompañado de su esposa Doña Cecilia Caballero de López, y de sus más
cercanos compañeros de causa política. Entre el grupo estaban Indalecio
Liévano Aguirre quien sería el Canciller del nuevo gobierno, y el activo
jefe de campaña Virgilio Barco Vargas. Se sumaba al grupo el Senador
venezolano Ramón J. Velásquez, invitado para presenciar los comicios. López
quien previamente debió disputar la nominación liberal contra las
aspiraciones de Carlos Lleras Restrepo, logró duplicar en las urnas la
votación del conservador Alvaro Gómez Hurtado. El ahora ex presidente
Carlos Lleras Restrepo funda en octubre de 1974 la revista Nueva
Frontera, desde la cual comenzó a seguirle los pasos al gobierno de
López Michelsen, a redactar sus memorias políticas, opinar sobre economía y
política internacional y exigir una solución pronta al tema de la
delimitación en el Golfo de Venezuela, incluso proponiendo recurrir a
terceros al considerar las negociaciones bilaterales como una estrategia que
sólo favorecía a Venezuela. En esos años, Luis Carlos Galán comienza, a su
vez, a relacionarse con Venezuela. En 1976, tras su misión de cuatro años
como Embajador en Italia, regresa a Colombia para encargarse de la redacción
de Nueva Frontera como co-director. Mientras desde la revista Galán
propugna una “democratización liberal” que condujera a “una nueva manera de
hacer política”, sus visitas a Caracas fueron ganando frecuencia. En el
Senador Ramón J. Velásquez, encontró al amigo venezolano con quien compartir
sobre política y periodismo. Con el pasar del tiempo, Galán ya transformado
en jefe del Nuevo Liberalismo, se diferenciaría de la posición de
Lleras respecto a la disputa territorial con Venezuela, proponiendo el
congelamiento de las negociaciones sobre el Golfo de Venezuela.
En julio de 1978, Velásquez viajó a Bogotá en su
condición de Presidente de la Comisión de Política Exterior del Senado y en
sus diversas intervenciones públicas, reiteró la posición venezolana de
mantener las negociaciones territoriales dentro de un marco directo y
bilateral. Ya en 1975 Velásquez se había opuesto a la propuesta del
presidente López Michelsen de declarar un condominio en el Golfo de
Venezuela.
En 1978, Julio Cesar Turbay Ayala vence a Belisario
Betancur en las elecciones presidenciales de aquel año. Cuatro años después,
Betancur lograría su período presidencial marchando sobre los deseos
reeleccionistas de López Michelsen, quien acusa de su derrota a Luis Carlos
Galán por haber dividido la votación liberal. En 1986 Betancur entregaría la
presidencia a Virgilio Barco Vargas. La lista de los presidentes colombianos
de estas dos décadas, estuvo formada por políticos que en su trayectoria
habían sostenido relaciones permanentes con los políticos socialdemócratas
venezolanos, en algunos casos, desde los años cincuenta.
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