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Ya se puede decir: por qué Solo fue un fiasco en taquilla

Los fans más duros de la saga castigaron a los estudios Disney donde más les duele, en taquilla, además que Solo era una historia totalmente innecesaria,  mucho menos sin Harrison Ford de por medio. ¿Aprenderán la lección los estudios? Es dudoso: su terquedad se antoja aun peor que la del Pato Donald

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JUNIO, 2018. Para empezar, invitamos al lector a ver si todos nos encontramos en la misma sintonía: ¿cuál fue la escena de las películas de Star Wars que más emoción le ha producido? (Nos referimos, claro, a las cintas lanzadas por Disney). Veamos, ¿fue el instante donde originalmente aparece Holdo (Laura Dern), señal clara de que los personajes de sexualidad indefinida ya tienen cabida en el universo Star Wars? ¿O acaso el momento en que nos enteramos que la heredera de la Fuerza es una mujer que antes de eso vendía pedazos de basura espacial? ¿No será ese momento de profunda emoción cuando vemos cómo Disney asume una posición más incluyente con una actriz de origen coreano, exhaltando así la valentía de Rose Tico? ¿O será esa admirable proeza de Tico cuando abrió las celdas para que escaparan los animalitos que estaban en encerrados sufriendo lo indecible por culpa del Imperio?

¿O quizá el lector aplaudió orgulloso al momento en que nuestro compatriota Diego Luna aparece en Rogue One? ¿O tal vez cuando R2D2 vuelve a la actividad al sentir la presencia de su amo Luke? ¿O cuándo vio brincoteando al androide BB8? ¿O tal vez cuando el rostro de Luke aparece menos de 10 segundos al final de The Force Awakens? ¿O cuando Kylo Ren (Adam Driver) se quita la máscara frente a Rey y vemos su narigudo rostro? O cuando...

Vamos, si usted es fan de Star Wars coincidirá en que el momento que más emoción provocó en muchos de nosotros es cuando Han Solo y Chewbacca aparecen juntos en The Force Awakens dentro del Halcón Milenario y el primero dice "Chewie... ¡estamos en casa...!" Se ha estimado que, por sí sola, esa escena metió alrededor de 300 millones de dólares a las salas de cine.

Han Solo, el personaje que inmortalizó a Harrison Ford, marca --como habíamos señalado en la crítica a Solo-- el momento en que un ser humano sin poderes especiales ni apariencia de androide o ser interplanetario entra formalmente a escena en el Episodio IV. Quien recuerde esa película notará de inmediato cómo la dinámica de la película cambia en el instante mismo que Han Solo surge en la pantalla, cómo ese ritmo vuelve a perderse cuando Solo es congelado en carbonita en Return of the Jedi y la manera en que ese ritmo regresa triunfante una vez que Leia lo descongela, ya en el palacio de Jabba. Hasta antes de tener a Solo en el Episodio IV, los humanos comunes se habían limitado a soldados tanto de los rebeldes como del Imperio; claro, teníamos a los tíos de Luke, pero siendo francos ¿quién tenía interés en seguir las andanzas del tío Owen, un granjero hundido en la mediocridad, resignado a que las tropas imperiales le exijan tributo y los jawas le vendan chatarra?

(Y, por supuesto, los otros humanos que vemos antes de la llegada de Solo poseen poderes especiales, en este caso La Fuerza, aunque en ese momento Luke no sabía que los poseía).

Los estudios y varios críticos de cine han difundido al falsedad de que Solo fracasó "porque el estreno ocurrió apenas seis meses después de The Last Jedi". Este es un razonamiento infantil. ¿No se supone que Disney tiene expertos en marketing que cobran millonadas y que bien pudieron haber calculado ese riesgo?

Si el corto tiempo entre estrenos de la saga fuera factor del fracaso de Solo (hasta el momento la película lleva recaudados mundialmente 199 millones de dólares, lejos, lejísimos, de los 300 millones que costó producirla) entonces alguien debería explicar el hecho que la cinta Black Panther juntara 800 millones 10 semanas posteriores al estreno de Infinity War, que recaudó 627 millones, o que Deadpool 2 hubiera rebasado la marca de los 200 millones apenas tres semanas después del estreno de Infinity War. Obviamente por ahí no va la cosa.

También se ha buscado otra explicación igualmente absurda: ante el inesperado cambio de directores a media película, los fanáticos de la saga optaron por no asistir a la sala de cine. Por supuesto que este tipo de situaciones suelen ser premonición de desastre taquillero. Como sabe cualquier fan, Phil Lord y Chris Miller, los directores que fueron echados del proyecto, habían dirigido The Lego Movie y 21 Jump Street, respectivamente, lo que mostraba su escasa experiencia en manejar una cinta de ciencia ficción y mucha acción, cualidad que sí tenía, por ejemplo, JJ Abrahams, quien estuvo detrás de cámaras en The Force Awakens.

Pero si la historia es buena, la taquilla responderá con entusiasmo independientemente de quién sea el director, como sucedió con El Mago de Oz hace décadas y donde también hubo apresurados cambios a la mitad de la carrera. Quien finalmente quedó al frente del timón fue Ron Howard, un director curtido pero que está tan empapado en las películas de ciencia ficción como George Lucas pudo haberlo estado en dirigir thrillers. Queda claro que tampoco por ahí va la cosa.

Solo fracasó por una razón muy sencilla, bueno, en realidad dos. La primera, obviamente, es que los papos intergalácticos de Harrison Ford le quedaron enormes a Alden Ehrenreich, un reto realmente complicado, la verdad. El segundo, Han Solo ya era un personaje emblemático de la saga y ninguna falta hacía filmar una película sobre los años previos a que conociera a Luke Skywalker.

Cuando sabemos de Han Solo en el Episodio IV, la primera impresión es de la de un tipo petulante, abusón y de escasas pulgas (después de todo, ¿qué tendría que andar haciendo un buenazo en una cantina de la riesgosa estación especial Mos Eisley donde nos tocó ver dos riñas en menos de cinco minutos?) Pero cuando Han mata a Greedo vemos que este personaje sarcástico, ocurrente, no será fácil de dominar. Pero al final Han cumple su palabra: mientras todos viajan al planeta Alderaan, Solo se burla de Luke y de Obi Wan llamando "supercherías y cosas de hechicería" a la Fuerza: "Muchaho, he viajado de un extremo a otro de la galaxia y no he visto ningún tipo de energía que controle a todo y a  todos", señal de que por lo menos Solo ya tenía idea de lo que era la Fuerza, aunque no la tomaba en serio.

Como sabemos, Alderaan es destruido y Solo, ya sin ninguna otra responsabilidad con sus pasajeros, decide jugarse el pellejo escondiéndolos de contrabando cuando el Halcón Milenario es atraído por un rayo a la Estrella de la Muerte. Hasta ese momento Solo no había tenido ningún problema con el Imperio, de otro modo los soldados lo habrían interrogado en la cantina, y todo ello lo hace antes que conociera a la princesa Leia, un fuerte motivo para que ya no se despegara de Skywalker (no fuera que se le ganara).

Cuando por fin Han cobra su recompensa y planea irse, Luke se convence de que es un mercenario aun y cuando éste le dice que la Fuerza lo acompañará. Han Solo al final decidirá quedarse y aunque no participa en el combate da una ayuda decisiva a Luke Skywalker y mantendrá viva la causa de los rebelde cuando le limpia el camino de enemigos para que logre destruir a la Estrella de la Muerte.

Como se ve, Han Solo es un personaje amado y respetado porque alcanzó su redención mucho antes que Vader, es la esencia humana en la trilogía de Star Wars hasta que es muerto, de una manera asombrosamente ridícula, por su propio hijo (símbolo, han manifestado algunos fans, del nefando plan de Disney, esto es, que los milennials serán los responsables de dar muerte al espíritu original de la saga).

Otra razón: seguros que Disney nuevamente llenaría la trama de sermoneo con políticas de identidad y demás vainas, millones de fans optaron por quedarse en casa y así castigar a Disney por su obsesión en meter cosas y asuntos totalmente ajenos al espíritu de Star Wars. Afortunadamente (y aunque tuvimos algunas de esas baratijas en Solo) un androide que comienza a proferir esas sandeces muere en la primera parte de la película.

Ya sin los actores originales, Disney planea una película más, ahora sobre Bobba Fett. Quizá nos salgan conque debajo del casco hay una mujer (o más aún, un trasgénero) o cosas aun más insultantes para los fans hardcore de Star Wars. En conclusión; nadie clamaba por una precuela de Solo sin Harrison Ford. Es de esperarse que Disney haya aprendido la lección, eso si no quiere que en la siguiente película, programada para el 2019, su proyecto de Star Wars se irá quedando cada día más solo.

 

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