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Oh oh, Disney: Los juguetes de la nueva Star Wars no interesan

Ya quedó en claro que los legendarios estudios aprovecharon esta franquicia para imbuir una agenda política progresista que, si no fue bien recibida entre los fans de la serie, mucho menos la acogió el público infantil acostumbrado a adquirir juguetes de la serie. Una estrategia tan absurda como buscar que los niños pidan Barbies luego de ver de una película

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FEBRERO, 2018. El primer juguete de Star Wars que Juan Sergio Almeida tuvo en sus manos fue el Halcón Milenario, esto en 1978, unas semanas después que, a sus 12 años, descubriera emocionado el mundo creado por George Lucas. "Le hice prometer a mi padre que me compraría el Halcón si sacaba buenas calificaciones en los exámenes finales. Aprobé los exámenes y al día siguiente lo acompañé a la tienda a comprar la nave. Durante los siguiente meses jugar con el Halcón Milenario fue el centro de mi existencia. El juguete costó el equivalente actual a unos 1,500 pesos, toda una fortuna; mi padre hizo un gran sacrificio para darme ese gusto", recuerda.

Desde entonces Almeida ha acrecentado su colección que hoy abarca casi 2 mil piezas referentes a Star Wars. "Ese Halcón Milenario, con todo y que le faltan algunas piezas y tiene algunos golpes y raspones, un coleccionista te lo puede comprar hasta en unos 15 mil pesos. Pero yo no podría venderlo dado el valor sentimental que ostenta para mí".

Almeida sabe que su colección no es, ni de lejos, numerosa ni excepcional. "Hay coleccionistas que tienen hasta 20 mil piezas de Star Wars. De hecho, una colección con menos de 2 mil piezas es pequeña, una con 5 mil mediana y de ahí en adelante es grande. De cualquier manera me siento orgulloso de lo que tengo en la colección", refiere. Entre sus piezas destacan figuras de varios tamaños de Chewbacca, la primera versión de los soldados imperiales, "con pequeños detalles en los cascos que luego fueron modificados; esa serie es muy buscada por los coleccionistas", así como halcones milenarios de varios tamaños, las naves rebeldes conocidas como X-Wing y las que Almeida llama "mis favoritas", las naves imperiales con ala hexagonal. "También tengo un Obi Wan de barba natural como las de los Aventureros de Acción Lily-Ledy hace muchos años; años después la barba de Obi Wan era mera pintura y los Obi Wan de barba natural pasaron a tener enorme valor".

Almeida tiene 52 años de edad y afirma no darle pena seguir coleccionando juguetes a su edad. "Esta es una pasión, yo soy coleccionista, no me pongo a jugar con las naves... lo que me interesa es tener los modelos de Star Wars así como hay adultos que coleccionan autos y trenes de juguete".

Almeida es casado, ingeniero civil y tiene dos hijas veinteañeras a las que, dice, "importa muy poco" la afición que él tiene por Star Wars. "De haber tenido un hijo seguramente habría seguido la tradición, pero no me importa. Con un fan obsesionado de Star Wars en la familia creo que es suficiente..."

Sin embargo, la colección de Almeida no ha crecido desde el 2008. "Lo último que compré fueron una docena de esos soldados robots que tenían cabezas de galgos; realmente la película del 2000 si me gustó pero no me animó a comprar más juguetes". Con las nuevas películas de Star Wars, Almeida manifiesta que "ni de chiste" se ha sentido tentado a comprar juguetes o muñecos referentes a The Force Awakens, Rogue One y The Last Jedi, la cinta más reciente. "Ló unico que compré fue a BB8, esa bola que trae como una cabeza de R2D2 girando encima, pero difícilmente creo que vaya a sustituir a R2D2", dice. "Pero de las recientes películas, ahora en manos de Disney, no se me antoja comprar nada. El espíritu original de Star Wars está ausente en esas producciones".

La suya no es una opinión aislada: "En todos los clubes de Star Wars que hay en la red, te toparás con la misma constante".

Agrega: "No importan ni el país ni el idioma ni la cultura de los fans. Una abrumadora mayoría coincide en que estas películas no despiertan la misma pasión que los episodios IV, V y VI. Cuando intentamos entablar un foro de discusión acerca de las nuevas películas, invariablemente terminamos hablando de la trilogía clásica.... es inevitable, las nuevas películas son totalmente olvidables y no provocan la misma pasión entre los fans de la saga".

Almeida coincide con otros fans en ese sentido: "Los nuevos personajes no tienen la química que de Luke Skywalker, Han Solo, Leia, C3PO y R2D2, son personajes totalmente anodinos, no se ganan al público. Recuerdo cómo desde el momento en que conocimos a Han Solo en la cantina y luego que mata a Greedo se convirtió en héroe para muchos de nosotros. Esa emoción, esa admiración, no la he sentido ni en la trilogía del 2000 y mucho menos en las tres películas, en especial esta última..."

Asimismo, para Almeida es significativo que los juguetes de esos tres filmes no se vendan. "Es muy sencillo, ¿cuál nave en estas nuevas películas ha despertado la emoción, la imaginación que provocaba el Halcón Milenario? ¡Ninguna!" En su opinión, el problema radica "en que el guión de Star Wars no fue hecho por fans de la saga sino por gente enfocada en una postura social y política que promueve puntos de vista que chocan con el espíritu de la trilogía" y da un ejemplo: "En estas películas se pone énfasis en que los personajes centrales sean mujeres. Pero los fans somos en su mayoría varones. Yo no conozco ni creo que conoceré a una mujer que sea fan de Star Wars. ¡Ya me imagino a mi hermana que anduviera comprando muñequitos de Star Wars o la Princesa Leia en 1980! ¿En serio creen los vendedores de juguetes que una niña pedirá a sus padres que le compren una muñeca de Rey o de la general Holdo? ¡Es absurdo!"

Finaliza: "Ahora que ya prácticamente han desaparecido de escena los tres personajes principales de la trilogía original, mi interés por Star Wars también se ha perdido. ¿Qué sigue ahora, revelar un romance entre C3PO y R2R2? ¿Salirnos con que Obi Wan, como luego le inventaron a Dumblemore en Harry Potter, era un gay de closet?"

Una película no cambiará las preferencias de un niño o una niña

En opinión de la sicóloga Verónica Celis, la poca venta que han tenido los nuevos juguetes feministas de Star Wars no debe sorprender a nadie. "Sería un error atribuir ello a una actitud sexista de los padres. Los niños son niños y las niñas son niñas, genéticamente nacen con esa información... es algo que no podrán cambiar una película como Star Wars o cualquier otra película..."

Abunda: "Hasta donde yo sé, y sin ser experta en estas películas ni mucho menos, el mercado que adquiere estos juguetes y muñecos es mayoritariamente masculino. Cuando yo era niña en los setenta no recuerdo que mis amigas anduvieran comprando muñecos de Han Solo, nosotras coleccionábamos muñecas Barbie y a Ken, y eso nada más porque era éste el novio de Barbie. Ni de chiste le pedíamos a nuestros padres que nada más nos compraran a Ken..."

La estrategia de marketing de Disney en torno a estos juguetes, agrega Celis, es increíblemente absurda y torpe: "Es como si de repente se filmara una película sobre Barbie y los productores se obsesionaran con que los niños compraran muñecos de Barbie y Ken. Se les quedarían en los estantes como está ocurriendo con Star Wars".

Celis tiene una teoría: "Disney y buena parte de la industria del entretenimiento están buscando modificar, y quizá destruir, el concepto de familia y su jerarquización que han prevalecido por milenios. Las feministas consideran que se trata de una estructura patriarcal y machista diseñada ex profeso para mantener reprimida a la mujer y así evitar que se desarrolle como tal. Es una postura muy cuestionable: esta jerarquización aplica en el reino animal, del cual somos parte, en especial los mamíferos, y la vamos a seguir, queramos o no, es parte de nuestro instinto de supervivencia. Demos un vistazo a las comunas de monos, leones, tigres, perros, elefantes... en todos ellos se da esa jerarquización donde el macho ostenta mayor autoridad y es el que provee mientras la hembra cuida de las crías... esa supuesta jerarquización viene en el código genético tanto de esos animales como de nosotros como seres humanos. No la impuso nadie".

En suma, "querer obligar a los niños a comprar muñequitas de Rey solamente porque en la película ésta tiene un papel más importante que los personajes femeninos marca un enorme desconocimiento que Disney y sus encargados de su área de mercadotecnia tienen en torno al público al que se enfocan. ¿Desde cuándo un niño de primaria encuentra atractivas, irresistibles o ejemplos a seguir a las mujeres? Eso déjenlo para cuando las hormonas comiencen a alborotarse en la adolescencia. Y ya para entonces ese niño va a estar grandecito como para andar queriendo comprar muñequitos de Star Wars o de lo que sea".

 

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