INTERNACIONAL: Una jornada en la post chavista Venezuela de Maduro

Escasez en un pueblo acostumbrado al consumismo, politización enfermiza, violencia, burocracia insaciable, filas para todo... desde ultratumba Hugo Chávez sigue saliéndose con la suya. Cuatro ciudadanos nos cuentan, vía electrónica, como se vive equis día en la Venezuela actual

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NOTA: Este artículo se realizó en base a varias páginas web venezolanas, contactos y entrevistas vía Skype y recopilación de notas periodísticas por parte de medios que hablan sobre lo que realmente ocurre en Venezuela.

MARZO, 2015. Josefina, una diseñadora gráfica, se sorprende cuando el autor de este texto le comenta que el gobierno de Nicolás Maduro envía diariamente a Cuba 100 mil barriles de petróleo prácticamente a precio de regalo, pero eso no es lo más indignante. La Habana revende una parte y se queda con las ganancias. "Mira, de eso aquí no se dice nada de que estamos regalando la riqueza nacional a un país parásito, por lo menos los gringos nos lo compran", responde Josefina. "Desafortunadamente si la noticia se sabe a nivel masivo muchos pensarán que no es verdad... deben entender ustedes los mexicanos que hoy los venezolanos ya perdimos la noción de lo que es verdad y lo que es mentira. Este es un gobierno totalmente orwelliano".

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Hasta hace unos meses, El Universal era de los pocos periódicos libres que quedaban en Caracas. En marzo del año pasado un conglomerado español lo adquirió y su giro editorial cambió drásticamente por lo que su circulación, explicablemente, se derrumbó en cuestión de semanas. "La paradoja de El Universal es que tan pronto cambió de dueños, súbitamente se le facilitó la adquisición de papel de impresión", dice Pablo Cañamar, un especialista en medios, "pero ahora mucha menos gente compra ese periódico y se acumula en los puestos de venta. Algún día los nuevos dueños se darán cuenta que, al aplicar la autocensura, estarán cometiendo la peor inversión de sus vidas".

Hace unas semanas El Universal publicó un texto acerca de la violencia en México, de cómo en algunas de sus ciudades poca gente sale de noche por temor a ser atracada, "pero el artículo no publicó nada, una sola palabra, sobre la violencia que estamos sufriendo los venezolanos". El periódico británico Daily Telegraph calcula que en Caracas se cometen 65 asesinatos al día, peor que en México. Y el presidente Nicolás Maduro sigue hablando con pajaritos.

Otra extrañeza: la grave crisis de papel no impide que circulen decenas de pasquines chavistas que se venden a precios tan bajos como dos bolívares por ejemplar... y se acaban en tiempo récord. El gobierno lo ha atribuido al "apetito revolucionario" de los lectores venezolanos pero la realidad es otra: "esas revistuchas son utilizadas como sustituto de papel sanitario. Los médicos advierten del peligro de la tinta de impresión que puede provocar infecciones cutáneas al limpiarse pero a la gente no puede importarle menos", escribe Cañamar, quien admite, "el emplear como papel sanitario una fotografía con Maduro provoca un inigualable placer perverso". Según un meme que circula profusamente en la red, Nicolás Maduro ya únicamente es popular en el trasero de los venezolanos.

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Mireya es una guapa secretaria caraqueña. A las tres semanas de la muerte de Chávez Mireya descubrió que estaba embarazada de su novio. Cuando nació su bebé chocó de frente con la infernal ineptitud chavista-madurista. Desde el pasado agosto se agudizó la escasez de pañales y hoy las madres, la mayoría de ellas jóvenes menores de 25 años, deben realizar filas que se prolongan por horas en las cadenas de supermercados. Tipos malencarados miembros de los "comités de defensa bolivarianos" se colocan a la entrada de estas tiendas y revisan una especie de "cartilla" para evitar que las mujeres compren más de un paquete semanal de pañales. "Tienes que comprobar la edad de tu bebé y de cuándo fue la última vez que le compraste pañales", escribe Mireya. "El racionamiento es brutal, y si se te acaban los pañales antes de tiempo --algo más que frecuente dada la incontinencia en el sistema digestivo de los bebés-- tienes que ingeniártelas a como dé lugar. Mi madre me regaló unas cortinas viejas y eso me ha evitado pasar horas en la fila para adquirirle más pañales a mi bebé".

Hay filas para todo y en todo lugar: para entrar a un restaurante, los supermercados, los cines, las farmacias y hasta en salones de belleza o peluquerías. "Venezuela se hunde terriblemente en la mediocridad", dice Cañamar, "el país nunca fue eficiente pero ahora nos hemos ido al fondo".

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Como cualquier otro país latinoamericano, Venezuela está plagado de contradicciones. Se podría pensar que sus habitantes estén repensando lo que realmente fue el gobierno de Hugo Chávez y el tremendo daño que infligió a su país, una destrucción que tardará años, tal vez décadas, para poder ser superada. Pero una encuesta en redes sociales realizada entre opositores a Maduro arroja una cifra escalofriante: un 32 por ciento sienten que, de todos modos, votarían por Chávez si resucitara y volviera a postularse.

"Chávez ganaría de calle, te lo aseguro", escribe Cañamar. "Buena parte de los venezolanos piensan que era un hombre bienintencionado, generoso y carismático. Todo esto evita que veamos cómo realmente fue, un irresponsable populista que se apropió de lo que no era suyo y que dilapidó la riqueza nacional entre sus amigos".

El el síndrome del Pueblo Desamparado del que alguna vez habló el ensayista colombiano Plinio Apuleyo Mendoza: "La peor desgracia que le puede ocurrir a un país que tiene a un gobernante irresponsable es que éste muera en el poder de causas naturales. Eso le pasó a Argentina con Perón y ahora le ocurre a Venezuela con Chávez".

Incluso Mireya, la secretaría que ha pasado horas en las filas en busca de pañales, cree que Chávez "no era tan malo" e incluso conserva, como miles de sus compatriotas, una fotografía del fallecido mandatario sobre el umbral de su puerta principal. "¿Sabes qué fue lo que cambió a Chávez? Su amistad con Fidel Castro", escribe Mireya. "Ese hombre es el verdadero causante de nuestra desgracia. Chávez se dejó llevar por ese señor que no ha trabajado un solo día en su vida y vive del esfuerzo de los demás".

"Que es precisamente lo que hoy hace Nicolás Maduro", coincide Cañamar.

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El 2014 cerró con una inflación cercana al 164 por ciento, la más alta del mundo. El gobierno de Maduro, como es de esperarse, culpa a los "oligarcas insaciables" del aumento de precios. Pero el caso, dice Cañamar, "es que el Estado es el primero en aumentar los precios de sus servicios. La escasez y la inflación se dan cuando el Estado altera o interviene en las leyes del mercado pero muchos venezolanos se niegan a aceptarlo y se preguntan entonces ¿por qué entonces con Chávez las cosas eran más baratas? Porque todo estaba subsidiado. No queremos enfrentar el hecho de que esta es la resaca de la borrachera chavista... nadie quiere lavar los platos sucios".

Paradójicamente, el precio de la gasolina es ridículamente bajo, alrededor de 1.45 pesos mexicanos por litro. Este subsidio monstruoso es quizá lo que ha evitado que las manifestaciones contra Maduro pasen a convertirse en estallido social. En 1992 el presidente populista avenido a neoliberal Carlos Andrés Pérez se propuso "actualizar" el precio de la gasolina --es decir, retirar el subsidio y ofrecerla a su precio real-- y las protestas fueron tantas que lo obligaron eventualmente a renunciar y que, de paso, le abrieron la puerta a Chávez. Cañamar llama a ese subsidio "el botoncito que desatará la guerra civil a quien lo oprima".

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El doctor (abogado) Loyo Cisneros advierte: "Ojalá que en España vean lo que pasa en Venezuela antes de votar por Pablo Iglesias. Ese sujeto ha visitado el país en varias ocasiones. Lo que quiere implantar allá es lo mismo que hizo aquí Chávez y hoy está haciendo Maduro. Nuestro presente será el futuro de España si llevan a Pablo Iglesias al poder".

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