fasenlínea.com

Análisis, comentario Y Demás

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Otros textos de  Internacional

Nueva York y la ineptitud premeditada de Bill Di Blasio

Australia ante una manera distinta de enfrentar al fanatismo musulmán

Barack Obama, un desastre envuelto en mentiras

El tonto de esta semana: Jonathan Gruber

El ébola ¡otra arma letal del libre mercado!

Un alguien que no quiere que Chile continúe su desarrollo

Si llega al poder, Podemos podría hundir a España

Archivo

 

INTERNACIONAL

Inicia una tragedia griega de Tsipras corazón

Hace apenas unos años se pensaba que la izquierda radical europea se limitaba a los sindicatos y los campus universitarios, pero hoy toma el poder en Grecia y amenaza con repetir esa suerte en España. Un hecho paradójico donde los votantes eligieron, ahora con más intensidad, los mismos elementos intervencionistas que llevaron a la debacle al país helénico

Versión impresión

FEBRERO, 2015. Los más pesimistas le llamarán un colectivo síndrome de Estocolmo donde millones de personas apoyan y votan por quienes con sus ideas les han provocado un daño a su economía. Para otros es un caso claro de desesperación que opta por las medidas mágicas y populistas ante la corrupción de los partidos tradicionales. 

¿Cómo se llegó a esto? Todavía a finales de siglo se pensaba que la izquierda radical en Europa estaba semienterrada, que la necesidad de racionalizar el gasto público era medida considerada lógica, que el continente avanzaba hacia su integración total, que la economía de mercado uniría los intereses de todos los miembros de la Comunidad. En aquel momento desde Europa se veía a Hugo Chávez como un parlanchín que emitía peroratas antiimperialistas al tiempo que los admiradores de la izquierda fuerte se limitaban a los campus universitarios y a colgar pósters de sus héroes revolucionarios en sus cuartos y, ¡gulp! oficinas.

Con el reciente triunfo de Syriza, una coalición de izquierda radical que llevó al poder en Grecia a Alexander Tsipras, el panorama da un vuelco y marca el regreso impensable de una fuerza que tuvo en los años setenta su máximo momento. "Desafortunadamente los griegos han olvidado, o se niegan a recordar, cuáles fueron los resultados de esas políticas", señala el columnista y periodista español Antonio Campmany, a quien fasenlinea contactó y entrevistó vía Skype. "Lo que acaba de ocurrir en Grecia puedo resumirlo así: alguien se ha ofrecido a hacer que el país no pase por la inevitable resaca que deja una política económica irresponsable y le han creído. Esta es una tragedia auténticamente griega que desafortunadamente apenas está a punto de empezar".

Peor aún, a diferencia de Humala Ollanta en Perú o Lula en Brasil, dos políticos provenientes de la izquierda radical que bajaron sus ímpetus y adoptaron una actitud más mesurada el llegar al poder, "Tsipras viene con la espada en alto y una de sus primeras medidas fue la reinstauración del salario mínimo, el detener la reprivatización de unas empresas y revivir un canal de televisión público que nadie veía pero que por años era una fuente de fraudes y corrupción".

"¿Cómo va Tsipras a quitarle a Grecia la "austeridad" cuando depende del euro?", le preguntamos a Campmany.

"Su plan es muy sencillo, dejar de pagar a la Comunidad Económica, lo que equivaldría aquí a decir Alemania, dentro de sus condiciones, o realizar una moratoria, algo que gente como Alan García hizo en los ochenta frente al FMI, organismo que en la mente de los griegos fue sustituido por la imagen de la señora Angela Merkel; de ahí saldrían los recursos para "abatir" la austeridad que Grecia viene sufriendo desde el 2012. Por supuesto que es una idea muy bonita, muy idealista pero adolece de un aspecto, y este tiene que ver con el hecho que con sus decisión de ir aumentando el gasto público, llegará un momento en que se acabe más rápido ese dinero 'confiscado' a Alemania. Peor aún, sus medidas asustarán a los inversionistas y con ello se reducirá la creación de riqueza y empleos productivos en Grecia. Es cuestión de tiempo, pero irremediablamente Tsipras tendrá que llegar a ese punto. Esta es una película que ya hemos visto muchas veces, y ustedes en América latina la deben conocer mejor. Desafortunadamente en Europa Syriza nos acaba de demostrar cómo hay quienes aún creen en cuentos de hadas en espera de resultados mágicos que, lamento decirlo, nunca se materializarán en el gobierno de Stipras sin resultados adversos y negativos".

Enseguida le pedimos a Campmany que resumiera el porqué los griegos acaban de sellar su destino con un futuro oscuro, lleno con la misma medicina que ha estado matando al paciente, solo que ahora la dosis será mayor:

"Realmente no hay que hurgar mucho al asunto. Al adoptar al euro como moneda, sus sucesivos gobiernos se administraron con dinero ajeno dado que producían poco. Así se financió una burocracia excesiva que está metida en todos los aspectos de la vida griega, se ofrecieron canonjías y sueldos de ensueño a los altos funcionarios, se invirtió en barriles sin fondo y se alimentó una corrupción sin límites dentro del sistema bancario. No olvidemos que en los primeros años del euro, Grecia vivió una época de consumismo desaforado, dándose la gran vida con un nivel de vida artificial, y de ello fueron parte no solo los altos burócratas sino buena parte de la sociedad griega, en especial su clase media subsidiada, pero obviamente no vas a echarle en cara a tus electores potenciales que ellos también participaron en la bacanal financiada con gasto público. Mejor es culpar a Alemania y amenazar con salirse de la Eurozona", señala.

En otras palabras, ahora que ha llegado el momento de pagar los daños producidos por la parranda, nadie quiere pagar y se opta por culpar a quien prestó el dinero para financiarla.

"Tsipras sabe bien que Alemania, que es el mayor acreedor de Grecia dentro de la Eurozona, difícilmente realizará una invasión a Grecia exigiendo el reembolso. Pero el principal problema no es ése, es más bien la pantalla que engañó a los incautos votantes griegos. El momento de la verdad llegará cuando el nuevo gobierno tenga que cubrir el gasto público que irá progresivamente a la alza. Cuando se acabe el dinero ¿qué hará Tsipras, imprimir sus propios euros?"

Un vistazo al gasto corriente del gobierno griego explica el porqué de la bancarrota. Como ejemplo, en determinado momento hasta un 20 por ciento de la fuerza productiva estaba a sueldo del Estado --en comparación, en México es un 12.4 por ciento, según el Inegi, y nos parece altísima--, con opciones de retiro a los 40 años (la edad de Tsipras, por cierto), con prestaciones de ensueño y pensiones similares a las de quienes están en activo. 

La crisis económica del 2011 y la renuncia de Georgiu Papandreau obligaron a un ajuste en el gasto público aunque los altos mandos del gobierno siguieron recibiendo altísimos sueldos.

"Todo aquel dispendio fue financiado con euros alemanes", señala Campmany, "a los que debe añadirse otra millonada de euros que la señora Merkel envió a Atenas dentro de un plan de rescate. Los gobiernos helénicos se gastaron lo que no era de ellos, y el resultado es paradójico: acaban de elegir a alguien que tiene pensado aplicar la misma receta de gasto público y nacionalizaciones; son los mismos elementos que llevaron a Grecia a su punto actual".

La pregunta que hace temblar: ¿sigue España?

El efecto dominó es asunto frecuente en el continente europeo, y si nos se realiza un balance histórico, lo que acaba de ocurrir en Grecia aumenta sus posibilidades de repetirse en España. Las similitudes son pasmosas, un gobierno irresponsable que aprovecha el euro para financiar su gasto público al que sigue un déficit fiscal monstruoso, préstamos de emergencia de otros miembros de la CE, crisis económica a la que sigue un gobierno igualmente inepto que rápidamente cae en el desprestigio el cual es aprovechado por un partido joven que promete acabar con los "oligarcas" y reponer la felicidad del pueblo. Para colmo --y esto es algo que los estrategas de Syriza detectaron bastante bien-- es que la "austeridad" griega nunca afectó a los altos burócratas, algo que la opinión pública percibió con odio.

"Tras lo acontecido en Grecia, el triunfo de Podemos en España se antoja inevitable", refiere Campmany, "aunque hay una gran diferencia entre Stipras e Iglesias: mientras el primero parece llegar con una coalición bien amarrada, en el segundo ya hay fuertes disputas internas aun antes que alcancen el poder. Las dos son malas noticias pero creo que la segunda es peor..."

Agrega Campmany: "Debemos entender que Syriza o Podemos nunca podrían haber alcanzado tanta fuerza de no haber sido por la avaricia, el derroche y la estupidez de los partidos tradicionales. Es lo mismo que ocurrió en Venezuela con el gobierno botarate de Rafael Caldera y, me temo, está ocurriendo en México con Peña Nieto; su tambaleante gobierno únicamente sirve a los intereses de López Obrador para alcanzar la presidencia. (en el 2018, agregamos nosotros).

 

Textos relacionados

Si llega al poder, Podemos podría hundir a España [Septiembre, 2014]

 

 

 

 

¿Desea opinar sobre este texto?

[email protected]

[email protected]  

0 comentarios

 

 

Inicio

Nacional

Internacional

Cibernética

 

Literatura

Cine

Medios

Y demás