Medios/Televisión
Un mundo nos vacila,
el de Jaime Maussán
Un extraordinario
golpe publicitario convirtió a este ex periodista de un diario capitalino
en voz que advierte sobre la ya tardadita llegada de los marcianos, o lo
que sea, al planeta Tierra.. Y ahora, gustosamente, se ha embarcado en
otra superchería, la de las profecías mayas, asociado todo, claro, a
esos seres con cabezas de parquímetro
DICIEMBRE, 2011. La televisión en todos los países suele dar espacios a los charlatanes. Quizá se deba a que son amigos o compadres del dueño o tal vez aseguran
alto rating cada vez que se presentan o quizá haya gente que los vea por simple morbo. No es el propósito de este artículo encontrar la respuesta, pero sí el de abordar a uno de estos individuos, en esta ocasión un veterano reportero llamado Jaime Maussán.
A estas alturas ya todos sabemos quién es Jaime Maussán. Es conocido por ser un "ufólogo", es decir, estudioso y convencido de la existencia de seres procedentes de otros mundos. "Ufólogo", por cierto, es una palabra ridícula, no solo por su contexto sino por su estructura medio en español y medio en inglés pues UFO es la palabra en ese idioma que identifica a los ovnis; es como si a un estudioso de los barcos le llamáramos
shipólogo. Pero bueno, estamos hablando aquí de una actividad rebosante en lo absurdo.
Más absurdo hoy es que Maussán se haya brincado al vagón de quienes aseguran que el 21 de diciembre del
2012 un cataclismo acabará con la humanidad como la conocemos. En un reciente programa al
respecto transmitido por el History Channel, Maussán relaciona es afecha, naturalmente, con los
ovnis y asegura que ésta es "una muestra clara" de que los seres de otras galaxias tenían contacto con civilizaciones como la maya. Por supuesto que eso no prueba absolutamente nada, a menos que Maussán esté recibiendo mensajes de aquellos seres y que empiezan con un "Jai-me-phone-home".
Los ovnis han seducido no solo a mentes alucinadas: hace décadas una persona bastante informada e instruida como Pedro Ferriz Santacruz se obsesionó con los "seres de otros mundos" que llegó un momento en que pasó
a ser motivo de mofa, como puede constatarlo todo aquél que vea algún programa de
Los Polivoces. Posteriormente don Pedro dejó de creer en semejantes cosas y su sucesor pasó a ser, casi de chiripa, Jaime Maussán. ¿Y cómo
se dio eso?
Maussán comenzó su carrera periodística en el ya desaparecido periódico
Novedades, propiedad de Televisa. Meses después Juan Ruiz Healy, conductor de un programa llamado
60 Minutos (copia mexicana del gringo 60 Minutes), lo contrató para
realizar sobre todo reportajes sobre la ecología y lo que en 1978 parecía inminente, el "enfriamiento del planeta". Todo cambió, primero, cuando Ruiz Healy y Televisa tensaron su relación y éste salió del programa, si no de la empresa, pues siguió colaborando en el
Novedades por muchos años más. Su lugar fue tomado por Maussán, quien en un increíble golpe de suerte, tuvo la ocurrencia de dedicar una emisión a los extraterrestres. El
rating se disparó, mucho más que en emisiones anteriores de 60
Minutos. De ahí en adelante los hombrecitos llegados de otros planetas y demás disparates pasaron a ser tema
semimonopólico de ese programa, el cual salió definitivamente del aire en 1984.
Desde entonces Maussán ha tenido sus propios programas o lo han invitado a otros. Apareció varias veces en
Siempre en Domingo, en Para Gente Grande con Ricardo Rocha, en
Noche a Noche con Verónica Castro, en 24 Horas con Zabludovsky y más recientemente en
Otro Rollo, con Adal Ramones. En todos esos casos Maussán nos ha presentado casos de paranoia aderezados con superchería absoluta. Cuando estaba de moda el "agujero en la capa de ozono", Maussán sostenía que "civilizaciones extraterrestres están al tanto de la urgente situación" y cuando un campesino de Michoacán mostró unas gigantescas legumbres según él, por "instrucciones" que le dieron unos seres "que no hablaban sino que se comunicaban mentalmente", Maussán se tragó el anzuelo completito y presentó un reportaje en TV
donde, de nuevo, todo era un "claro mensaje" para acabar con el hambre en el mundo. Cuando le dijeron que las "superlegumbres" consistían en
aplicar un antiquísimo método de cosecha impopular porque se pierde en producción más de lo que se gana --en otras palabras, se podían colectar 100 cebollas
en menos tiempo que conseguir una cebolla gigantesca-- Maussán tardó tiempo en desengañarse. Quizá todavía crea en el cuentecillo.
Por supuesto (¡por supuestísimo!) Maussán no dejó pasar los atentados del 11 de septiembre y mostró videos "contundentes" de que los ovnis habían merodeado las torres semanas antes de que dos aviones chocaran en ellas. (También está convencido, por cierto, que fue un misil el que se estrelló en el Pentágono, basado en un libro escrito por Thierry Meissan, un francés igual de chiflado). Pese a que esos videos ya fueron desmentidos --al igual que esas naves que sobrevolaban Brasil y que causaron furor en los primeros años de YouTube-- Maussán insiste en que los extraterrestres estaban al tanto de lo que iba a pasar. De ser así y si son tan buena onda como asegura el "ufólogo" Maussán ¿por qué no advirtieron a los inocentes que murieron ese día en las torres? ¿Por qué no advertir mentalmente a quienes estaban dentro "sal-gan-de-ahí-se-apro-ximan-dos
avio-nes directa-mente hacia-uste-des"? (Ya ven que así suelen
hablar los extraterrestres, como si padecieran hipo congénito).
Otro ridículo de Maussán fue dar por cierto el filme aquél donde se veía la "autopsia" de un extraterrestre supuestamente ultrasecreta y efectuada en la mítica Area 51. El visitante intergaláctico provenía de un sitio donde la evolución era sospechosamente parecida a la nuestra pues sus rasgos humanoides eran evidentes. ¿Por qué será que, para poder pensar, se debe tener forma humana? ¿Por qué el raciocinio no puede darse, digamos, en seres con apariencia de rata, de gusano o de vomitada? Maussán dio por "cierta" la película y la llamó "prueba contundente" de que el gobierno norteamericano "no quiere que se sepa la verdad en torno a los extraterrestres". Cuando por fin
se supo la verdad de la "autopsia" Maussán hizo mutis. Y esta viene a ser una constante en Maussán y otros "ufólogos": se les desmiente, se exponen sus mentiras y los autores de los videos revelan la verdad. Pero nunca aceptan su culpa
ni se autodeclaran como lo que son, charlatanes puros. Después de todo ellos solo son comunicadores ¿cierto?
Más recientemente, Maussán tuvo un programa llamado Tercer Milenio y de nuevo insistió en promover que los extraterrestres nos vigilan en todo momento, todo dentro de lo
que la revista Skeptical Enquirer llamó a la "ufología" "esa ciencia que carece de los cinco sentidos". Esa emisión, superchería superlativa, lo ha llevado a recorrer toda América latina con lo que claramente se ha convertido en un show. Increíblemente, sus conferencias suelen llenarse a reventar. y en cada una de ellas
Maussán revela una nueva tontería: ¡La NASA escondió la información sobre lo que realmente encontró el Pathfinder en su recorrido por suelo
marciano!", "El Vaticano acepta la existencia de seres de otros
mundos!". "El rostro escondido en Marte, información filtrada que la NASA no quería que se supiera!", "¡La verdad de lo que pasó en Roswell en 1947!" Vaya, los espías de la KGB habrían envidiado a
Maussán para conseguir tanta información confidencial. Que Kim Philby ni
que la jorobada...
Por lo menos desde 1980, Maussán ha insistido sobre la "inminencia" del contacto final con los extraterrestres. Y ahora, previsiblemente, nos dice que éste ocurrirá, cómo no, el próximo 21 de diciembre del 2012, ya lo apuntaron las profecías mayas.
There's a sucker born every minute (Un incauto nace cada minuto), decía el empresario circense P.T. Barnum. Sólo que
hoy los charlatanes no nos presentan mujeres bigotudas, fenómenos de tres brazos o mujeres convertidas en arañas, castigadas por su infidelidad. Ahora nos ofrecen tipos calvos con cráneos en forma de parquímetro, seres supuestamente rebosantes en bondad y samaritanismo y los cuales, sin embargo, dejaron que los mayas se hundieran a su suerte.
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