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Se derrumba el pejeteatrito ¿pero bastará para desengañar a nuestra ingenuidad nacional?
Sus "Mañaneras" se han convertido en palestra para entablar acusaciones sin fundamento, rencores y chismes de vecindad con los periodistas que lo incomodon, incluidos varios que hasta hace poco le aplaudían con fruición. ¿Resultará esto en un alud de votos contra su partido político o se le perdonarán estas corruptelas dada su política santocolosista donde muchos mexicanos preferirán voltear la mirada antes que perder sus prebendas?
Por Roberto Rojas P.
FEBRERO, 2022. Como parte del guión del político populista y demagógico que es, Andrés López Obrador acusó flamígeramente a quienes dejaron al descubierto las corruptelas de su hijo José Ramón (nombre, por cierto, del vástago de otro presidente, una cucaracha a la que López Portillo ¡otro López! llegó a llamar "el orgullo de mi nepotismo) lo primero que hizo fue "denunciar" al periodista Carlos Loret de Mola de "tener un sueldo superior al mío", y exhibió su sueldo violando el secreto fiscal.
¿Pero qué tiene de reprobable que Loret de Mola gane más que el primer mandatario? Por lo visto tener percepciones más altas que el tabasqueño se ha convertido en pecado neoliberal: claro que para ser pecador neoliberal hay que sacar a luz las corruptelas que se dan dentro de la familia presidencial.
Cuando el político demagogo queda expuesto, lo primero que hace es culpar a sus acusadores de estarle armando una "campaña de desprestigio", y eso es precisamente lo que hizo el señor López, quien exigió al Instituto Nacional de Acceso la Información (INAI), que hiciera públicos los ingresos de Loret de Mola a quien acusó de "trabajar para Televisa" cuando desde el 2019 ese periodista dejó la empresa. Cuando el IFAI respondió con una negativa, el señor López se hizo la víctima: "ya me lo imaginaba", dijo, como si ese organismo ciudadano fuera también parte de la "conspiración de las fueras oscuras" que según él están saboteando a su gobierno... algo falso, pues el saboteo lo está realizando él mismo.
Las "Mañaneras" le han estado sirviendo a López no para el supuesto propósito de informar a la población sobre los avances del país; en cambio, se ha convertido en un foro de pleitos de chismerío de vecindario y acusaciones de pendenciero. Uno de esos ataques reciente fue contra el brillante ensayista Enrique Krauze, a quien Manuel López llamó "mesías del conservadurismo", esto en aparente desquite porque Krauze le llamó, en forma más que acertada, el "Mesías tropical" tras su coraje por haber perdido las elecciones del 2006. Aún le cala al señor, rencoroso como el que más.
A poco más de tres años de gobierno lopezobradorista, México es un desastre absoluto: los pronósticos exageradamente optimistas prevén un crecimiento del 2.5 por ciento anual, algo remoto dado que la Miscelánea Fiscal no contempla cambios importantes que impulsen la economía y, por el contrario, el esquema amenaza con agudizar el terrorismo fiscal, ese que la izquierda tanto satanizaba durante el sexenio salinista.
En lo que va del año han sido asesinados seis periodistas sin que el pejidente haya respondido a la Sociedad Interamericana de Prensa que le ha exigido explicaciones; igualmente los grupos criminales han acumulado tanto poder al punto que han amenazado a los importadores norteamericanos de aguacate con represalias si no les pagan "derecho de paso" para que el producto salga de Michoacán, decisión que arruinó a los productores que esperaban altísimas ventas de aguacate gracias a la celebración del Superbowl. Obvia decir que el gobierno mexicano no ha hecho absolutamente nada al respecto.
La 4T es un desastre absoluto, un fracaso innegable. Y ahora hay que sumarle a todo la corrupción del "hijo incómodo" José Ramoncito.
Como seguramente sabe el lector, cuando el pejesidente asumió el poder, aseguró a quien quisiera escucharlo que su hijo José Ramón "no obtendría puesto público alguno", aunque olvidó decir que le ofrecería la oportunidad de realizar otro tipo de negocitos, entre ellos una estancia en Houston donde el "orgullo de su nepotismo" rentó la residencia de uno de los altos ejecutivos de la petrolera tejana Baker Hughes. Durante ese tiempo, los contratos entre Pemex y esa empresa se multiplicaron. En un principio el gobierno mexicano y sus medios paleros alegaron que en realidad la casa había sido rentada por la sobrina del mandatario, no por el vástago, pero al final éste fue ocupada por el hijo del señor López a un costo de más de 5 mil dólares mensuales, cantidad muy por arriba de as percepciones que el tabasqueño ufana estar recibiendo como presidente.
¿Y cuál fue la respuesta del señor López ante este acto de corrupción? Por supuesto, culpar a España porque hace cinco siglos nos trajo no solo su cultura, su religión y el idioma en que el tabasqueño habla pestes de los peninsulares pese a él mismo es nieto de españoles. Y en actitud absolutamente kafkiana, el presidente López acusó a la periodista Carmen Aristégui de "conservadora" ---alguien que por años fue porrista del tabasqueño-- luego que ésta cuestionara la legalidad de las movidas de José Ramoncito.
Las sandeces del mandatario expresadas en su "mañanera" continuaron al cometer un acto ruin cuando reveló las percepciones del periodista Loret de Mola y luego se fue contra el ensayista Enrique Krauze. Pero esto no ha sido suficiente para desviar la atención sobre el ya llamado Casonagate de Houston.
Así pues, la 4T empieza a derrumbarse; sus 0romesas de que, ahora sí, se "harían las cosas bien" y que "estaríamos mejor con López Obrador" se están transformando en una sarta de corruptelas, compadrazgos y negocios oscuros que en nada difieren a los peores tiempos del PRI. Por tal motivo, es fácil concluir que ahora que el mandatario ya ni se molesta en guardar las formas, su popularidad, y por ende, su declive electoral, se irán acelerando conforme transcurran los meses. Sin embargo su apoyo no ha caído gran cosa, manteniéndose en un 60 por ciento, esto pese al peligroso repunte inflacionario, fenómeno que no se presentaba en México desde mediados de los 90.
Si bien cada vez son más los periodistas que empiezan a destapar las cloacas del lopezobradorismo, el silencio de los grandes medios, y que al final es una complicidad, sigue siendo enorme. Si estos turbios contratos hubieran ocurrido en los sexenios de Fox o de Calderón, las planas estarían inundadas de exigencias para aclarar el asunto, de recriminaciones, se pedirían sus renuncias y el sindicato de Pemex estaría clamando a grito pelado que los contratos con petroleras de otros países "en realidad buscan entregar nuestro petróleo al extranjero". Sin embargo hasta hoy no hay una sola protesta afuera del Zócalo por parte de esa gente que se manifestaba fúrica cuando se supo que los hijos de Martha Sahagún igualmente estaban realizando negocitos al amparo del poder presidencial.
Un factor que también nos pide prudencia ante los posibles efectos electorales del hijo incómodo son las dádivas lopezobradoristas, una forma sutil de comprar conciencias, Millones de mexicanos que las perciben difícilmente encontrarán algo de criticable en que el hijo del mandatario esté implicado en turbios negocios. Al respecto conviene recordar lo que escribió el ensayista cubano-español Carlos Alberto Montaner: "En los países subdesarrollados impera la idea de que un dictador se diferencia del líder en su política asistencialista, esto es: quien me ayuda económicamente no puede ser tan malo como el que me tiene olvidado. A la gente que recibe esos beneficios importa poco o nada que ese dinero provenga de los impuestos, no del propio caudillo. Por ello, en la Argentina aún se suspira por los tiempos del matrimonio Perón y hoy lo hace por Hugo Chávez".
Pero ya desde mucho antes lo había advertido Benjamín Franklin: "La libertad es un bien tan frágil que puede derruirse con un buen plato de comida caliente. Los seres humanos prefieren la seguridad antes que ser libres".
Por esta razón, por el asistencialismo pejista, la complicidad de los grandes medios que evitan darle seguimiento a casos como el de la Casonagate, es que las posibilidades que el señor López y Morena no experimentarán pérdidas electorales considerables en las próximas elecciones. Aunque siempre vale equivocarse, y ojalá ello suceda en esta ocasión: quienes pasamos del medio siglo de vida recordamos cómo alguna vez se pensaba imposible, e incluso era pecar de fantasioso, sugerir que el PRI perdiera la Presidencia de la República.
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